La máquina de movimiento perpetuo

Acabo de venir de la cena de navidad en casa de mi abuela japonesa, mi antigua profesora de Japonés. Éramos gente desde 20 hasta 90 años, de 10 países distintos, entre los que estaban Mongolia, Túnez y Sudáfrica. La fiesta muy entretenida y con montones de comida, pero lo que más me ha marcado ha sido la vuelta en el tren.

Volvía con una coreana que no llegará a los 30 años. Bueno, digo que es coreana porque nació allí, pero de hecho no tiene la nacionalidad, se ha criado en USA hasta que acabó la universidad y se vino a trabajar a Japón porque le gustaba este país. Trabaja en algún tipo de sistema financiero, no sé muy bien cómo va pero según ella se encarga de “hacer dinero para otras personas (no empresas)”.

Tiene un muy buen sueldo (varios miles de euros), un muy buen apartamento en el centro de Tokyo (con un alquiler de varios miles de euros al mes), y en el trabajo le proporcionan cualquier tipo de comida o material que necesite.

Ahora veamos la otra cara de la moneda.

Mañana, como cada día, se levanta a las 5am y se va a su trabajo, a 5 minutos andando. Desayuna, come y cena en el trabajo. No vuelve a su casa hasta que cierran todos los mercados asiáticos a las 6-7pm, cansada y con ganas de hacer nada y echarse de nuevo a dormir. Acaban de transferirla a Hong Kong, el sábado que viene marcha para allá. Le han puesto un piso en pleno centro de la ciudad (por cierto, más caro que Tokyo), pero sólo durante los dos primeros meses para darle tiempo a que encuentre algo más definitivo. No conoce a nadie en HK. Por la diferencia de horario, va a tener que levantarse a las 4am para mantenerse a la par que en Japón. No quiere irse, pero tiene que irse.

Lleva tres años en este plan, y no le gusta su trabajo. Como lleva tanto tiempo, cree que este año le concederán 10 días de vacaciones para irse a Europa a la japonesa visitando tantas ciudades como le sea posible. 1 día para París, otro para Barcelona, otro en Roma, lo mismo para Amsterdam, Londres y si sobra tiempo Madrid.

Dice que le gustaría cambiar de vida pero que no podría. Que se ha acostumbrado demasiado a los lujos. Un (muy) buen apartamento, no preocuparse de las comidas, salir de cena y dejarse 10.000¥ (casi 100€) sin pensárselo dos veces, ya sea una, dos, tres o cuatro veces a la semana, etc.

La compañía le proporciona todo lo necesario para que pueda dedicarle cuantas más horas posibles al trabajo.Es una máquina de hacer dinero que es mantenida con un buen salario del dinero que ella misma produce, pero que sin embargo no puede disfrutar. No tiene sentido.

Todo esto me recuerda terriblemente a una máquina de movimiento perpetuo que cada vez gire más y más rápido. Bien saben los físicos que eso es imposible por las leyes de conservación de la energía. Habría que ver si los economistas tienen leyes de conservación de los recursos. Si existen, entonces no veo por qué no podríamos mantener el nivel de vida trabajando cada vez menos (aumentar la calidad de vida), en vez de trabajar cada vez más transfiriendo calidad de vida a nivel de vida. Si no existen esas leyes de conservación, entonces la máquina reventará en algún momento por algún lado, si es que no lo está haciendo ya…

Aún así, lo peor de todo tiene que ser hacer cada día algo que no te gusta. De mirarte al espejo cada mañana y saber que querrías volver atrás para retomar ciertas decisiones que en su día escogiste teniendo la certeza de que no era la mejor opción, sino la más fácil o más correcta.

Acabo el post rescatando una frase del genial Ignacio Izquierdo, que leí el pasado mes de abril en una entrevista que le hicieron. Una entrevista con la que me sentí bastante identificado y me hizo pensar acerca del próximo abril, cuando vuelva a Madrid y lo vea todo desde un punto de vista distinto.

Vive tu vida, es más tarde de lo que crees.

8 comentarios ↓

#1 Israel comentó el 29 de noviembre de 2010 a las 03:20

Buenísimo post!!
Cuántas cosas deberíamos replantearnos…
Gracias Luis!!
Un abrazo!!

