Entradas escritas en octubre de 2010 ↓

Frío divino

Curioso nombre el de este frigorífico. Seguro que Homer Simpson estaría encantado de llamarlo así.

Un Dios muy frío

Y la siguiente foto está tomada en la misma ciudad (Daegu), en un parque en el centro de la ciudad tienen estos cubículos con pantallas táctiles que dan información de la ciudad y además permiten enviar emails con fotos a quien quieras. Era verano, hacía ese típico calor húmedo, y os puedo asegurar que en ese cubículo se estaba como DIOS (es decir, fresquito) gracias al aparato de aire acondicionado en exclusiva. Un desperdicio de energía, pero todo sea por la imagen de la ciudad.

Wasted aircon

Me pregunto si en invierno funcionará como bomba de calor. Tendré que hacer mis averiguaciones…

Por cierto, aparte del despilfarro energético, me parece todo un alarde de responsabilidad ciudadana el poder tener este tipo de elementos en el mobiliario urbano. La gente los respeta, no se plantean llevárselos ni vandalizarlos. Mirad cómo no tiene ni un rayajo, ni una pintada, y ni siquiera publicidad pegada en esas paredes de cristal tan vistosas (el cartel que se ve explica el funcionamiento de la máquina).

Con las propiedades personales pasa lo mismo. Por lo general no te tienes que preocupar de carteristas, ni de por dónde andas a qué horas. En Japón es lo mismo, y en el resto de Asia se puede andar por la calle mucho más tranquilamente que en muchas ciudades europeas.

Un segundo

La luz viaja a una velocidad de 299.792,458 kilómetros por segundo, y más o menos esa es la misma distancia que hasta ahora he recorrido volando en aviones (299.474 km). A partir de aquí voy a escribir una serie de cálculos que me he entretenido en hacer durante un frío, ventoso y lluvioso día de tifón en que salir de casa era mala idea. Lo primero un mapa global de por dónde he volado:

Básicamente se ve que me he movido por dos zonas del mundo, Europa y Asia, con eventuales escapadas a América del Sur y Australia. Pongo los mapas de Europa y de Asia para que se vea mejor (aunque desde ya os digo, que gracias a Ryanair en el de Europa no se logra ver demasiado):

En total son 114 vuelos que equivalen a pasar en total casi 17 días completos en el aire. Un vuelo medio viene a durar tres horas y media recorriendo 2600km. Esta es una distancia muy adecuada para Europa, porque prácticamente cualquier vuelo entre Madrid y  el resto del continente es menos que esa distancia. Sin embargo en Asia no ocurre lo mismo. No estamos acostumbrados a la geografía de esta parte del mundo, y vemos que con un radio de 2600km desde Tokyo no se cubren la mayoría de destinos en el sudeste asiático.

Y en el largo radio ocurre parecido. Por poner un ejemplo, de Madrid a Boston hay la misma distancia que de Tokyo a Singapur. Quizá por eso he volado más en los últimos años que he estado en Japón, porque para conocer el vecindario tenía que irme más lejos. También es cierto que el gobierno de Japón se porta bien con la beca y que yo prefiero gastarme lo que ahorro en viajes que en vez de en figuritas de manga, en salir de fiesta, o en estar a la última con los gadgets. Aunque como veréis en el siguiente gráfico, ya a partir del 2007, antes siquiera de que se me pasase por la cabeza venirme a Japón, me moví bastante.

Lo más probable es que para el año que viene la barra verde (distancia) baje considerablemente y desproporcionalmente al aumento de la línea azul (número de vuelos). O al menos eso es lo que está dentro de mis planes ;).

Otros datos. Hasta ahora he volado con 25 aerolíneas entre 65 aeropuertos distintos combinándolos en 69 rutas diferentes. Las tres aerolíneas que más he usado son:

  • Ryanair (21 vuelos, 23.700 km)
  • Aeroflot (8 vuelos, 43.800 km)
  • ANA (8 vuelos, 35.800 km)

Una curiosidad es que esos 21 vuelos de Ryanair me han costado en total menos de 110€ incluyendo tasas y cargos adicionales. Eso hace unos 5€ por vuelo. Vaya, es más o menos como lo anuncian :), aunque claro está que viajando sin equipaje de mano y teniendo flexibilidad de fechas y destinos.

