Clavos hundidos

Ayer vi a un hombre en silla de ruedas por la universidad. Me sorprendió. Pensándolo bien, en Japón la inmensa mayoría de gente que se ve por la calle son normales. Normales… considerad que ya llevo más de un año por aquí ;), pero me refiero a que no se ven paralíticos, invidentes, síndrome de Down, cojos, etc. Quizá es porque la salud y alimentación es mejor y además usan mucho más el transporte público, o porque los japoneses son genéticamente una raza superior que no tiene tantos defectos como la occidental, o simplemente porque se quedan en sus casas.

La ciudad no está adaptada para las sillas de ruedas, ni para los ciegos. Los que habéis estado por aquí me diréis que en las estaciones de tren hay ascensores y las aceras tienen guías en el suelo para los invidentes… pero eso sólo ocurre en los sitios normales que todo el mundo visita. Y si no acercaos a las calles de cualquier barrio residencial: sin aceras y con postes por todas partes. O a la universidad, en el caso de mi campus de Keio, al que para llegar hay que subir una cuesta bien empinada por una acera estrecha, sólo hay rampas en las zonas de laboratorios (para mover maquinaria y suministros). Olvidáos de ir a la tienda en silla de ruedas (el ascensor es pequeñísimo y queda en un pasillo estrecho), o a las aulas que no quedan en la planta baja,

Definitivamente Japón está hecho para los japoneses. Para los japoneses normales. El clavo que sobresale es martillado. Y el que no puede sobresalir porque está hundido… ¿hundido queda?

Por cierto, el hombre en silla de ruedas por la universidad era occidental.