En la universidad es normal que para dar la bienvenida a los nuevos miembros de cada laboratorio o departamento se celebre una fiesta en algún Izakaya, es decir, un local donde por una cantidad que ronda los 3000¥ (20€) tienes barra libre de comida y bebida durante un par de horas. Pero lo nuestro fue diferente. Nos fuimos todo el fin de semana largo (este lunes era festivo) a Tateshina, un lugar perdido entre las montañas en medio de Japón, a 300 Km de Tokyo.
El viaje fue largo por el tráfico en la autopista. Siete horas en total incluyendo un par de paradas. Pero los japoneses están preparados para todos y sabían cómo entretenerse. Aquí os dejo un vídeo del primer karaoke en el que he estado, ¡dentro de un autobús!:
Literalmente, tenía cientos de canciones, un 99% de ellas en japonés, con la letra en kanjis, de momento ilegibles para mi. Pero no nos íbamos a librar por eso, ya que había por ahí alguna canción de los Beatles, y a Marta y a mi nos tocó cantar Help!.
Mientras tanto abandonamos la autopista y nos íbamos adentrando en las montañas. Curiosamente la segunda parada fue en Chino City, que no es el China Town, sino una ciudad que se llama “Chino” (ちの ).