PodrÃamos simplificar este post diciendo que Macao es a los portugueses lo que Hong Kong es a los británicos, una región administrativas especial de China que en tiempos pasados fue colonia europea. Pero simplificando tanto nos perderÃamos un montón de detalles que hacen de Macao un lugar diferente y único de obligada visita en el Mar de la China.
Todos habréis oÃdo hablar de Hong Kong, la próspera ex-colonia británica, punto clave del comercio y los negocios de toda Asia. Un buen trabajo de los británicos cuya soberanÃa fue recuperada por China hace poco más de una década. Pero cuando Hong Kong nació a finales de la primera Guerra del Opio (1842), Portugal ya llevaba más de 300 años dominando el vecino enclave de Macao.
(monumento al navegante Vasco de Gama)
Desde mediados del siglo XVI los portugueses pagaban a China 20 kg de plata cada año por el alquiler de los 8.5 km² de tierras pertenecientes a la penÃnsula de Macao. Aprovechando la debilidad del gobierno chino tras la primera Guerra del Opio (1842), Portugal dejó de pagar el tributo y se expandió a las dos islas cercanas de Taipa y Colonae. Estos territorios aumentaban a 15 km² los dominios portugueses, ahora soberanos de facto al no sólo no rechistar China frente al impago, sino también a la firma de un Tratado de Paz, Amistad y Comercio entre ambos paÃses. Hoy en dÃa Macao ha crecido más aún, su superficie se ha duplicado ganando terreno al mar, uniendo las dos islas del norte con tres puentes y rellenando el espacio entre las dos islas del sur con tierra, además de construyendo un aeropuerto sobre el mar.
Sin embargo, a partir del nacimiento de la la vecina Hong Kong, situada a tan sólo 70km al este, Macao perderÃa poco a poco su estatus de puerto entre los comerciantes europeo. Por otra parte, Portugal no estaba especialmente interesado en mantener Macao, pero el tratado firmado con China le impedÃa deshacerse de estos territorios en favor de otras potencias coloniales como Inglaterra o Francia con intereses en la zona.  Aunque esto resultó posteriormente una ventaja, puesto que la neutralidad de Portugal en la segunda Guerra Mundial evitó que Macao fuera atacada por los japoneses, al contrario que la mayor parte del sudeste asiático. (Aunque lo cierto es que Japón sugirió al gobierno de Macao que hiciera caso a los consejeros japoneses que habÃan enviado).
Unos años más tarde, durante la Revolución Cultural en China que llevó al poder al partido comunista, Macao al igual que otras regiones periféricas de China sirvió de refugio de los simpatizantes del Partido Nacionalista Chino, que finalmente establecerÃa en Taiwán su gobierno desde donde aún hoy reclaman la soberanÃa de toda la China continental.
Por último, la historia de Macao como colonia finalizó de forma similar a la de Hong Kong: A finales de los años 80 los europeos firmaron con China sendos acuerdos de devolución de estas dos colonias antes de que llegase el nuevo milenio (1997 para HK y 1999 en Macao). Se establecerÃa una fórmula de gobierno llamada Un paÃs, dos sistemas que dotarÃa de completa libertad (salvo defensa e inmigración) a las colonias, que actualmente gozan de un sistema completamente capitalista, libertades equivalentes a cualquier paÃs occidental, fuerzas de seguridad urbana propias, e incluso limitaciones para evitar una inmigración masiva de la China continental. La fórmula Un paÃs, dos sistemas se estableció con una fecha de caducidad de cincuenta años, asà que podemos aventurar historias interesantes a medida que nos acerquemos al año 2050 (podéis pensar que aún queda mucho tiempo, pero a medida se vaya acercando la fecha os acordaréis de este post).
Dejando ya un poco la introducción histórica, nos desplazaremos a Macao de la forma más habitual: desde Hong Kong en un rápido catamarán que cubre los 70 km en apenas una hora. Con varias compañÃas operando, la diversidad de horarios y frecuencia de los ferryes hacen que cada hora salgan del orden de 3-4 barcos con destino a Macau a unos precios bastante competitivos (10-15€ por trayecto). También es posible hacer el recorrido en helicóptero, pero no hay tantas frecuencias y el precio sube por los aires.
A pesar de ser el mismo paÃs, hay que pasar controles inmigratorios tanto al embarcar como desembarcar, e incluso los requisitos de visado pueden ser distintos para Macau que para Hong Kong, aunque por norma general la entrada es libre de visado (o existe una visa-on-arrival) para muchas nacionalidades, independientemente de los requisitos de entrada a la China continental. Por ejemplo, los españoles no necesitamos visado en HK ni en Macao, pero sà para acceder al resto de China.
