Tanto en la universidad como en mi dormitorio no se estila la calefacción. Hay un aparato que hace las veces de aire acondicionado o bomba de calor según corresponda. Ya os he contado qué pasa con ese aparato en mi casa, cómo no se consigue del todo una temperatura agradable, aunque poco a poco le voy pillando.
El caso es que a mi me gusta estar en manga corta por comodidad, mas que nada porque no tengo demasiadas camisetas de manga larga y eso de estudiar con capas me resulta incómodo. Pero bueno, asumo que en ciertos lugares hay que estar con el jersey en invierno.
Pero en la Student’s Room ocurre algo extraño. El termostato está puesto a 22º. Una temperatura muy adecuada para el invierno. Pero no sé qué les pasa a la mayorÃa de los japoneses que les gusta estar abrigados. Como lo leéis. Con abrigo, bufanda y gorro en el laboratorio. Y claro, entonces 22º les parece calor y abren la ventana. Y yo llego y me encuentro con la bomba de calor a todo trapo, la ventana abierta, y un par de japoneses tecleando en el ordenador bien abrigaditos. A esta contradicción se suma otra, que cuando pillan un resfriado bien rápido que se ponen la mascarilla para no contagiar a los demás, para prevenirlo podrÃan al menos preguntar antes de abrir la ventana…
Aparte del derroche energético que supone, está el punto de que no es nada cómodo (= improductivo) trabajar con abrigo, y que las manos se me empiezan a quedar frÃas por debajo de unos 20º de temperatura ambiente si estoy tecleando o escribiendo.Â
Otra cosa que no entiendo es cierta persona que se queda a dormir en el laboratorio (tenemos un sillón bastante cómodo) para aprovechar el tiempo porque vive a casi 1h de la universidad, y a la mañana siguiente cuando yo llego le pregunto qué tal y demás, y me contesta que está cansado, que se va a desayunar, ¡¡a su casa!!.Â
Cosas como esta descolocan bastante y en el fondo ves cómo la mentalidad japonesa supone una barrera tan difÃcil de vencer como el idioma.