Hace ya una semana que se fueron, y por una parte parece que fue ayer pero por otra parece que pasó un mes entero. La verdad es que durante las dos semanas que estuvieron aquà aprovechamos el tiempo a tope. Levantándonos temprano para aprovechar el dÃa y que no nos pillara el Sr. Arahari y acostándonos tarde. Cuando habÃa horas de tren, bienvenidas eran para dormir. Cuando no, pues no se dormÃa. Asà acabé que, a los dos dÃas de irse, amanecà sin querer a las 2 de la tarde habiéndome puesto el despertador para las 7 de la mañana.
Superaron ampliamente mis expectativas. Vieron mucho más de lo que creÃa que les iba a dar tiempo. Y me sorprendieron gratamente con deliciosos regalos: embutidos, mermelada, chucherÃas y un libro para ver las estrellas.
De nuevo, gracias por compartir estos dÃas.
En las fotos Javi, Ãngela, Marta, Juan Carlos, la oveja feliz, el caniche rosado y yo, aunque no necesariamente en ese orden. Falta Yamada.
(Este fin de semana extendido (el lunes 12 es fiesta nacional (dÃa de la salud y el deporte)) vuelvo a Tateshina con la gente de mi laboratorio, asà que estaré en modo offline)