Lavando ideas (dudas frente a una difícil elección)

Se acerca de nuevo la fecha de decisión de mi futuro. Y cada vez es más complicado decidir qué hacer. Tener muchas puertas abiertas es una ventaja, pero causa intensos dilemas internos como con el que os voy a aburrir un rato.

Acabo el Master en febrero del 2011, mes arriba mes abajo, aunque quizá sería posible adelantarlo a septiembre de 2010, no me interesa demasiado esa opción porque supondría agobiarse demasiado y trabajar como un japonés. Prefiero tener mis días libres y vacaciones para descubrir nuevos lugares.

La primera decisión es saber si quiero seguir estudiando, trabajar, o dedicarme a no hacer nada. Como siempre me gusta tener algo entre manos y la vida de estudiante no está nada mal, pues venga, a por la primera. Esto supone meterme en un Ph.D (doctorado), que vienen a ser unos 3 añitos más en la universidad.

Segunda decisión, a tomar de aquí a un mes. Tengo que firmar un papel en el que especifique si al acabar el Master voy a seguir aquí. Me dan un formulario con dos opciones, que harán efecto en cuanto acabe el master: 1) Entraré a un doctorado ó 2) Me voy de Keio y renuncio a la beca. En el fondo hay formas de solicitar otras opciones, por ejemplo transferir mi expediente y continuar con la beca en otra universidad de Japón, así que este papel me lo tengo que tomar como un rechazo o no a la beca dentro de año y medio. O lo que es lo mismo, si voy a seguir en Japón.

Quedarse en Japón supone seguir como ahora, con la beca adecuada para sobrevivir y pegarme mis viajecitos, pero en el mismo ambiente japonés de anteponer el trabajo ante todo, por no mencionar otros detalles que tampoco me acaban de convencer de la sociedad japonesa. No es que esté mal aquí, a veces me quejo porque he tenido un mal día, pero en el fondo hay tantas cosas diferentes e increíbles que todo esto me encanta. También es el camino fácil, seguir como hasta ahora. Si hubiera pensado así hace un par de años no hubiera salido de España, porque si me vine a Japón precisamente por cambiar, ¿por qué no seguir cambiando ahora que tengo oportunidad y ganas?. Quedarse en Japón supondría elegir entre continuar en Keio, irme a la Tohoku University en Sendai (a 300km de Tokyo, como que no…), o incluso por los contactos de mi profesor meterme en la Todai (Tokyo University), que es uno de los máximos prestigios que puedes obtener estando en Japón. Para que os hagáis una idea, me comentan amigos españoles que con un carnet de la Todai se liga más que comprando (para regalar) bolsos de Louis Vuitton al por mayor, pero eso podría suponer quedarse en Japón toda la vida, y por ahí sí que no cuelo.

Pero los contactos de mi profesor llegan a ultramar (como llaman aquí a todo lo que esté fuera de las islas niponas). Si decido cambiar de país algo que tengo seguro es que no iría a Europa. Demasiado cerca. La distancia te enseña muchas cosas. China tampoco, no me hace gracia someterme a los tentáculos del gobierno chino. Hong Kong o Taiwán ya sería otra historia, aunque aquí mi profe no tiene contactos, al igual que en África o Sudamérica. Korea (del sur) es otra opción, aunque similar a Japón la gente es mucho más abierta. La contrapartida es que están los norteños que en cualquier momento se les pueden cruzar los cables y meterte un pepinazo, y sinceramente, para irme a Korea me quedo en Japón.

Opciones reales fuera de Japón son tres: Singapur, Australia y USA. Cada una con sus ventajas e inconvenientes.

  • Singapur es un lugar barato, con un mezcla increíble de culturas, usan palillos para comer, un montón de destinos a precios low-cost y la universidad tiene muchos medios y está bien considerada. Lo malo es que todo el año hace un calor húmedo aplastante, aunque no estoy seguro de que esto sea tan malo… La universidad posiblemente sería la NUS, y no la NTU en la que Isra pasó un año.
  • Australia está en el quinto pino y tiene un montón de animales extraños que pueden atacarte cuando menos te lo esperas. Sin embargo se vive bien, es uno de los países con una calidad de vida más alta del mundo. Calidad de vida de verdad, no entendida como la de Japón, que tendrán muchos avances pero viven para trabajar. Obviamente estaría en una ciudad grande, posiblemente en la Universidad de NSW en Sydney. De allí tuve el gusto de conocer a un profesor italiano que vino a visitarnos a Keio, y que nos contó lo bien que se lo pasa como latino en cangurolandia, algo que yo mismo he tenido ocasión de comprobar. Tengo unas ganas enormes de volver a ese país.
  • Estados Unidos, un lugar con muchas oportunidades de salir adelante (y en el que nunca he estado) pero por el que seguro tarde o temprano pasaré. Aquí podría optar a muy buenas universidades en cualquiera de las dos costas, desde Berkeley o Stanford en California hasta un famoso instituto tecnológico en el estado de Massachusetts (aunque en este último lo mínimo serían 5 años). Lo malo es que después de estar en Japón con su cultura oriental, respeto, comida sana, etc, no me apetece ni chispa irme a un lugar como USA lleno de gaijines, y que temo que estas universidades sean demasiado competitivas y extenuantes como para no dejarte disfrutar del tiempo libre.

Elija lo que elija, en principio económicamente no hay problema ya que al hacer un doctorado es fácil conseguir una beca o un salario del grupo de investigación que te de para vivir y cubrir las tasas universitarias. Lo que sí que me importa mucho es la calidad de vida del lugar. Es de las mejores lecciones que he aprendido en Japón. Qué es calidad de vida y cómo no se debe vivir. En mi caso no quiero vivir para investigar. Hay muchas más cosas en las que merece la pena gastar el poco tiempo que estamos en la Tierra.

Y todo esto os lo cuento porque yo escribiendo las cosas me aclaro las ideas. Es como cuando pones una lavadora, que al tender la ropa te haces una idea de lo que tienes y de cuántos calcetines quedan desparejados. Ahora hay que dejarla secar durante un rato. Si queréis podéis ayudarme a destenderla, pero al final seré yo el que decida cómo me voy a vestir el día de mañana.