El aeropuerto que más he usado es Madrid (56 vuelos). Muy de lejos le siguen otros ya de esta parte del mundo, como Tokyo-Narita (14 vuelos) y Bangkok (9 vuelos). Ojo, aquí estoy contando despegues y aterrizajes por separado. Hay aeropuertos en los que sólo he aterrizado (Kuala Lumpur, Panamá, Hiroshima, etc) y otros en los que sólo he despegado (Sydney, Pusan, Estambul, etc)

Las rutas más recorridas, hay varias, pero ninguna de ella la he recorrido más de 4 veces (contando los segmentos de ida y vuelta por separado). Por ejemplo, de Madrid a Oporto, Mallorca, Torp(~Oslo); y de Moscú a Madrid o Tokyo, porque las dos veces que he vuelto a España desde Japón lo he hecho parando en Rusia, aunque sólo en una ocasión pude salir del aeropuerto en un tránsito de 12h para visitar un cachito de l frío invierno en Moscú. Estaría bien seguir conociendo un poco más de Rusia (que no es tan fría como parece), y si por mí fuera, me volvería a Europa en el transiberiano desde Vladivostok, donde llegaría en barco desde Niigata, en la costa oeste de Japón. Pero no resulta práctico hacerlo con el equipaje propio de una mudanza, así que dejo esos planes para otro momento en el futuro.

En cuanto a tipos de aviones en que me he montado, la verdad es que no hay demasiada variedad. Sin contar sub-variaciones, han sido 13 los modelos distintos. Y de ellos sólo 1, y sólo en 1 vuelo muy corto, era un avión de hélices, en las Filipinas, de Cebu a Caticlan, aterrizando en un aeropuerto prácticamente en medio de la selva, con una pista tan corta que tuvieron que pesarnos individualmente (me refiero a las personas, además del equipaje) para que todo fuera bien. Y fue bien, seguro que Isra se acuerda (y disfrutará leyendo los links de este párrafo ;)). Por cierto, ¿os había dicho que esto fue en la aerolínea Cebu Pacific, que está en la lista negra de la UE?. Volviendo al tema, los tipos (familias) de aviones en que más me he montado:

  • Airbus 320 (32 vuelos, 45.000 km)
  • Airbus 330 (12 vuelos, 69.000 km)
  • Boeing 737 (35 vuelos, 40.600 km)
  • Boeing 747 (7 vuelos, 49.800 km)
  • Boeing 767 (7 vuelos, 37.800km)

Y podría seguir poniendo estadísticas que he sacado como vuelos en Low Cost (49%), Internacionales (75%), precio medio por 100km (5€, ¡como el autobús!), saber que involuntariamente he seguido el refrán “en martes ni te cases ni te embarques” y los días que menos he volado son precisamente los martes, casi cuatro veces menos que el día en que más, el sábado, y que nunca he estado en el aire ni en el mes de noviembre ni en el día 19 de cualquier otro mes.

Bueno, lo dejo aquí, esto de recopilar datos puede ser una buena o mala costumbre que tengo, depende por el lado en que se mire. Hacer estadísticas con ellos es, sin duda alguna, tremendamente entretenido y divertido. Quizá por eso mi investigación en Keio tiene que ver con el método de Monte Carlo, que no es otra cosa que operar estadísticamente sobre datos obtenidos aleatoriamente para obtener resultados deterministas y que explican determinados fenómenos físicos, como la amorfización del silicio. Por cierto, me voy volando a hacer la siguiente revisión del paper (y van doce), que el profesoritoh la espera para comienzos de la siguiente semana.

Dormir en la cafetería

No sé quién es peor, si este japonés que se sienta en una terraza, se descalza y se pone a dormir tranquilamente sin pedir nada…

Sólo durmiendo solo

Happy corean couple

… o esta feliz pareja coreana que van a compartir su tiempo libre a una cafetería tipo Starbucks. Doy fe que estuvieron en ese estado más de cuarenta minutos. Luego se marcharon agarrados de la mano.

No en vano una de las principales funciones de las cafeterías y tiendas de comida rápida que abren 24h es tener un lugar donde esperar durante la noche si has perdido el último tren del día anterior. Otra opción son los karaokes.

