Entradas escritas en abril de 2010 ↓

Jeju sobre dos ruedas

Voy a acabar de contaros y subir las fotos de mi última etapa en Corea: la isla de Jeju.

Lo primero la pronunciación, no vayáis por ahí pronunciando esas jotas tan fuertes como los españoles las pronunciamos. Tampoco como nuestra “y griega” que lo pronuncian en otras partes del mundo. En coreano es más parecido a la “ch”. Así que estamos hablando de la isla de “Chechu”.

La isla me recuerda mucho a Tenerife por varias razones. Primero es que está alejada del territorio continental (obviamente, es una isla), hacia el sur, de forma que tiene un clima algo más templado, sólo algo más, porque bien que me morí de frío ahí. Es de origen volcánico y, entre los muchos cráteres, tiene el pico más alto del país. También ha desarrollado históricamente una cultura diferente, muy relacionada con la naturaleza mágica que inspira un paisaje volcánica. Y por último… es el destino vacacional preferido por los coreanos. Yo creo que es así porque irse a Japón les sale un poco caro (las cosas cuestan el doble), y ya después les quedaría Taiwán o el sudeste asiático, un pelín lejos. Pero bueno, en esto no se parece tanto a España porque sólo hay que ver la cantidad de gente que va a lugares como Cuba, República Dominicana y Cancún con el único propósito de encerrarse en un hotel durante una semana.


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Volviendo al tema de la isla, hablando de tamaños, es pequeña, unos 70km de Este a Oeste y 30km de norte a sur. No hay tren, pero sí una red de carreteras muy bien organizadas, básicamente una circular que rodea la isla y cuatro que van de norte a sur, dos a cada lado del volcán. Hay autobuses cada 20 minutos que hacen diferentes recorridos, y el precio son 1000won (0.6€), independientemente de a dónde vayas. La idea es montarse en uno y bajarse donde a uno le apetezca, y así de autobús en autobús recorrerse la isla. Pero yo sólo tenía 2 días y medio. Muy poco tiempo. Había que aprovecharlo. Así que, haciendo uso del carnet de conducir internacional (de coches), me acerqué a una tienda de alquiler de motos a ver si colaba. Y coló :).

Alquiler de motos

Aquí tengo que aclarar un par de cosas. La primera es que con el carnet de conducir basta para motorizarse hasta 50cc. La segunda es que conseguir que te alquilen una moto en Corea es más complicado a que te alquilen un coche. No se fían de los extranjeros y aparte de pedirles el pasaporte y licencia internacional de conducir, les piden o una identificación coreana o un número de móvil coreano. Al final, después de recorrer tres o cuatro sitios, conseguí que me alquilaran una a cambio de darles una tarjeta del hostal en el que me alojaba (Yeha Guesthouse, con muy buen ambiente por cierto).

El hombre me había preguntado si había conducido una moto alguna vez. No le engañé, y le dije que nunca. Luego me preguntó que qué tal me manejaba con una bicicleta, y al decirle que sin problema, él tampoco tuvo problema en dejarme la moto. Fueron 12€ al día incluyendo guantes, rodilleras y casco. Me dieron un mapa y me tacharon las carreteras por las que no debería ir (montaña), y con un par de mandarinas me desearon buena suerte.

La isla era mía. Ahora tocaba descubrirla. Vamos a dar un paseo. Me puse a callejear (carretear) sin rumbo fijo, y llegué a un templo curioso y bonito. Allí una señora me invitó a comer, pero amablemente dije que no porque ya había perdido mucho tiempo y las horas de luz se me escapaban de entre los dedos.

Templo buidista

Templo budista

A Buda le gusta el mar

El Buda mirando al mar es de los más bonitos que me he encontrado en Asia. Seguro que él también está contento de tener esas vistas.

Por si no me había perdido, por el camino me encontré un laberinto y decidí perderme en él. Es de estos en el que crecen pinos de dos metros y pico de altura siguiendo un curioso patrón. Entre medias hay puentes y algún que otro pasadizo secreto para atajar. No era demasiado complicado, pero sí muy divertido. Apuesto a que me lo pasé mejor que los niños que estaban por ahí, jeje.

