Me costó enterarme qué era todo ese bullicio en medio de la Estación Central de tren de Taipei. Un hombre subido en una silla con algo en la mano. Los de alrededor, diciendo de vez en cuando algo. Obviamente er una subasta, pero no me quedaba muy claro qué iban a subastar en una estación de trenes.
Son los objetos perdidos u olvidados en el tren. Dos veces al año hacen una subasta pública y se los queda el mejor postor. Supongo que después de haber dado tiempo suficiente a que apareciera el dueño. Asà que quizá ahora estarÃan subastando los objetos perdidos entre hace 12 y 6 meses.
La gracia está en que no se puede comprobar nada, lo muestran de forma aséptica y a veces incluso a ciegas. El móvil sin saber si funciona o no; las bolsas y mochilas sin abrir; e incluso los objetos sueltos (pulseras, gafas, etc) los esconden en una bolsa de papel para añadir emoción.
No se acaba pagando demasiado por las cosas. La mayorÃa no superan tres o cuatro euros de precio final. Lo más codiciado son las mochilas, que pueden llegar hasta diez euros. Cuando alguien consigue algo, los que tiene a su alrededor se mueren de la curiosidad por ver el contenido de la bolsa. Puede ser desde ropa sucia hasta ¡un portátil!.
En Japón guardan los objetos perdidos por unos meses (creo que eran 6) y si no encuentran al dueño en ese tiempo, el que se lo encontró tiene la opción de quedárselos. Aunque claro, supongo que los que se encuentre el operario del tren no entrarán en esa dinámica, como tampoco aquellos con los que se pueda identificar a la persona.
Yo he perdido varias cosas en este paÃs. Primero fue la cartera al pagar en un centro comercial. Me estuvieron llamando por la megafonÃa, pero como acababa de llegar a Japón ni me percaté, sólo la eché en falta cuando llegué a casa, entonces volvà y me la devolvieron. Al dÃa siguiente me enterarÃa que mi profesor estaba a esas horas por el mismo centro comercial, y él sà que escuchó el mensaje y bromeó con alguien acerca de que era su nuevo alumno y que no me iba a enterar porque no tenÃa ni idea de japonés.
Otra vez fue cuando me dejé la cámara de fotos compacta en un albergue de la isla de Sado. Contacté unas horas después de irme y más o menos les entendà que me la iban a enviar a casa. A los dos o tres dÃas recibo en casa una notificación un tanto peculiar, lo descifro como puedo y vuelven a hacer otro intento de entrega. Recupero la cámara :). Lo bueno de llevar casi dos años en Japón es que ya no me asusta recibir en mi buzón cosas como esta:
La tercera vez fue hace apenas unos meses, y me di cuenta a ser porque recibà una carta de la policÃa de la prefectura de Akita (700 km al norte de Tokyo) donde me dicen que han encontrado mi tarjeta de Alien, y que me pase a buscarla cuando quiera. Como si fuera un chiste. Alien, perdiste tu tarjeta, Akitá. Resulta se me cayó en el Shinkansen y llegó hasta el final de la lÃnea. Al final conseguà hacerles entender que me pillaba un poco a desmano pasarme por allà (34.000Â¥ ≈ 300€ ida y vuelta en tren) y que si me la podÃan enviar. Asà hicieron… menos mal… la verdad es que si no hubiera dicho que se me ha perdido y tras unas pocas reverencias de perdón en el ayuntamiento de aquà te emiten otra.
Por otra parte yo también he devuelto cosas perdidas. Sin duda la más llamativa fue un reloj de pulsera con pinta de valer varios cientos de euros. Voy a la Koban (comisarÃa de policÃa) y al ser un objeto de valor no les vale con devolverlo y listo, sino que tienes que rellenar un montón de papeleo. Aparte de mis datos personales me preguntan que cuándo lo encontré -hace ocho dÃas-, a qué hora -a las cinco de la mañana-, y dónde -en la cima del Monte Fuji-. Ojos a cuadros. Tratan de decirme algo pero no entiendo. Llaman a la central y me ponen con un intérprete en inglés. Resulta que por haber tardado más de una semana en devolverlo, si no acaban por encontrar al dueño no tengo derecho a que me lo den porque lo he hecho a mala fé, para quedármelo, porque sabÃa que el dueño ya debe haber preguntado por su reloj y que no va a volver a preguntar por él. Que no lo vuelva a hacer, pero que muchas gracias por entregarlo. Pues de nada. Me encanta la forma de pensar de algunos japoneses.
7 comentarios ↓
Una amiga se dejó una mochila en la Yamanote y nos dimos cuenta a los 10 minutos de bajar del tren. Fuimos a la oficina de objetos perdidos de la estación y el operario se encargó de conseguirnos la mochila de vuelta en menos de una hora.
Yo lo único que he perdido fue mi carnet de estudiante en el campus de la Universidad y a los 3 dÃas ya lo habÃan dejado en el centro de estudiantes internacionales y lo recuperé.
Da la sensación de que cuando pierdes algo en Japón tendrás muchas más posibilidades de encontrarlo que en otro paÃs. Y no es porque haya menos gente con mala fe que se queda lo que se encuentra (que de esos hay en todos lados), sino por la gente que se preocupa por notificarte en caso de haberlo encontrado.
Una hora… más o menos el tiempo que tardan los trenes de la Yamanote en dar la vuelta :D.
Tienes razón en esa sensación de que las cosas en Japón realmente no se pierden, pero tambien es porque hay poca gente con mala fe. Por otra parte, hay muchos que ven un bolso o una cartera por la calle y prefieren pasar de largo. Ni siquiera curiosean como harÃamos en España.
Asà que querÃas un reloj nuevo eh…
Ay pájaro!! :D
Jejeje!!
Llevo años sin usar reloj… no lo querÃa para nada. ¿Y tú qué hubieras hecho?
Yo tengo que decir que una vez me dejé una mochila en el tren de cercanÃas. La cosa es que me percaté sólo bajar de él, asà que avisé al Jefe de Estación. Pasaron semanas y sin noticias. Luego se dio la curiosidad de que un dÃa me tuve que acercar hasta el final de la lÃnea (L’Hospitalet de Llobregat), y me dio por preguntar…pues sÃ, ahi estaba la mochila, con todos los documentos de mi trabajo y una PDA!!…a veces hasta aquà te sorprendes.
Yo hubiera hecho lo mismo: llevarlo a comisarÃa tan pronto como hubiese podido ;)
@Xavi, no sé si me sorprende más que encontraras todo o que el jefe de estación no quisiera hacer su trabajo. Tenemos mucho que aprender de los asiáticos. Hay que hacer que la gente viaje, que puedan ver cómo son otras cosas y sentirse con la libertad suficiente como para cambiarlas. Aunque desde arriba no quieren que seamos asÅ
@Isra, yo no lo llevé tan pronto como pude. Se me olvidó durante unos dÃas :(.
Escribe tu comentario