Hoy mi profesor ha hecho algo memorable. En la reunión semanal que tenemos en el grupo ha indicado una nueva forma de trabajar. A partir de ahora estará prohibido estar en el laboratorio más allá de las 10 de la noche, antes de las 8 de la mañana, o durante domingos. Ha dicho, son 14 horas al dÃa, eso ya es realmente mucho trabajo. Aún asÃ, para casos especiales en que sea necesario estender la jornada, dependiendo de la situación podrÃamos obtener aprobación previa llamada a su móvil personal. Y como ha dicho él, siempre que los experimentos estén dando buenos resultados, no es bueno trabajar cansado, a deshora, con prisas, y encima destrozado porque las cuentas no cuadran.
Las excusas, variadas. Que si una normativa más estricta de Keio para estar overnight, que si tenemos que acostumbrarnos a no tener disponibilidad 24h de las máquinas, que si el centro médico está cerrado, etc. Pero en el fondo se le veÃa que lo hace porque quiere que sus alumnos disfrutasen un poco más y dejaran de llevar horarios completamente alocados y desfasados de los ciclos solares. Porque cree que estar en la universidad es algo más que aprender nuevas teorÃas o a hacer experimentos.
Por mi parte aplaudo la medida, aunque ya hace meses que no me salgo de esos horarios. Sé de muchos a los que no les habrá sentado bien la novedad. Pero los cambios siempre cuestan. Y si a algo están acostumbrados en Japón es a hacer las cosas de la forma en que se han hecho siempre, sin innovación. Esto les va a venir bien en muchos aspectos. Tienen (tenemos) suerte de tener a este profesor que, con sus puntos buenos y malos, es diferente del resto gracias a que estudió durante 5 años en occidente. Porque la diferencia marca el cambio de mentalidad, o al menos te hace pensar.