Terremotos (XIV & XV), hackeo y tifón

Por la naturaleza de mi investigación (simulaciones) me paso mucho tiempo sentado enfrente del ordenador, además de emplearlo para otros usos como estar al día de lo que pasa en el mundo o comunicarme con la gente (entre lo cual incluyo este blog). Quizá por eso me paso unas 8-10h al día enfrente de una pantalla. Bueno, ahora dos, he empezado a trabajar con multimonitor cuando estoy en la universidad.

En la universidad estoy en un quinto piso. En mi casa en un 12º. Ambos lo suficientemente altos como para notar los terremotos más que quien vive en un bajo. Y siento hasta los más débiles. El del sábado pasado por la noche fue uno de ellos. Como siempre, noto la oscilación típica de medio segundo de período (más o menos) y me quedo parado para saber si es o no un terremoto, y salir corriendo si fuera a más. Al final fue cosa de poco (3.2 grados Ritcher), pero justo en la Bahía de Tokyo. De hecho no lo detectaron muchas estaciones sísmicas, pero sí una no muy alejada de mi casa. La geología local influye en la propagación de las ondas y en algunos lugares el terreno puede ser menos flexible que en otros. En mi caso vivo en lo que antiguamente era la línea de costa natural de Kanagawa. Ahora para ver el mar me tengo que alejar tres o cuatro kilómetros más.

(Mi casa está más o menos por donde el punto blanco de abajo. Fijáos en la costa alrededor de toda la bahía, llena de islas y extensiones de tierra artificiales.)

Lo curioso de este terremoto es que ocurrió JUSTO (en el mismo minuto) que una intrusión no deseada en mi blog. Recibí un ataque desde Kuwait con el objetivo de convertir mi blog en un mural de propaganda de un grupo radical palestino. Me di cuenta al instante, ya que aparecieron elementos extraños en la interfaz de WordPress mientras escribía. Desconecté el blog, pero el daño ya estaba hecho. Habían reemplazado mi usuario y contraseña por uno llamado evil. Afortunadamente con una copia de seguridad conseguí restaurarlo y actualizarlo a una versión más actual (hacía “bastante” que no lo actualizaba). En un par de horas todo había vuelto a la normalidad para el lector, aunque luego me tiré todo el día siguiente con otros detalles como investigando qué ocurrió y reparando algunos plugins a mano para que funcionaran en la nueva versión.

(la interfaz que el hacker y yo podíamos ver)

Pero bueno, ya está solucionado. Voy al segundo terremoto (4.4 grados Ritcher, más bien pocos), que ocurrió mientras reparaba el estropicio. Noté una pequeña vibración, como el día anterior, luego cuatro o cinco segundos de pausa, y cuando ya creía que era una “falsa” alarma, a continuación vienen tres o cuatro oscilaciones más fuertes, claramente perceptibles y que dejan el agua de la botella a mi lado moviéndose. Luego podrían haber venido otros meneos más fuertes, pero no lo hicieron. Nunca sabes si se va a acabar o va a continuar, si ha sido un terremoto flojito y cercano o uno fuerte y lejano. Hay que actuar sobre la marcha y ponerse alerta si notas algo para generar un poco de adrenalina en caso de que la tuvieras que usar unos segundos más tarde. No es como un tifón que lo ves venir y sientes como a medida que pasan las horas el viento y la lluvia se hacen más y más fuertes. Es algo instantáneo e impredecible, de momento.

Veo que llevo quince terremotos en dos años viviendo en Japón, y me he perdido varios estando de vacaciones (los de agosto de 2009, esos sí que fueron interesantes según me han contado). Sale más o menos a uno cada mes y medio, aunque van por rachas. Ah, y en la zona de Tokyo. Un poco más al norte, por las prefecturas de Ibaraki, Fukushima e Iwate (a 50, 100 y 200 km al noreste de Tokyo, más o menos), se pueden sentir con más frecuencia, que se lo pregunten a Alberto que vive en Tsukuba.

Y la cosa no acaba ahí, para este finde nos llega otro tifón. Está entrando por Okinawa y se espera que mañana a mediodía alcance categoría 4 (en la escala con máximo en 5), con vientos de 120nudos (más de 200km/h). Esto me da más miedo que mis vecinos en halloween…

Como siempre, se agradecen los reportes meteorológicos de la JMA.