Laberinto de arizónicas

Laberinto de arizónicas

Laberinto de arizónicas

Tardé como media hora en encontrar la salida. Las estadísticas jugaban a mi favor. Un 90% de los que entran salen. El resto… tienen que ir a rescatarlos. Por si acaso el folleto informativo traía un mapa incluído (y no hice trampa, yo no vi el mapa).

Laberinto de arizónicas

El laberinto me supo a poco, así que decidí incrementar el nivel de emoción y meterme en una cueva subterránea. En la Lonely Planet decía que era patrimonio de la humanidad, y que a pesar de llevar cerrada varios años, se puede pasar muy fácilmente por un lado de la verja. Y así fue como entré a la galería de la serpiente.

Snake cave

Snake cave

Snake cave

Snake cave

La verdad, no comprendo cómo esta maravilla de lugar puede estar cerrado al público. Es una cueva de varios cientos de metros de longitud creada por el flujo de lava de un antiguo volcán. La lava cuando se solidifica ocupa menos volumen que líquida, entonces deja hueco a que corrientes de agua la vayan erosionando y quede la galería en sí misma. Como véis el tamaño es enorme.

A pocos kilómetros de ahí había otra cueva ya habilitada para entrar en ella, y por ello no había más remedio que acceder pasando por taquilla. Igual de impresionante, pero con mucho menos misterio al estar iluminada y llena de turistas.

Cueva volcánica

Cueva volcánica

Cueva volcánica

En las últimas dos fotos podéis ver la colada de lava y las marcas que dejaba en las paredes respectivamente.

Desde las cuevas de lava seca, me acerqué a un cráter dormido. No era gran cosa. Tenía forma de cráter, pero nada más. Mucho mejor fue mirar hacia detrás y disfrutar del atardecer.

Cráter volcánico

Jeju atardece

Y para acabar el día una de esas tonterías que vemos por la TV y que nos parecen tan curiosas: la carretera fantasma, donde los coches que se dejan en punto muerto suben la cuesta. El coche de la siguiente foto estaba yendo hacia delante… ¡sin motor!.

La carretera misteriosa, o cuesta que engaña

Yo lo probé con una botella de agua, y en efecto, la botella subía, que en realidad bajaba, pero al haber una cuesta a continuación (esta ya sí, hacia arriba) daba la impresión de hacer de bajada. Cosas de nuestros ojos. O nuestro cerebro mejor dicho.

El primer día me lo había tomado con calma. Lo principal era familiarizarme con el vehículo. Apenas le hice 50km, los suficientes como para entrenarme para el día siguiente.

El mejor medio de transporte en jeju

Mi plan era darle la vuelta a la isla. Y acabé haciendo más de 300km (recuerdo, en ¡scooter!). Eso sí, empecé pronto. Una hora antes del amanecer ya estaba en ruta buscando la punta del este, buscando el amanecer, sunrise peak lo llaman. Amaneció como siempre, pero después del madrugón y del frío que había pasado por la carretera (en torno a 0º) me supo a gloria.

Sunrise Peak

Sunrise Peak

Sunrise Peak

Sunrise Peak

Seguí dando la vuelta a la isla, y por el camino me encontré que, al igual que en Japón, a la gente de aquí también les gusta poner las piedrecitas una encima de otra, pero de una forma exagerada. Sigo insistiendo en que eran los sismógrafos de los antiguos: ponen una pila de piedras y atan debajo a un gato, cuando el gato maúlla entonces es que está ocurriendo un terremoto.

Piedra sobre piedra

Piedra sobre piedra

Piedra sobre piedra

Pasé de ver el museo folclórico y me metí en una casa tradicional a comer a las 10 de la mañana (había desayunado ya hacía 6 horas). Era el primer cliente del día y me trataron de lujo. Comí cerdo negro (jabalí) jejuano con kimchi y otras cosas que no me atreví a preguntar lo que era. Todo por 3€.

Black Pig

Y seguí mi camino. Montañas, cascadas, increíbles formaciones rocosas en la costa, más cuevas, pequeños paraísos con vistas al mar, etc.