¿Y qué nos encontramos al llegar a Macao?. Bueno, digamos que es una mezcla extraña como sólo los chinos saben hacer. Comenzando por la ciudad histórica, las calles con nombres chinos y nombres europeos se suceden. Plazas y parques a partes iguales como en cualquier ciudad europea, pero también templos y mercadillos chinos que aparecen en cualquier rincón de la ciudad. Y todo ello en Navidad es adornado con una decoración horrible.
Macao era usado por los misioneros Portugueses como puerta de entrada para evangelizar la china. Por las calles se escuchan tanto las campanadas de las iglesias y catedrales como los cánticos con olor a incienso de los templos budistas.
Siguiendo con la religión, he llegado a encontrarme con cosas tan extrañas como representaciones del portal de Belén con aviso de estrellas fugaces y budas con problemas de personalidad (cuatro cabezas).
Aunque quizá el monumento más tÃpico, aquel que aparece en todas las postales, es una catedral que se quemó por aquella época en que los portugueses dejaron de pagar a los chinos y de la que sólo quedó su fachada, que lleva 150 años haciendo equilibrios para no caerse.
Aunque apenas quedan habitantes con rasgos europeos y el portugués casi ya no se emplee (a pesar de seguir siendo lengua co-oficial con el chino), la mezcla de culturas resulta interesante en la calles de Macao, algunas de las cuales comienzan con estilo europeo (ordenado, limpio) y acaban con el más puro estilo chino (original, llenas de vida).
Con la gastronomÃa ocurre lo mismo, y tan pronto encuentras un restaurante con deliciosos dim sum y noodles para comer y carne caramelizada de postre, como una bodega con vinos de Oporto, bacalao en salsa verde, y deliciosos pasteles de crema de los que no puedes comer sólo uno.
by keyonir
Sé de buena tinta que alguno de mis lectores conoce Macao en persona, y sé que estáis echando en falta algo. Allá voy.
Cuando los chinos pensaron en aquello de Un paÃs, dos sistemas, no era para preservar el antiguo estatus de las colonias sino con el objetivo de hacerlo en su propio provecho. Hong Kong es una de los hubs más importantes del mundo, donde el comercio y los acuerdos empresariales fluyen por las calles con un alto grado de libertad, siguiendo las corrientes más capitalistas. En HK los chinos tienen una puerta abierta al resto del mundo con las mismas reglas que siguen la mayorÃa de los paÃses, esas reglas que contra las cuales se levantó Mao Tse-Tung. Eso sÃ, como Hong Kong tiene leyes de inmigración distintas (impuestas por el gobierno de China continental), se aseguran que sólo aquellos chinos que se lo merecen obtengan visados para poder entrar.
¿Y Macao?, Macao se está convirtiendo en un enorme escaparate de casinos donde los asiáticos en general (y los chinos en particular) pueden dar rienda suelta a los vicios que están prohibidos en gran parte de los paÃses del continente (y en China en particular).
El juego en la ciudad se liberalizó en 2001, apenas dos años después del traspaso de Macao por parte de Portugal. Pronto comenzaron a llegar inversiones de las firmas de casinos más conocidas a lo largo del mundo como Wynn y Sands, además de inversores locales que levantaron el emblemático Grand Lisboa, un edificio singular de 261 m de altura visible desde cualquier callejón de la ciudad.
Y tuvieron éxito. Mucho éxito. En 2006 Macao recibió 22 millones de visitantes (más o menos la mitad que España), y de ellos el 50% eran chinos y el 30% de Hong Kong. En el 2007, gracias a la apertura de varios casinos, la facturación del conjunto de ellos superó a la de la emblemática ciudad de Las Vegas. Y el negocio del juego continúa creciendo con dos cifras porcentuales de año en año. No hay más que decir que en 2010 el volumen de negocio ya triplica al de Las Vegas.
No voy a seguir con cifras porque llega un punto en el que pierdes la cuenta. Me voy a limitar a enseñaros algunos de los casinos más notables de la ciudad, comenzando, cómo no, por el Grand Lisboa, que entre otros lujos tiene en su hall principal un museo de joyas y marfiles de valor incalculable [de esto no hay fotos, lo siento].
La torre principal es un hotel, y en su interior están todos los detalles cuidados para que la apariencia de lujo sea máxima incluso en los aseos.
En la zona del casino no permitÃan hacer fotos, supongo que más por privacidad de los jugadores que por derechos de propiedad. Sin embargo os puedo contar que en las tres o cuatro salas (enormes cada una) tenÃan todo tipo de mesas, máquinas tragaperras, y un escenario en el que los shows más o menos picantes se mostraban de forma casi continua mientras un equipo de catering ofrecÃa comida y bebida (no alcohólica) gratis a quien estuviera por la zona. De hecho, aquel dÃa cené gratis en el casino.