Terremotos (XIV & XV), hackeo y tifón

Por la naturaleza de mi investigación (simulaciones) me paso mucho tiempo sentado enfrente del ordenador, además de emplearlo para otros usos como estar al día de lo que pasa en el mundo o comunicarme con la gente (entre lo cual incluyo este blog). Quizá por eso me paso unas 8-10h al día enfrente de una pantalla. Bueno, ahora dos, he empezado a trabajar con multimonitor cuando estoy en la universidad.

En la universidad estoy en un quinto piso. En mi casa en un 12º. Ambos lo suficientemente altos como para notar los terremotos más que quien vive en un bajo. Y siento hasta los más débiles. El del sábado pasado por la noche fue uno de ellos. Como siempre, noto la oscilación típica de medio segundo de período (más o menos) y me quedo parado para saber si es o no un terremoto, y salir corriendo si fuera a más. Al final fue cosa de poco (3.2 grados Ritcher), pero justo en la Bahía de Tokyo. De hecho no lo detectaron muchas estaciones sísmicas, pero sí una no muy alejada de mi casa. La geología local influye en la propagación de las ondas y en algunos lugares el terreno puede ser menos flexible que en otros. En mi caso vivo en lo que antiguamente era la línea de costa natural de Kanagawa. Ahora para ver el mar me tengo que alejar tres o cuatro kilómetros más.

(Mi casa está más o menos por donde el punto blanco de abajo. Fijáos en la costa alrededor de toda la bahía, llena de islas y extensiones de tierra artificiales.)

Lo curioso de este terremoto es que ocurrió JUSTO (en el mismo minuto) que una intrusión no deseada en mi blog. Recibí un ataque desde Kuwait con el objetivo de convertir mi blog en un mural de propaganda de un grupo radical palestino. Me di cuenta al instante, ya que aparecieron elementos extraños en la interfaz de WordPress mientras escribía. Desconecté el blog, pero el daño ya estaba hecho. Habían reemplazado mi usuario y contraseña por uno llamado evil. Afortunadamente con una copia de seguridad conseguí restaurarlo y actualizarlo a una versión más actual (hacía “bastante” que no lo actualizaba). En un par de horas todo había vuelto a la normalidad para el lector, aunque luego me tiré todo el día siguiente con otros detalles como investigando qué ocurrió y reparando algunos plugins a mano para que funcionaran en la nueva versión.

(la interfaz que el hacker y yo podíamos ver)

Pero bueno, ya está solucionado. Voy al segundo terremoto (4.4 grados Ritcher, más bien pocos), que ocurrió mientras reparaba el estropicio. Noté una pequeña vibración, como el día anterior, luego cuatro o cinco segundos de pausa, y cuando ya creía que era una “falsa” alarma, a continuación vienen tres o cuatro oscilaciones más fuertes, claramente perceptibles y que dejan el agua de la botella a mi lado moviéndose. Luego podrían haber venido otros meneos más fuertes, pero no lo hicieron. Nunca sabes si se va a acabar o va a continuar, si ha sido un terremoto flojito y cercano o uno fuerte y lejano. Hay que actuar sobre la marcha y ponerse alerta si notas algo para generar un poco de adrenalina en caso de que la tuvieras que usar unos segundos más tarde. No es como un tifón que lo ves venir y sientes como a medida que pasan las horas el viento y la lluvia se hacen más y más fuertes. Es algo instantáneo e impredecible, de momento.

Veo que llevo quince terremotos en dos años viviendo en Japón, y me he perdido varios estando de vacaciones (los de agosto de 2009, esos sí que fueron interesantes según me han contado). Sale más o menos a uno cada mes y medio, aunque van por rachas. Ah, y en la zona de Tokyo. Un poco más al norte, por las prefecturas de Ibaraki, Fukushima e Iwate (a 50, 100 y 200 km al noreste de Tokyo, más o menos), se pueden sentir con más frecuencia, que se lo pregunten a Alberto que vive en Tsukuba.

