La punta del iceberg

Estos últimos días están siendo un poco más duros en cuanto al entendimiento de cómo funcionan los japoneses. Es duro porque su comportamiento ante ciertas situaciones es chocante, e incluso estresante. Afortunadamente me voy acostumbrando, y aunque no lo comparto lo acepto, sé que es así y que no puedo hacer nada para cambiarlos, son un caso perdido. Menos mal que me queda ya poco tiempo durante el cual me tengo que adaptar a su manera de funcionar, porque ahora me están enseñando a su manera cómo operar las máquinas del laboratorio. Sin embargo a partir de abri seré mucho más independiente, usaré las máquinas por mi cuenta, así que lo haré de una forma algo más razonable, y no tan mecánica. 

Sigue leyendo →