Carretera Jeju

¿Tenerife? No, Jeju

Pescando gaviotas

Catarata al mar

Catarata

Calzada de gigantes

Atardecer

Sombrilla

Culos del atardecer

(curiosos asientos)

Llegó el atardecer, y busqué un buen sitio para verlo, cerca del oeste de la isla. Allí me despedí del Sol que me había acompañado desde el comienzo del día. Nos dijimos adiós, y hasta mañana.

Atardecer motorizado

Pero al día siguiente sólo tenía moto hasta el mediodía. No me iba a ir muy lejos. Me quedé por la ciudad de Jejusi, la capital de la isla, viendo algún que otro museo típico.

Dicen que la isla de Jeju fue habitada por los descendientes de tres hombres que salieron de unos agujeros en el campo. Cada uno lanzó una flecha hacia un lado, y se quedaron con el terreno donde la flecha había caído. Los agujeros tienen un nombre un poco impronunciable, Samseonghyeol, y además no te puedes acercar a ellos, no vaya a ser que metas la pata.

Los tres agujeros

Nueva escultura de Jeju

Pescando aviones

No me esperaba tanto de Jeju. Pensaba que iba a ser un lugar demasiado turístico y sobreexplotado, pero me encontré con auténticas maravillas. El truco, saber alejarse un poco de los puntos de interés señalados en los mapas y atreverse a perderse. Volvería a perderme por sus carreteras. Eso sí, con un poco más de tiempo y en una temporada más cálida, que la estrategia de encebollarse en capas de abrigo no funciona bien cuando vas motorizado.

La vuelta a Japón, justo el día en que por la ola de frío siberiano habían cancelado todos los vuelos en la corea continental. Pero el mío no pasaba por allí, sino que era directo a Tokyo, así que volando como los pájaros me comí el último kimchi y me despedí de Corea.

Kimchi

Korean Airlines

Sakura nocturno

Sakura nocturno de Naka Meguro

El florecer de los cerezos es todo un evento en Japón. Lugares como el parque Yoyogi o el estanque de Ueno se llenan de gente. Pero siempre hay rincones con pocas almas vagando, en las afueras de Tokyo, allá donde la línea Yamanote no alcanza, tan bonitos o más que los más típicos.

Sakura nocturno de Naka Meguro

Sakura nocturno de Naka Meguro

Esto fue hace ya dos semanas largas, al final del florecimiento, cuando a la gente se le empieza a pasar la excitación del florecimiento, cuando los primeros brotes verdes ya anuncian la primavera, y el trabajo del nuevo año fiscal recién estrenado empieza a fluir.

Sakura nocturno de Naka Meguro

Sakura nocturno de Naka Meguro

El lugar, Naka-Meguro. La hora del día, lo suficientemente tarde como para ahuyentar a las masas pero lo suficientemente temprano como para que aún quedaran unas pocas almas dándose una vuelta.

Sakura nocturno de Naka Meguro

Sakura nocturno de Naka Meguro

Sakura nocturno de Naka Meguro

Sakura nocturno de Naka Meguro

Por cierto, y esto va para Jose, va a resultar que al final hacer fotos en raw no viene mal del todo ;).

Sakura nocturno de Naka Meguro

Montañas de nieve

Nieve por todas partes. Metros y metros de nieve. Eso es lo que esperábamos ver en Murodo, en plenos alpes japoneses. Este año la temporada no abría hasta el 17 de abril, lo que más o menos quiere decir que hasta esa fecha hay tanta nieve que ni las máquinas quitanieves pueden pasar. Les dimos un día más por si acaso. Así que el 18 de abril Anna, Miguel y yo cogimos el tren tempranito y nos dirigimos hacia los Alpes Japoneses.

La idea era hacerlo en un sólo día. Ida, atravesar la cordillera, y vuelta. Teníamos unos JR East Pass que precisamente caducaban ese día y había que aprovecharlos al máximo. Os pongo un mapa para que os hagáis una idea del camino recorrido, y después los medios de transporte que cogimos.