Y la cosa no acaba ahí, para este finde nos llega otro tifón. Está entrando por Okinawa y se espera que mañana a mediodía alcance categoría 4 (en la escala con máximo en 5), con vientos de 120nudos (más de 200km/h). Esto me da más miedo que mis vecinos en halloween…

Como siempre, se agradecen los reportes meteorológicos de la JMA.

La oveja de fuego: el nuevo monstruo de las galletas

Posiblemente ya conozcáis cuál es el trend topic de las últimas 48 horas en Internet. Firesheep, una pequeña extensión para Firefox que permite capturar las cookies que vuelan libremente por las redes inalámbricas no-seguras.

Las cookies se emplean en los servicios de internet para no tener que estar introduciendo el password continuamente, es una forma automática de identificarse sin necesidad de almacenar el password en ningún lugar del ordenador (ya que entonces podría leerse de alguna forma). Una cookie en sí misma es inofensiva, no contiene ninguna información vital, es un trozo de texto más o menos aleatorio. Pero la cookie nos da acceso a partes privadas de ciertos servicios en internet.

Haciendo un símil podemos comparar una cookie con la llave de nuestra casa. El introducir la contraseña de Facebook sería equivalente a mostrar las escrituras de tu casa para poder entrar en ella; sólo se hace una vez, y a partir de ahí una cookie sería a tu cuenta en Facebook lo que una llave es a tu casa: un sistema rápido para poder entrar siempre que quieras sin tener que estar pidiendo permiso siempre. Además puedes darle la llave a quien creas que es de confianza, como vecinos o aplicaciones externas. Lo que ocurre con las redes WiFi desprotegidas es que revelan esta llave (cookie) cada vez que la usamos, y terceras personas pueden extraerla y usarla sin tu permiso, como si tú le hicieras una foto a tu vecino abriendo la puerta de su casa y luego recrearas una llave a partir de la imagen capturada.

Las consecuencias es que haciendo uso de estas cookies capturadas al vuelo un tercer usuario puede introducirse en nuestra cuenta. Las formas de evitarlo es protegiendo o bien la llave o bien el medio. Podemos proteger la llave poniéndole una cobertura (Secure Sockets Layer se llama) que aparte de no dejar que se vean los detalles, permite verificar que la llave sea la original. También podemos proteger el medio, usando una WiFi segura (WPA2) que actúa como si echásemos una granada de humo en el descansillo de nuestro piso. Así no sólo podemos usar la llave sin que nos la copien, sino que también podemos hacer cualquier cosa sin que los vecinos cotilleen.

Así que tenemos dos problemas, WiFis abiertas y llaves desprotegidas. El primero es complicado de resolver ya que se necesitan WiFis abiertas en muchas partes (bibliotecas, cafeterías, etc). El segundo es un problema que lo tiene que resolver los proveedores de estos servicios en internet. Google ya lo hace con Gmail.

Mientras tanto, un desarrollador sacó el fin de semana pasado una sencilla herramienta para hacer que cualquier persona pueda capturar las llaves desprotegidas que circulan a través de su red inalámbrica. Aquí está el enlace: Firesheep. La repercusión de esta acción ha sido tremenda. Me parece una forma curiosa de llamar la atención frente a una vulnerabilidad: facilitando el acceso a dicha vulnerabilidad por prácticamente cualquier usuario. La caja de Pandora ha sido abierta. Estoy deseando ver cómo reaccionan por una parte los grandes proveedores de servicios (Facebook, Flickr, entre otros muchos), y por otra los propios usuarios.

Con este artículo aporto mi granito de arena ayudando a la difusión y el entendimiento de este hecho.


Navegando por los espacios de color

Hoy he decidido que ya era hora de cambiar mi foto de perfil de diversas redes sociales y servicios web a los que pertenezco. Busqué una foto que me convenciera y empecé a cambiarla. Hasta aquí todo bien. Mi sorpresa viene cuando en unos lugares se muestran los colores con vivos rojos y en otros como parduscos marrones. Concretamente facebook hace el mayor estropicio de todos. (Ojo, con estropicio me refiero a que degradaba los colores de forma notable, según mi punto de vista. Hay gente que puede ver más o menos colores, al igual que los músicos distinguen perfectamente sonidos, y otros incluso sabores u olores.)