#2 Arturo comentó el 29 de noviembre de 2010 a las 08:44

Que horror! Hasta me entró una desazón en el corazón de solo pensar en la pobre coreana.
Pero ese es el asunto y por lo menos ella lo reconoce (muchos ni se dan cuenta). El dinero te hace su escalvo. Y la situación es autocatalítica, pero por algun lado reventará eso seguro. Que triste :-(

#3 cony comentó el 29 de noviembre de 2010 a las 12:17

Entiendo lo que dices, acabo de terminar la universidad hace unos meses y casi todos mis compañeros han encontrado trabajo… en bancos y financieras, yo en cambio no quiero entrar en ese mundo, quiero hacer lo que me gusta aún cuando para eso debo esperar… aún así por alguna razón todos ellos te miran como si estuviese fracasando sin darse cuenta de lo feliz que estoy (y lo libre que me siento).
Pero para eso se necesita a veces un buen empujón de un amigo…

#4 Adrián comentó el 29 de noviembre de 2010 a las 16:34

Respondiendo a tu pregunta, tengo la impresión de que no hay una ley de conservación en la economía. Para empezar, porque el dinero que hay en circulación depende de algo tan arbitrario como cuánto desee imprimir el banco central asociado.

Otra razón es el valor añadido. Esa persona ha elegido libremente esas condiciones de trabajo, y la empresa está dispuesta a pagarle conforme a ello. Si nadie aceptara esas condiciones y aún fuera rentable para la empresa, ésta aumentaría el salario o suavizaría las condiciones… lo que nos lleva a pensar que, o es en realidad feliz con su vida, o simplemente es bastante tonta.

A veces se nos olvida qué coño hacemos en este mundo.

(Luis, te he dejado un mensaje en FB. Míralo por favor =D )

#5 Alberto comentó el 29 de noviembre de 2010 a las 18:49

Qué locura el ritmo de vida de tu amiga coreana. A mi me da la impresión de que conseguir un trabajo con un buen sueldo en Japón al terminar la carrera es factible pero el sacrificio personal es enorme también. No tengo claro que quiera quedarme trabajando en Japón al terminar la beca sino puedo tener un mínimo nivel de calidad de vida, empezando por los días de vacaciones y el horario laboral.

#6 Luis comentó el 29 de noviembre de 2010 a las 22:16

@Isra, muchas cosas hay que plantearse, aunque signifiquen ir en contra de la corriente.

@Arturo, lo reconoce pero en el fondo tiene miedo al cambio. Todos tenemos miedo ante las incertidumbres, pero hay que verlas de otra forma y saber aprovecharlas y sacar partido de ellas.

@cony, en todas partes ocurre lo mismo, yo veo situaciones parecidas con gente que conocí durante mis años en Madrid. Lo que ocurre en España es que se critica lo distinto y se desprestigia el éxito ajeno. Debe ser algo cultural… espero que no os hayamos pasado ese legado quinientos años atrás.

@Adrián, no me refiero a la cantidad de dinero, sino de recursos. Sé que el dinero es un gran invento con el que controlar la economía de verdad. Acerca de la elección de las personas, es cierto que si está en esa situación es porque la aceptó, y que si sigue en ella es porque le es suficiente y no quiere arriesgarse a cambiar para ganar, o perder (aunque como he dicho antes, siempre se gana, aunque no necesariamente en cosas materiales).
Acerca del FB, luego miro el mensaje; para la próxima envía e-mail >_<.

@Alberto, cuando yo llegué también opinaba lo mismo que tú, no podía saber si me quedaría o no. Ahora me he dado cuenta de que en Japón me acabaría estancando, y que no estoy dispuesto a arriesgar una vida potencialmente llena de aventuras a cambio de una vida tranquila pero monótona.

#7 Martukis comentó el 1 de diciembre de 2010 a las 20:02

@Por eso me voy a ir a Bali a vivir. Allí no les pasa eso :D

#8 Luis comentó el 2 de diciembre de 2010 a las 01:06

Si te alejas de un lugar tan turístico como Bali, mejor. Aún te queda mucho que conocer de esa parte del mundo. El sudeste asiático es todo un mundo.

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