Me gusta acompañar a las visitas que tengo cuando van a Odaiba. No siempre es posible (¡lo siento Isra y VÃctor!), pero aunque sea por un rato suelo tener tiempo o sacarlo de cualquier rincón. Aquà os dejo algunas fotos de Odaiba de cuando Dani vino el mes pasado a un congreso, y ya de paso se dió una vuelta por Japón. Los cientÃficos saben montarse bien los congresos, porque aunque resultan útiles e interesantes a ratos, lo mejor de todo es que son la excusa perfecta para salir un poco del laboratorio y conocer mundo.
(Venus Fort, un centro comercial)
(en el parque, niños jugando a ver quién tiene más punterÃa lanzando zapatos)
Ha llegado un nuevo profesor a mi laboratorio. Ahora son tres. La verdad es que es un número relativamente alto para un grupo de investigación tÃpico en Japón, pero bueno. Entre los tres profesores se ven muy bien las diferencias jerárquicas, y os voy a contar un par de ejemplos:
Lo primero, acerca de las competencias. El profesorito (el más importante) es jefe de departamento y tiene la última palabra sobre todo. Sus sugerencias no son meras recomendaciones, sino órdenes. Y cuando quiere sugerir de verdad, entonces especifica que esa sugerencia es realmente una sugerencia. El segundo profesor ya lleva varios años, pero no tantos como el señorito. Se encarga de más o menos la mitad de los proyectos de investigación, y sus sugerencias siempre están en fase (porque no siempre en módulo) con las del señorito. Y el tercero acaba de llegar. No tengo muy claras sus funciones. De momento se está estudiando a fondo cada una de las presentaciones que vamos haciendo los estudiantes, y luego nos machaca a preguntas hasta el más Ãnfimo detalle. Me parece estupendo. De hecho la semana pasada me pilló a través de estos detalles un error gordo por el que voy a tener que cambiar prácticamente toda la lÃnea de razonamiento (pero no los resultados :P) de mis investigaciones con la amorfización de semiconductores. Esto demuestra, una vez más, que si quieres justificar unos resultados, tarde o temprano por una u otra vÃa consigues hacerlo. Hasta que llegue otro más adelante y aumentando las variables consiga una aproximación mejor. Asà es la fÃsica.
Lo segundo en que se diferencias los profesores es en su lugar de trabajo. El señorito está en un despacho con unas vistas buenÃsimas, secretaria y un asistente informático (o algo asÃ). El segundo profesor tiene las mismas vistas, pero está el sólo en un cubÃculo no muy grande en la misma habitación de las fotocopiadoras. El recién llegado… pues de momento suele estar compartiendo mesa en un laboratorio ruidoso a dos pisos bajo tierra.
Por cierto, entre los estudiantes ocurre lo mismo. Todos tenemos nuestro sempai (maestro) y nuestro kohai (aprendiz). Del primero aprendemos y aceptamos sus sugerencias, y al segundo enseñamos e intentamos tener cuidado a la hora de sugerir, no vaya a ser que nos malinterprete.
Sé que hay jerarquÃas en todas partes, sólo querÃa ilustrar cómo es en Japón con un par de casos en mi universidad.