¿Qué está pasando aquí?. Lo primero que pensé es que la web en cuestión tomaba la previsualización incluída a veces en los datos EXIF como imagen en miniatura. Y que esta previsualización contenía una representación del archivo RAW original sin procesar. De lo que estaba seguro es que no era cosa del navegador ya que viéndolo con otros navegadores ocurría lo mismo, se veía igual de mal la imagen en facebook. Pero haciendo pruebas lo que realmente me ha sorprendido es que tanto las fotos de este blog como mi photostream en Flickr se ven muy distintas dependiendo del navegador que uséis. Echad un ojo cómo se ve el post anterior usando la izquierda Opera 9.64 y a la derecha Safari 4.0.2.

Fijáos en los colores más brillantes de la ropa de las modelos y en el color de la piel. En la izquierda es mucho más pálido, con mucho menos contraste, con menos fuerza. Sin embargo a la derecha está mucho mejor (según mi punto de vista), y lo que es más importante, está tal cual lo preparé en el programa de revelado fotográfico, ya que al disparar en RAW necesito ajustar en un postprocesado algunos niveles de cada imagen.

¿Qué está pasando aquí? Me he tirado un par de horas buscando en internet, en foros, en todas partes, y al final he llegado a conclusiones que creo que interesarán a aquellos que toméis fotos y las publiquéis en internet.

El caso es que mi programa de imagen (iPhoto), cuando lo uso con archivos RAW, exporta las fotos JPEG con el espacio de color Adobe RGB, superior al sRGB habitualmente utilizado en el mundo de Microsoft. Es superior en cuanto es capaz de representar un espectro más amplio de colores. Siguen siendo 8 bits por canal, por lo que el número de colores va a ser el mismo, pero abarcan un rango superior porque tiene escalones más grandes entre color y color.

Facebook y otros servicios de internet se cargan dicha información (contenida en los datos EXIF) cuando subes una foto, así que el navegador presupone que usa el habitual sRGB. Flickr y otros servicios web no se lo cargan, pero la mayoría de navegadores lo ignoran y procesan la foto como sRGB. Es como hacer un cambio de coordenadas a lo bruto. Ven tres números y los meten en la base sRGB, en el primer caso porque no tienen más información y en el segundo porque ni se molestan en buscarla. Lo que quedan son fotos con menos contraste y colores más tristes, aunque podría ser peor (cambio radical de colores) dependiendo de la definición de Adobe RGB.

Todos aquellos que uséis un navegador distinto a Safari ó Firefox (versión >3.5) estaréis viendo mis fotos peor de lo que realmente son. He considerado cambiar de Adobe RGB a sRGB, pero mi programa de edición no me lo permite y haciendo el cambio con otro software es añadir un paso más al ya de por sí largo proceso desde que una foto abandona mi cámara hasta que acaba en Flickr (descarga, copia a la librería, recorte y girado, ajuste de niveles, geolocalización, detección de caras, etiquetado, upload).

Veo en las estadísticas del blog que sólo la mitad de mis lectores habituales (que son los que de verdad importan) podéis ver las fotos en todo su esplendor porque usáis un navegador adecuado (20% safari, 30% Firefox >3.5); el resto las veis empobrecidas, los que estáis empleando Chrome (25%), Internet Explorer (15%), Opera (5%) por ejemplo. Los que me leen vía feed tres cuartos de lo mismo. En cambio los que leéis esto desde Facebook… lo siento mucho por vosotros pero ahí ni uno ve las fotos bien. La gente de Facebook ha decidido copiar y pegar texto e imágenes en vez de enlazar, cargándose por el camino el perfil de color.

Si habéis llegado leyendo hasta aquí quizá os interese saber si vuestro navegador está preparado. Bueno, os dejo un enlace a un test de espacios de color. ¿Lo pasáis?,

PS: Voy a seguir usando AdobeRGB. Sorry.

Tokyo Game Show, algo más que videojuegos

El Tokyo Game Show es una exposición friki donde las haya. En principio es sólo de videojuegos, donde codo con codo las marcas más conocidas y las más desconocidas presentan sus últimas novedades y proyectos. Pero veremos cómo también la gente que va se lo toma de una forma más abierta, porque para muchos los videojuegos que se muestren o las tecnologías que se adelanten son lo menos importante.

