Me gusta creerme lo que está escrito, disfrutar las pelÃculas sin importarme lo bueno o malo que sean los actores o el escenario, escuchar sabiendo que lo que escucho ha sufrido no mucha transformación por el interlocutor. Pero no siempre es asÃ. Y quizá por eso no me gusta decir (o escribir) cosas que no son ciertas. Se puede camuflar u omitir parte de la verdad, pero ahà ya entramos en terreno pantanoso acerca de la idoneidad de hacerlo o no dependiendo de los motivos y las intenciones que tengas para hacerlo.
Es un cuadricóptero y se llama AR Drone. Se lo han dejado a un amigo para que le haga una review. Hoy se lo ha traÃdo a la universidad y ha caÃdo en picado la productividad de los que allà estábamos. Pero bien que lo hemos puesto a prueba.
El aparato es caro, cuesta 300€/$/百円. En Japón lo ponen a venta a finales de esta semana, y en España creo que ya se puede comprar en Media Markt. Como cabrÃa esperar por ese precio, al menos aguanta bien los cacharrazos, y si no aguantase alguno está diseñado para que lo puedas reparar por tà mismo comprando las piezas a un precio razonable en su web.
Ir a correos es un ejemplo más de cómo hasta las cosas que pueden parecernos más sencillas del dÃa a dÃa, se complican de sobremanera cuando estás en un paÃs que no conoces, y si encima hablamos de un lugar como Japón pues ya ni os cuento. Bueno, mejor os cuento.
Me retiro a un lado para no molestar, cierro el paquete, y me pongo a pegar sellos por todas partes, de todo tipo, desde el busto del fundador de mi universidad hasta grotescos personajes de cómic, desde panorámicas de ciudades hasta pueblos tan tan remotos que no tienen ni vÃa de tren, desde gatitos encantadores hasta Hello Kitty, etc. En un hueco que queda pego el papel de aduanas. Y listo. Vuelvo a la cola, aunque me indican que no es necesario que espere de nuevo, asà que me cuelan y se ponen a contar los sellos. Algo no cuadra, lo presiento: la chica que me atienda comienza a tener sudores frÃos, a mirarte de reojo a ti, a la calculadora, al paquete, a sus compañeras. Cuenta de nuevo los sellos. Se pone a buscar sellos por los laterales y por detrás, pero para su espanto y pavor no hay nada. Al final se atreve a decirme que cree que me he equivocado, que en realidad son 3.410Â¥ (10€ más de lo que me habÃan dicho antes).
Ya me he enterado, les pido disculpas por hacerles perder el tiempo y les digo que voy a sacar la postal. Me retiro un poco, y saco el sobre. Vuelvo a cerrar el paquete por tercera vez, les enseño lo que he sacado, se quedan conformes, y me cobran la tarifa de paquete. Lo que no saben es que sólo he sacado el sobre, y que la postal se ha quedado enterrada entre los dulces.
Todo esto viene a cuenta del ArtÃculo 5 de la Ley Postal Japonesa que considera que únicamente la empresa “Japan Post” es de suficiente confianza como para transportar la correspondencia privada entre personas. Ninguna otra empresa se puede dedicar a este negocio excepto en caso de que cumplan una serie condiciones (del tipo colocar x00.000 buzones y x0.000 oficinas a lo largo del paÃs) que en la práctica resultarÃan inviables por suponer hacerse tan grandes como Japan Post. Lo que sà que hay son muchas empresas de paqueterÃa. Porque como su propio nombre indica envÃan paquetes, y no cartas. La más grande es Kuroineko Yamato, con un logo muy gracioso de un gata llevando agarrados del pescuezo a los gatitos. Se ven todo tipo de vehÃculos de esta empresa, desde camiones hasta carros arrastrados por una bicicleta. Ah, y los repartidores siempre corriendo, tienen que tener una carga de trabajo tremenda los pobres.
Concluyendo, todo esta historia de las cartas y los paquete es sólo un detalle, pero hay muchas cosas que funcionan igual de bien (o mal). A menudo te preguntas si tanta regulación realmente es necesaria o lo que hace es desnaturalizar el ambiente y desmotivar que la gente haga algo más allá de lo que están acostumbrados a hacer, de pensar fuera del recipiente, de tener cierta flexibilidad ante eventualidades como un gran terremoto, una gran crisis, o algo tan simple como el paso del tiempo.
