Acabó en hora, como estaba previsto, justo antes de que comenzase el partido del mundial Japón-Holanda. A la vuelta en el tren pude ver como todos los japoneses iban ensimismados en su móvil viendo el fútbol en directo, gracias a que la mayorÃa de terminales llevan integrado un sintonizador de One Seg, una especie de televisión digital para dispositivos portátiles.
Otro hecho de Japón es que su población decrece y envejece. Es normal ver a obreros ya bien metidos en sus 40 y pico o 50 y pico años, guardias de seguridad de esa misma edad, o incluso policÃas vigilando algo importante. Os dejo un par de fotos de estos policÃas de la vieja escuela:
Creo que aún no os lo he contado, pero hace unos dÃas estuve dándome una vuelta conociendo cómo es Estados Unidos. Fue algo rápido, unas pocas horas, lo suficiente como para hacerse una idea general. Y esto es lo que vi:
(drive thru, en Japón nadie lo echa en falta, otra cosa es si fuera train thru)
(outlets y grandes superficies por todas partes)
(una zona militar, ojo con intentar acercarse)
(la gran empresa norteamericana, omnipresente)
(más centros comerciales)
Pero como os dije, sólo fue un rato. Al dÃa siguiente cogà el vuelo de vuelta hacia la capital de Japón. Y al llegar una vieja conocida me saludó con un Welcome Tokyo!
Veo que os gustó el primer post de las fiestas de mi barrio. Ahora este segundo post va a contener algunas fotos, algunos vÃdeos, pero no todos han sido tomados por mÃ. ¿El motivo?, pues que yo aparezco. Sólo os digo que el dolor de hombros me duró tres dÃas.
Lo primero era prepararse, ponerse una prenda tipo yucata, una cinta para sujetarla en la cintura (o las caderas, dependiendo de cuál tienes más estrecha), y una especie de calcetines con suela cuya caracterÃstica más notable es que son como manoplas: el dedo gordo va aparte. Unas señoras mayores de la zona nos ayudaron amablemente, no sin antes sorprenderse de la forma del cuerpo de los extranjeros, bien por la altura, el tamaño de los pies, o la proporción cadera/cintura que os comento (porque muchos de los japoneses que participan suelen tener barriguita).
Antes de empezar, se ponen todos los Mikoshis de las agrupaciones (supongo que será algo parecido a las hermandades en Sevilla) en el puente, y de ahà van saliendo por la calle Honcho abajo, luego se dispersan y cada uno va a su ritmo y eligiendo su camino por el barrio.
De vez en cuando paran enfrente de algún local (residencia de ancianos, restaurante, tienda, etc) y se le hace algún movimiento especial. A cambio de esta especial bendición, el dueño del local entrega algo de dinero para el mantenimiento del Mikoshi.
Y poco más que decir, salvo que una experiencia asà merece la pena por conocerlo, aunque no lo volverÃa a repetir, creo que es hacerse daño y participar en un juego de masas que no tiene demasiado sentido más allá de la tradición. Aunque verlo desde fuera, ¡sin problemas!
¿Y cómo lo he notado en Yokohama?, pues en mi habitación no ha pasado de ser una oscilación de unos 0.5s de perÃodo (debe ser la frecuencia propia de mi edificio), pero durante mucho tiempo. Si normalmente todo pasa en menos de 5 segundos, esta vez ha superado ampliamente el medio minuto de duración. Me ha dado tiempo a enterarme plenamente de lo que estaba ocurriendo, ser consciente de que no era un terremoto normal, y pensar en si ponerme los zapatos con o sin calcetines en caso de tener que salir corriendo de casa.
Y ahora una adivinanza. Tratad de averiguar como he conseguido la foto anterior. Os doy un par de opciones, de las cuales sólo una es correcta:
La he tomado yo mismo desde la terraza de Narita. Me he acercado al aeropuerto a las 7:30 de la manana (hora prevista de aterrizaje), cogiendo el primer tren y llegando de milagro (el aeropuerto esta a 3h de casa), ya que el vuelo se ha retrasado 10 minutos.
Me la ha dado el CEO de lufthansa junto con más material corporativo durante la rueda de prensa posterior en un hotel de lujo del centro de Tokyo. Para ello me he hecho pasar por periodista, poniendome el traje y todo.