Acabo de llegar de la recepción de los Reyes de España en el Hotel Imperial de Tokio. Los Reyes están de visita de estado en Japón y nada más llegar quisieron ofrecer una recepción a los residentes españoles por aquÃ. Ya habÃamos sido avisados con un par de semanas de antelación del lugar y fecha, y de que tenÃamos que vestir traje.
De forma que esta tarde, a las siete estaba en un salón del Hotel Imperial, no sé cuántas estrellas tendrÃa, pero muchas. Suelo enmoquetado y centro comercial de lujo en su interior. En cada farola de la calle del hotel habÃa un par de banderas, la japonesa y la española juntas. Estábamos en un sitio importante. Se notaba en el ambiente. Como también se notaba el ambiente español, no ver orientales por todas partes, tan sólo como parejas (el 90% de las parejas eran español-japonesa) o como parte del control de seguridad. No nos dejaron entrar cámaras de fotos, asà que no hay fotos. Pero el acto saldrá en los telediarios esta noche, asà como en los periódicos o páginas de noticias de internet, por lo que tendréis ocasión de verlo.Â
Si somos pocos más de 1000 residentes en japón, por allà habrÃa bastantes cientos de personas. Poca gente dejó pasar la oportunidad. Cuando los Reyes fueron a entrar, los guardias de seguridad hicieron un pasillo entre medias del público hacia el estrado. Una vez allÃ, comienza a sonar el Himno Nacional. Dedica el comienzo del discurso al atentado ocurrido en Afganistán del que se acababa de enterar, y el resto a las relaciones entre España y Japón, desde el comienzo hace cinco siglos con expediciones misioneras hasta nuestros dÃas, con el interés creciente de la cultura española por parte de los japoneses. Ahora somos nosotros los que tenemos que dar buena imagen del paÃs, mostrando nuestra cultura (como en la comida española!) y demostrando que no somos tan vagos como a veces se cree.
Después, mientras se servÃa un ágape, los Reyes bajaron y se pusieron a saludar y hablar con la gente. Todo el que quiso tuvo ocasión de saludarlos e incluso intercambiar unas palabras. A veces aspectos profesionales, recuerdos de otros encuentros, o incluso cosas más personales. Me quedo con la imagen de la Reina contando y gesticulando como en su último cumpleaños no pudo soplar de una sola vez las setenta velas. Por mi parte hablé con los dos, comentándoles que la última vez que los vi no iba tan trajeado, sino con botas, pantalón de aventura, y camiseta de la Ruta Quetzal. El Rey entonces me agarra del brazo y se interesa por lo que hago en Japón, le cuento brevemente mis planes para los próximos tres años, y me pregunta que si mantengo el contacto con los amigos de la Ruta, que no me olvide de ellos, y que a ver si me animo a presentarme como monitor o lo que sea y nos volvemos a ver otro año, que él acababa de firmar la presentación de la Ruta de este año que viene que van a Chile. Estos detalles te hacen acercarte más a ellos, aunque casi siempre se les vea a lo lejos, en la tele, te das cuenta de que en el fondo son personas.
Por allà andaba también la Ministra de Investigación (o como se llame el ministerio), con esa se enrollaron los Vulcanus, mientras yo me puse a hablar con uno que creo que era uno de sus asistentes. Un teleco de la ETSIT de Madrid con el que tenÃamos ciertos conocidos en común.  Y más personas que pude conocer. Una mujer que llevaba 31 años viviendo en Japón, otra que trabajaba en Ajinomoto (una empresa de especias en Japón), más estudiantes españoles en Japón, y vi por ahà a algún otro bloguero que escribe acerca de su vida en Japón (no Kirai, ese creo que no fue).Â
Resumiendo, fue estupendo. Y para daros un poco de envidia os dejo el menú de lo que se sirvió en el ágape.Â