Entradas escritas en noviembre de 2008 ↓

Búsquedas divertidas y otras estadísticas

He estado retocando algunos aspectos internos del blog. Los dos más importantes, instalar el plugin No Follow Free y añadir la posibilidad de subscribirse vía email. Si veis algo raro avisad por favor.Ya de paso también le he echado un vistazo a las estadísticas de Google Analytics. Os recomiendo usarlo siempre que no tengáis reparo de que el gran Google tenga (aún) más información acerca de vosotros. Comento algunos datos:

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150 Aniversario de la Universidad de Keio

Hace ya 150 años que Yukichi Fukuzawa (el tipo de los billetes de 1000¥) fundó una pequeña escuela de estudios de alemán, que poco a poco iría creciendo y se convertiría en la Universidad de Keio. Actualmente es la Universidad más antigua de Japón, y una de las más prestigiosas (aunque nunca llegaremos al nivel de la Todai).

 

  

Este año estamos de cumpleaños de una cifra redonda, así que ha habido eventos y celebraciones por todas partes. Como sólo llevo aquí dos meses, me perdí cuando en primavera reservaron por una tarde entera el Tokyo Disneyland, pero he llegado a la parte importante, la Ceremonia de Aniversario. 

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Multas por centímetros

Ahora que tengo bici nueva debo tener mucho cuidado de no aparcarla junto a la estación de tren de Hiyoshi. De vez en cuando se pasan a poner multas a las bicicletas que están por medio en vez de en el parking oficial (de pago). Por lo visto se llevan la bicicleta a un depósito y tienes que pagar varios miles de yenes (decenas de euros) para que te la devuelvan, además de la consiguiente multa.

Lo que no sé es qué estaban midiendo estos policías. La imaginación me dice que ponían multas por centímetros, aunque no sé el criterio que seguían para medir, porque si está prohibido, lo está a un lado y al otro de la línea blanca.

 Poniendo multas ¿por centímetros? 

Fijáos también en el tipo de detrás. No se llevaron su moto de milagro. Aunque no creo que nada le libre de la multa. 

Recepción de los Reyes en Tokio

Acabo de llegar de la recepción de los Reyes de España en el Hotel Imperial de Tokio. Los Reyes están de visita de estado en Japón y nada más llegar quisieron ofrecer una recepción a los residentes españoles por aquí. Ya habíamos sido avisados con un par de semanas de antelación del lugar y fecha, y de que teníamos que vestir traje.

De forma que esta tarde, a las siete estaba en un salón del Hotel Imperial, no sé cuántas estrellas tendría, pero muchas. Suelo enmoquetado y centro comercial de lujo en su interior. En cada farola de la calle del hotel había un par de banderas, la japonesa y la española juntas. Estábamos en un sitio importante. Se notaba en el ambiente. Como también se notaba el ambiente español, no ver orientales por todas partes, tan sólo como parejas (el 90% de las parejas eran español-japonesa) o como parte del control de seguridad. No nos dejaron entrar cámaras de fotos, así que no hay fotos. Pero el acto saldrá en los telediarios esta noche, así como en los periódicos o páginas de noticias de internet, por lo que tendréis ocasión de verlo. 

Si somos pocos más de 1000 residentes en japón, por allí habría bastantes cientos de personas. Poca gente dejó pasar la oportunidad. Cuando los Reyes fueron a entrar, los guardias de seguridad hicieron un pasillo entre medias del público hacia el estrado. Una vez allí, comienza a sonar el Himno Nacional. Dedica el comienzo del discurso al atentado ocurrido en Afganistán del que se acababa de enterar, y el resto a las relaciones entre España y Japón, desde el comienzo hace cinco siglos con expediciones misioneras hasta nuestros días, con el interés creciente de la cultura española por parte de los japoneses. Ahora somos nosotros los que tenemos que dar buena imagen del país, mostrando nuestra cultura (como en la comida española!) y demostrando que no somos tan vagos como a veces se cree.