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IDA:
5:56 Hiyoshi => (Tokyu Meguro Line) => Musashi-Kosugi 6:00
06:14 Musashi-Kosugi => (JR Yokosuka Line) => Tokyo 06:32
07:00 Tokyo => (Shinkansen Max Toki 303) => 08:11 Nagaoka
8:20 Nagaoka => (L.Ex Hokuetsu) => Naoetsu 9:36
9:46 Naoetsu => (JR Hokriku line) => Toyama 11:50
(tiempo total 6h incluyendo trasbordos)

RUTA:
12:17 Dentetsu Toyama => (Toyama Chiho Railroad) => Tateyama 13:19 [1170Â¥]
Tateyama Cablecar: 7min [700Â¥]
Highland Bus: 50min [1660Â¥]
Tateyama Trolley Bus: 10min [2100Â¥]
Tateyama Ropeway: 7 min [1260Â¥]
Kurobe cablecar: 5min [840Â¥]
Kandem Trolley Bus: 15min [1500Â¥]
Ogizawa-Omachi Bus: 40 minutes [1330Â¥]

(tiempo total 134min más trasbordos, paseos, etc)

VUELTA:
19:00 Shinano Omachi => (Oito Line) => Matsumoto 1h
Matsumoto => (L.Ex Super Azusa)=> Tachikawa 2h10min
Tachikawa => (JR Nambu Line) => Musashi-Kosugi 43min
Musahi-Kosugi => (Tokyu Toyoko Line) => Hiyoshi 4min

(tiempo total unas 4h30min incluyendo trasbordos)

Podría parecer pesado de organizar todo esto, pero se hace fácil gracias a páginas como Hyperdia que te dan todos los horarios de trenes y conexiones necesarias.

Y el viaje en sí no fue pesado. Primero porque saliendo tan temprano tienes ganas de continuar tus sueños un rato más en el tren, y os digo yo que el Shinkansen es el medio de transporte donde más y mejor he dormido. Y más razón aún cogiendo la línea hacia Niigata que tiene cientos de kilómetros de aburridos túneles.

Durmiendo en el Shinkansen

Después llegó lo bueno. Un tren local que paraba en cada pueblecito del recorrido, justo por la costa oeste de Japón. A un lado el mar, al otro las montañas, y entre medias campos, cultivos, pueblos y gentes.

Campos desde el tren

Tateyama

Arroz inundado

Japanese Alps

Como eran un par de horas hubo tiempo para todo. Para dormir un rato más, y para sacar fotos como las anteriores. Las ventanillas de tan oxidadas apenas se abrían, había que apañárselas para sacar el objetivo de la cámara por el poco espacio que nos dejaba, y siempre con mucho ojo de que no se lo llevase por medio un tren en sentido contrario. No nos arriesgábamos. No queríamos perder nuestras cámaras (ni nuestros brazos).

Fotos a través de la ventana

Qué calor. En manga corta. Y yo que había avisado al personal de se abrigaran bien porque íbamos a pasar frío. Aquello era pura primavera. Cerezos en flor por todas partes y un sol que apretaba el cada vez más chirriante vagón de tren. Sin embargo el conductor no se dejaba acobardar, y por si fuera poco la vía era recta, quién diría que nos dirigíamos hacia toneladas y toneladas de nieve apilada.

Maquinista en su cabina

No hay que agarrarse en las rectas

La montaña abandona su timidez y se atreve a acercarse a medida que llegamos a Tateyama.

Tateyama

Y por fin llegamos a la base. Pero aquí toca subir. Y no se sube andando como al Monte Fuji. Quizá se podría, pero no hay tiempo que perder. Tenemos por delante un recorrido para atravesar toda la cordillera, y aunque apenas es la 1 de la tarde ya vamos justos de tiempo. Sólo podemos permitirnos 1 error, perder 1 de las 5 conexiones que tenemos. Si perdemos 2, nos toca hacer noche. Comencemos por el funicular. Cientos de metros más arriba nos cruzamos con la pareja que baja: aún vamos a mitad de camino.