Se trata de una firma de libros para la protección de patentes, la liberación de los estudiantes en cada laboratorio, los estudiantes se sientan en el signo de las gracias de antemano como sea posible.Advance si no puede firmar a la entrada de la sede el dÃa, gracias por tu firma.
Lo bueno es que yo he entendido lo que quieren decirnos :). Básicamente es que firmemos unos papeles de protección de patentes, y que si no podemos hacerlo antes del dÃa 18 que avisemos. Eso sÃ, todo adornado con muchos formalismos que tocan las narices al traductor.
Hoy hace tres semanas que volvà de Taiwán, y en estas tres semanas no ha caÃdo ni una sola gota de lluvia. Hoy ha llovido en cuatro horas lo nunca visto. Un tifón que en principio parecÃa haber desviado su rumbo hacia Corea ha acabado por entrar en Japón y morir por todo lo grande en Tokyo. Sólo os digo que ha habido grandes retrasos en 14 lÃneas de tren (la mÃa se ha retrasado 10 minutos) e incluso han llegado a producir problemas tales como para detener el shinkansen por varias horas durante la tarde.
(mirad cómo se nota dónde está el ojo del tifón, una zona de bajas presiones por eso los vientos se dirigen hacia ahÃ)
Lo curioso es que el tifón se llama Malou. Los nombresde de los tifoneslos eligen entre varios paÃses de la zona, y en este caso Malou viene del chino y significa “ágate”, que digo yo que si no se les habrá olvidado una ‘c ‘ o una ‘k’ al principio de la traducción.
Volviendo al tema inicial del post, me ha encantado que lloviera porque por fin las temperaturas se han moderado un poquito. Es la primera vez en todo el verano que bajamos de 25º por la noche, con humedad, porque aunque no lloviera la humedad no te la quitaba nadie de encima. Ya estaba harto de tener que volver a casa y encontrármela a 35º a pesar de haber dejado las ventanas abiertas de par en par, la yerba de los parques comenzaba a amarillear, y si os digo la verdad, incluso echaba de menos el no mojarme en bicicleta de vez en cuando.
Hay rachas buenas y rachas malas. Y caer en la procrastinación puede ser el comienzo de una mala, afortunadamente me he dado cuenta a tiempo, justo cuando llegó el buen tifón Malou. Y venga, para que este post no quede tan soso sin ninguna foto pongamos una que tengo por ahà y me encanta. Un atardecer cualquiera en Tokyo desde Odaiba:
Los argumentos, que Japón siempre ha sido un paÃs muy lejano pero que tenemos muchas cosas en común, comenzando con las esperanzas de vida más largas del mundo, comida sana, un buen clima, y una forma parecida de entender la vida. Ahà metió la pata hasta el fondo, ni por asomo tenemos una forma parecida de entender la vida. Durante el resto del discurso más o menos trató de usar el argumento de que somos muy parecidos para justificar y motivar que las relaciones entre España y Japón aumenten, haciendo varios paralelismos entre las personas y las empresas.
En mi opinión creo que no somos tan parecidos, y precisamente ahà está la riqueza de poder ver desde un punto de vista distinto. Quizá llegar a acuerdos es complicado, pero si salen pueden ser muy fructÃferos. Y la verdad, me gustarÃa que en Japón se conociera algo más de España que los tópicos de ser el paÃs donde se celebra la fiesta de la tomatina, se come paella cada dÃa y la Barcelona es el único sitio interesante que visitar. Ojalá podamos ver los frutos de esta visita dentro de no mucho.
Para acabar, os comento un ejemplo más de lo diferentes que somos españoles y japoneses. Los últimos cuatro Presidentes del Gobierno de Japón han durado menos de un año en su cargo, se fueron por decisión propia, porque sentÃan que no le estaban dando un buen servicio a su paÃs. Y lo han hecho presidentes de tanto uno como otro de los dos principales partidos polÃticos de Japón. ¿VerÃamos esto alguna vez en España?… no creo, aunque no hay que perder la esperanza de que algún dÃa nos parezcamos un poquito más a los japoneses.