Después, mientras se servía un ágape, los Reyes bajaron y se pusieron a saludar y hablar con la gente. Todo el que quiso tuvo ocasión de saludarlos e incluso intercambiar unas palabras. A veces aspectos profesionales, recuerdos de otros encuentros, o incluso cosas más personales. Me quedo con la imagen de la Reina contando y gesticulando como en su último cumpleaños no pudo soplar de una sola vez las setenta velas. Por mi parte hablé con los dos, comentándoles que la última vez que los vi no iba tan trajeado, sino con botas, pantalón de aventura, y camiseta de la Ruta Quetzal. El Rey entonces me agarra del brazo y se interesa por lo que hago en Japón, le cuento brevemente mis planes para los próximos tres años, y me pregunta que si mantengo el contacto con los amigos de la Ruta, que no me olvide de ellos, y que a ver si me animo a presentarme como monitor o lo que sea y nos volvemos a ver otro año, que él acababa de firmar la presentación de la Ruta de este año que viene que van a Chile. Estos detalles te hacen acercarte más a ellos, aunque casi siempre se les vea a lo lejos, en la tele, te das cuenta de que en el fondo son personas.

Por allí andaba también la Ministra de Investigación (o como se llame el ministerio), con esa se enrollaron los Vulcanus, mientras yo me puse a hablar con uno que creo que era uno de sus asistentes. Un teleco de la ETSIT de Madrid con el que teníamos ciertos conocidos en común.  Y más personas que pude conocer. Una mujer que llevaba 31 años viviendo en Japón, otra que trabajaba en Ajinomoto (una empresa de especias en Japón), más estudiantes españoles en Japón, y vi por ahí a algún otro bloguero que escribe acerca de su vida en Japón (no Kirai, ese creo que no fue). 

Resumiendo, fue estupendo. Y para daros un poco de envidia os dejo el menú de lo que se sirvió en el ágape. 

Me han tomado el pelo

Literalmente. Acabo de volver de la peluquería. Yo no sé japonés como para decir que quiero el pelo de tal o cual forma (y aunque lo supiera, a veces no sé ni como lo quiero). La chica que me atendió no tenía ni idea de japonés. Así que indica con dos dedos algo que sería dos o tres centímetros mientras con la otra mano hace el símbolo universal de las tijeras. Le contesto daijōbu (大丈夫, OK, all right), y empieza a cortar.

Estaba ella sola en la peluquería, así que ella se limitaba a cortar el pelo. Nada más. Ni lavarlo antes/después, ni secarlo, ni siquiera cobrar. La forma de pago era con una máquina expendedora de tickets. Vas a la máquina, metes un billete de 1000¥ y ya has comprado un ticket de cortado de pelo. No había otro tipo de tickets, así que no hacía falta siquiera pulsar un botón. 

La conversación durante el cortado fue escueta, las preguntas que entendí y supe responder eran acerca de mi procedencia, mi edad, y qué estaba haciendo en Japón. Vamos, lo que te preguntarían en cualquier control policial. Y al final, como no había lavado de cabeza para limpiar los restos de pelos cortados, ha usado un método un tanto extraño. Abre un armario, saca un tubo largo y flexible que sale de la pared del armario y tiene como un cepillo en el extremo, pulsa un botón…. y ¡la aspiradora comienza a funcionar!. Extraño, pero efectivo. 

Después he ido a comprar una corbata para el acto del 150 aniversario de la Universidad de Keio que se celebra mañana, y para la recepción del Rey del domingo. Curiosamente en el ascensor para subir a la cuarta planta me he encontrado con una mujer muy simpática que no sabía nada de inglés, pero que al entrar al ascensor me ha dicho konban wa (今晩は, buenas tardes). Es muy extraño hablar con la gente en el ascensor. El protocolo es sencillo. Primero se deja salir a la gente, y luego los de fuera entran. Una vez dentro, cada persona pulsa su piso. Y cuando llega a un piso nuevo, el que está al lado de la botonera principal del ascensor (porque tienen otras secundarias en la parte de atrás), tiene que pulsar el botón de mantener abiertas las puertas hasta que todos los que quieran salir en ese piso hayan salido, quedándose él en último lugar.  

Bueno, a ver si durante este fin de semana saco un rato para colgar las fotos del viaje a Kyoto. No estoy muy seguro de que pueda, porque el Sr. Itoh nos ha puesto de tarea un ejercicio… cuyo enunciado son cuatro páginas. Y entre recepciones con jefes de estado (es un secreto, pero mañana habrá sorpresa en la ceremonia de aniversario), y que el sábado por la tarde tengo que pasarme por el laboratorio para acabar de hacer el degas de la máquina de MBE (Mollecular Beam Epitaxy), pues mucho tiempo no voy a tener. 

Ahora a probarse el traje, que esté listo para mañana. Por cierto, si os apetece podéis ver la ceremonia en directo. Los que están por Asia necesitan una conexión medianamente decente (lo siento Isra), los de España muchas ganas para despertarse a las 5 am, y los de América acordarse antes de meterse en la cama la noche del viernes.