Tateyama

¿Y qué hay arriba?. De momento nada. sólo estamos a 1000m de altura y hay que seguir subiendo. Ahora en autobús. Salvamos nada más y nada menos que 1500 metros más de
desnivel en tres cuartos de hora. Hay nieve. Al principio un poquito, luego más, y más…. ¡y más!
Snow Corridor

(esto tan sólo es un poquito de nieve)

Blanco y verde

Snow Corridor

Snow Corridor

(cuando la nieve es más alta que el autobús empiezas a asustarte)

Snow Corridor

(a estas alturas si no vas con gafas de Sol tienes los ojos quemados)

Snow Corridor

(hasta que la nieve dobla en altura a tu autobús)

Vaya, parece que aquí ha nevado bien. Me río yo de los tres dedos de nieve que consiguen cerrar Barajas. Aunque claro, estamos a 2500m de altura. Pero el mes de abril está ya bien entrado. Y aunque el sol calienta la temperatura ambiente no sube de 0º. Qué cosas. Bueno, juguemos un rato con la nieve, con cuidadito de no quedarse enterrado por ahí, que de esa no te sacan, en serio.

Snow Corridor

Snow Corridor

Snow Corridor

Hay que seguir. Vamos bien de hora, ahora toca un autobús eléctrico. Un trolebús de toda la vida. ¿Por la nieve?, no, por un túnel. Es que los japoneses se han aficcionado a hacer túneles por todas partes, lo que no saben es que ni siquiera así van a conseguir convertir Japón en ese queso francés que tanto les gusta. Aún así ponen interés y por eso llevan siglos sin usar desodorante, pero los genes les han jugado una mala pasada y no llegan a oler tan mal como algunos… como algunos quesos.

Bueno, volvamos a la montaña. A los túneles de la montaña.

Electric Bus

Túnel en Tateyama

Entre medias vemos que hay gente que sólo compra billete para subir. Que prefieren bajar por sus propios medios. No está mal hacer 1500m de desnivel haciendo snowboarding. La montaña está arañada por todas sus laderas gracias a personajes como el de esta foto:

Snowboarder

(este usaba un rallador de dos metros)

Alpes Japoneses

(estos tres sólo se dedicaban a pisotear la nieve)

Y seguimos con el recorrido. Cuando no hay túneles es porque no hay montaña. Nos topamos con un valle, y lo salvamos con un teleférico. Imponente el valle. Nieve y montañas por todas partes. No se ve el final del cable. Quizá no tenga final.

Tateyama cablecar

Ah, sí, sí que lo tiene:

Tateyama cablecar

Y de nuevo más y más vistas increíbles. Aquí decidimos quemar nuestro único comodín y perder el penúltimo autobús del día. Merecía la pena.


Japanese Alps

Japanese Alps

Japanese Alps

Y para reponer fuerzas y calentarse nada mejor que comer algo. ¡Pero si estamos rodeados de nieve!. Pues aquí lo único que hay son helados (no vamos a abrir un omiyage [dulces de recuerdo de un lugar], eso es sagrado). Elijamos el sabor que más nos haga entrar en calor. ¿Mango?, ¿Melón?, ¿Plátano?… ehh… ¡marchando un helado de wasabi!

Helado de Wasabi
(¡y vaya que si picaba!)

Seguimos bajando… y cuando la nieve se derrite se queda abajo embalsada. Pero ahora toda la nieve está arriba, así que el embalse no anda muy lleno, pero bien que se notan las líneas de “hasta aquí y no más”. Dicen que a partir de junio lo tienen que abrir porque no dá para más. Afortunadamente convierten la energía potencial del agua en energía eléctrica haciendo girar unas turbinas enormes. Por ahí hay algunas fotos de cómo montaron todo el tinglado, porque os aseguro que ni llegar allí ni subir las turbinas es tarea fácil.

Presa de Kurobe

Embalse de Kurobe

Presa de Kurobe

Más camino abajo. Un funicular primero y un autobús después. Así más o menos ya volvemos a un lugar normal, donde encontrar una estación de tren que nos lleve primero a Matsumotoooooo (tal como lo pronuncian) y luego a casa. Ha sido un día largo, y más frío de lo que parecía en un principio. No nos queda otra alternativa que dormir en el tren y poner las alarmas un minuto antes de la llegada prevista, el tiempo suficiente para recoger las cosas y salir del tren, porque en Japón los trenes no se retrasan… ni te esperan.