Al otro lado de la calle, y con una apariencia exterior más moderada, está el Wynn, por lo visto una marca de casinos conocida, aunque yo era la primera vez que lo veÃa.
Lo más destacable, sin duda alguna, las fuentes danzantes que cada 15 minutos interpretaban una melodÃa diferente. Aunque también el árbol de la fortuna, un espectáculo nocturno en el cual un árbol emerge del suelo de uno de los hall secundarios a la vez que una enorme lámpara de cristal se descubre de un techo que anteriormente albergaba las figuras del horóscopo chino.
En otra zona de la penÃnsula también econtramos el casino Sands junto a una especie de parque temático abierto en plena calle que no sé muy bien a quién pertenece.
Y si ahora pasamos a la isla de Taipa, allà tenemos la llamada City of Dreams, donde ya comenzamos a ver las nuevas tendencias en cuanto a incluÃr dentro del complejo de ocio del casino un centro comercial con todo tipo de tiendas, desde Louis Vuitton hasta un McDonalds, salas de cine con pases gratuitos de impresionantes filmes promocionales, un hotel, y hasta una estación de autobuses.
¿Estación de autobuses en una pequeña isla de unos pocos kilómetros cuadrados?. Es que el transporte público en Macao, al igual que el resto de la ciudad, también es peculiar. Aunque existe una red de buses urbanos, sólo los residentes los usan para ir a sus casas. Los turistas hacen uso de la red de autocares y furgonetas fletados por los casinos que llevan pasajeros entre los principales puntos de entrada a la ciudad (frontera, puertos, aeropuerto), los monumentos históricos (catedral, plaza), otras atracciones turÃsticas (torre de Macao, museos), y cómo no, los casinos. La subida y bajada es libre, no hay revisor ni compromiso de llegar hasta el casino. Pero una publicidad agresiva llena el autobús por dentro y por fuera, invitándote a probar el nuevo juego que estrenan esta noche o a conseguir el gran premio que te está esperando.
(En el puerto. Cada autobús es de un casino distinto)
Perro sin lugar a dudas, el rey de los casinos cuando yo visité Macao (diciembre 2010) era el Venetian. Con un millón de metros cuadrados construidos en el 2007 fue en su dÃa el segundo edificio con más superficie del mundo, sólo superado por la planta de ensamblaje de aviones Boeing en Everett.
No sólo es el casino más grande del mundo, sino que además dispone de 3000 habitaciones de hotel (con un mÃnimo de 70 m² cada una), un estadio con capacidad de 15.000 espectadores, un teatro de 1.800 butacas de uso exclusivo para el Circo del Sol, un centro comercial simulando Venecia (gondoleros incluÃdos) y hasta una flota de catamaranes en su propio puerto para transportar a los clientes desde Hong Kong.
(en las dos fotos anteriores, observad el detalle de las escaleras mecánicas en curva!!)
Y aunque en la zona de casino no se podÃan hacer fotos… no hay nadie que te impida colgarte la cámara al hombro y disimuladamente ir disparando para poder mostraros el interior de las salas de juego.
Antes de acabar con el Venetian, y si queréis seguir siendo impresionados, podéis echar un vistazo a esta galerÃa llena de fotos y datos que hará las delicias de mis lectores habituales.
Y el juego en Macao no ha hecho más que empezar. El Venetian ocupa el primero de una serie de hasta 12 terrenos disponibles en el espacio entre islas ganado al mar donde ya hay en proyecto construÃr más casinos y hoteles de conocidas empresas internacionales.
Es una lástima que Macao se está convirtiendo en la capital mundial del juego, que se olviden cada vez más sus raÃces europeas, que se pierda el portugués que ya casi nadie habla en las calles. Pero no puede hacerse nada para evitarlo. Mientras tanto, los chinos tendrán en Hong Kong y Macao las ciudades ideales para desahogarse del régimen de su gobierno central, que a fin de cuentas ha sabido hacer una buena gestión y sacar provecho a estas dos antiguas colonias europeas.
Por último, y a pesar de que yo no jugara en los casinos ni una sola pataca (la moneda de Macao), disfruté enormemente los dÃas que pasé en Macao, y volverÃa de nuevo si tuviera la oportunidad. Me quedaron demasiados callejones por los que perderme, e incluso una visita a alguna de las (muy limitadas) zonas naturales que aún no han sido descubiertas por el grueso de turistas que llegan para jugarse su cartera.
Asà es Macao. Un lugar extraño, curioso e increÃble como pocos existen, y al que cualquier viajero que se precie deberÃa tener en su lista de destinos. Ahora bien, querido lector, si has llegado hasta el final de este largo artÃculo, ya has dado el primer paso para visitar Macao.