Otro que me pilla durmiendo. A mitad de sueño, aunque fueran ya las seis de la mañana y el Sol ya llevara un ratro iluminando (y calentando) el ambiente. Fue unas horas después de venir de celebrar la despedida de Marta que se va de Japón la semana que viene. Se supone que tenÃa que estar lo suficientemente cansado como para no darme cuenta, pero como mi cama empezó a rodar (tiene ruedas) y golpear con la pared. Me desperté lo justo para pensar “vaya, un terremoto”, y me volvà a dormir sin darle mayor importancia.
(5.3 grados Ritcher… tampoco es para tanto)
Por cierto, ayer volvà de Hiyoshi a Tsurumi (de la zona de la universidad a mi casa) en bicicleta como de costumbre. El último tren que podÃa coger ya se habÃa marchado, y aunque fuera bien de noche y algunas zonas del camino no estén iluminadas, me sé de memoria dónde están los peores baches. Pero llovÃa. Un poquito. Luego más. Y diluvió. Después de una semana entera sin caer una gota de agua esto era desde luego extraño. Me empapé. Al llegar a casa y después de ducharme decidà comprobar qué habÃa pasado, ¡¡porque no se esperaban lluvias para ayer!!. Compruebo que, la única nube en 300km a la redonda pasó justo sobre Yokohama, justo cuando volvÃa. Ya es mala suerte…