Por último, os dejo unos links útiles por si os animáis a hacer esta ruta. No sólo se puede ir en primavera, tanto en verano como en otoño está precioso. Eso sí, mejor abstenerse de ir en invierno, desde finales de Noviembre – hasta comienzos de Abril), en esos meses la entrada sólo está permitida a muñecos de nieve.

http://www.alpen-route.com/english/index.html
http://www.japan-guide.com/e/e7550.html

Amanecer de abril

OK, ahora sí. Un último mes con dos visitas encadenadas, mudanza de por medio con todo el cacharreo y papeleo burocrático que eso implica, escapadas varias a lugares cercanos y no tan cercanos, y por si fuera poco replanteándome qué hacer con mi futuro (que al final está en el aire); han hecho estragos en mi escritorio, bandeja de entrada, y estanterías de mi nueva habitación. Necesitaba tiempo libre, tiempo para organizarme de nuevo. Y este fin de semana ha sido estupendo, comenzando por un viernes lluvioso pero festivo en Keio por el aniversario del fundador, y acabando por hoy domingo, soleado pero frío.

Esta mañana desde la cama he visto amanecer sobre el aeropuerto de Haneda, un par de cuervos juguetear (o pelearse) entre los edificios, y asomándome por el lateral del balcón el Monte Fuji coloreado de rosa. Lo suficiente como para darme cuenta de que era demasiado temprano (5am quizá…) y que aún me quedaba un rato de sueño debajo de mi nuevo edredón de plumón (comprado en Amazon con un 80% de descuento :P).

Pues eso, perdonad por no haber escrito ni colgado fotos últimamente. Pero ya vuelvo a la normalidad, o eso espero.

Para acabar y no dejar tan soso este post os dejo una animación que explica las peculiaridades de Japón. Está hecho por un japonés estudiante de diseño, y creo que tiene una vista más o menos acertada de cómo es su país. ¡Echadle un ojo!

Manzanazo

Es ligero, tiene una pantalla muy grande (mas de lo que parece a simple vista), es facil de usar, responde muy rapidamente, pronto sera multitarea pero… ni es lo suficientemente pequeno como para que quepa en un bolsillo ni es lo suficientemente grande como para trabajar con el comodamente. Aun asi, aunque no sea util del todo y cueste un ojo, es toda una pasada en cuanto a tecnologia.

(Por cierto, gracias a Ken por dejarme toquetear su recien estrenado iPad)

To those who love the vastness of the sky


Tumba de un aviador

Johannes Richardus Maria Elberse

Born 1932.1.30 Soest, the Netherlands
Died 2009.6.16 Yokohama, Japan

En el cementerio de extranjeros de Yokohama es una visita recomendable. La entrada son 200¥, y en un pequeño recorrido de 30 minutos o así puedes ver cómo los inmigrantes han sido desde siempre parte de la vida diaria de Japón. Aunque haya japoneses que se resistan a creerlo. Encuentras cosas curiosas, entretenidas, o incluso divertidas:

Decían que no podía hacerse pero…

[caja fuerte]

…me lo llevé todito conmigo.

Se llevó el dinero a la tumba

Mil quinientos cuarenta kilómetros por hora

Casi sin darme cuenta la distancia entre Japón y España se ha acortado. No es que haya habido ningún terremoto que se haya llevado Rusia de por medio, ni han construído un túnel que atraviese la tierra. Simplemente es que en Europa ha llegado el verano a los relojes antes que a El Corte Inglés, y ya disfrutan de atardeceres a las ocho y pico de la noche.

Aquí sigue igual que siempre, amaneciendo antes de que hayas podido ver salir el Sol y atardeciendo antes de que te des cuenta. Y los japoneses no quieren cambiar su horario no es por tener que cambiar la hora de todos los relojes (ya que se regulan por radio), sino porque creen que una hora más de sol en la calle significa una hora más para trabajar.