El otro día vi la muerte de un japonés en directo. Un hombre de unos 80 años que estaba pescando, debió de darle un ataque al corazón o algo así. No se había suicidado ni nadie había sido culpable. Una muerte natural en una soleada y agradable mañana de otoño.
Ocurrió en el trayecto que recorro cada día en bicicleta hacia la universidad, una especie de paseo fluvial donde nunca falta gente practicando deportes, yendo a trabajar, volviendo de la compra, o paseando a sus perros o a sus niños.
Rápidamente se presentaron un vehículo de bomberos, una ambulancia y un coche de policía (en este orden llegaron). Tras veinte minutos intentando sin éxito reanimarle con un desfibrilador y dándole masajes cardíacos e lo llevaron en la ambulancia. Mientras tanto la policía tomaba declaración al resto de pescadores que le acompañaban y que posiblemente fueran los que dieran aviso.
Cuando llego a la universidad y cuento que esa mañana había visto morir a una persona, me dicen que ya se han enterado. Pero era una confusión, no era el mismo caso. Ellos se referían a que justo esa noche un japonés de 24 años viviendo en Sendai decidió retransmitir en directo vía internet su propio suicidio. Lo había anunciado en 2chan, un conocido foro en internet en el que todo vale. Tiene su versión en inglés en 4chan, aunque según mi opinión no merece la pena perder mucho tiempo por ahí.