Tokyo Game Show entrance

Entre el público podemos ver una inmensa mayoría de chicos que podría estimar tienen veintitantos años, aunque como con la edad de los asiáticos nunca se sabe vete tú a saber. No todos tienen por qué ser otakus, puede haber simple aficcionados u otros que se acerca por allá para curiosear, como gente que yo me sé que iba al SIMO a recoger panfletos, llaveros y alguna llave USB con suerte. Lo bueno es que aquí los panfletos son muy coloridos.

Tokyo Game Show

Aunque también muchos de estos fanáticos (o no tanto) por los videojuegos prefieren venir por la gente que los presenta. Hay que reconocer que las empresas han tenido vista y entre el staff de los stands se ven más chicas que en el Shibuya 109. De hecho me consta que hay gente que únicamente va al Tokyo Game Show para ver al personal.

Las chicas de Microsoft

Have a good game

Además están los que van disfrazados. Esos también pasan de los videojuegos. En el espacio entre pabellones se reúnen criaturas de todos los planetas conocidos, algunos incluso de la Tierra. Posan para las cámaras, de hecho se tienen las posturas y movimientos muy bien estudiados.

1 cosplayer, 20 photographers

Cosplayer

Cosplayers

Cosplayers

It's me

Se harían también una foto contigo, sobre todo si eres un gaijin es posible que el resto de la gente empiece también a hacerte fotos a ti. Hay incluso algunos extranjeros que se disfrazan de personajes japoneses. Y locales que se disfrazan de occidentales.

Western cosplayer

¿Cubano?

Las labores de maquillaje son realmente buenas. Sólo en casa revisando las fotos me di cuenta que el tipo de la foto anterior es un japonés con barba postiza y lentillas de color. Pero sin duda el que más me impactó fue un zombie que vagaba en busca de cerebros frescos no fritos por los videojuegos. Casi me pilla. Menos mal que estaba usando una lente rápida (f1.4) y pude escapar corriendo.

Miedo

Volviendo al tema de los videojuegos, había cosas interesantes y mucha (demasiada) gente interesada en ello. Por ejemplo, se podía jugar a juegos que aún no van a estrenar hasta dentro de varios meses. Lo siento, yo no estoy muy al día así que os dejo alguna foto a ver si os suena haber escuchado algo de alguno de ellos:

Próximos estrenos

Sega

Western gamer

Hidden play

Gamer

(este último se llamaba Quantum Theory, mirad la cara de incertidumbre del jugador)

Yo no jugué a nada. Las colas eran tremendas. En el que menos había que esperar 30 minutos, en el que más hasta tres horas. No iba a perder el tiempo de esa manera para que luego me matasen a los pocos segundos por no saber manejar el juego. En Tokyo hay gente para llenar cualquier evento que se organice, hay tanta gente que siempre va a haber muchos interesados en cualquier cosa no importa lo específica que sea. Así que te encontrabas a grupos de fanes a un determinado juego cargados con sus figuritas y, por ejemplo, desfilando al ritmo del patapón.

Patapón

Otros que iban cargados con su colección de peluches y eran tan felices al ver que las chicas les hacían caso. Como niños se comportaban… ambos.

Juegos de niños Super Mario

Presentaciones de nuevas tecnologías también hubo. Algo que realmente me impresionó fue el Kinect de Microsoft, una forma nueva de controlar el videojuego, al estilo de la Wii pero sin mandos. Un par de cámaras recogen los movimientos del jugador (¡o de dos jugadores a la vez!) y los transfieren al videojuego. Por ejemplo, en juegos de deportes, skateboarding, o incluso de mascotas que te siguen con la mirada y juguetean contigo. Impresionante viéndolo en una pantalla de varios metros.

Xbox Kinetic

Xbox Kinetic

Xbox Kinetic

Y poco más que comentar. Es mi tercer año en Japón pero el primero que me acerco al Tokyo Game Show por curiosear un rato. Pilla un poco lejos ya que ni siquiera está en Tokyo, sino en Chiba, la entrada sale por unos mil y poco yenes (10€), y bien que merece la pena acercarse para ver un punto de vista distinto de la fauna que podemos encontrarnos por esta ciudad.