Los gorditos peleones

El sábado fui a un combate de sumo. Bueno, no un combate, toda una competición. Me levanté a las 5 de la mañana, a esas horas el Sol ya llevaba un rato molestando a los cuervos con sus rayos. El motivo de levantarme tan temprano era que tenía entradas para las 8, en la otra punta de la ciudad (y Tokyo es muy grande), de un combate de sumo. O al menos eso ponía en el ticket.

Si alguna vez venís a Japón y hay campeonato de sumo os recomiendo ir. Merece la pena, por los combates en sí y ver todo lo que mueven a su alrededor. Nunca antes había ido, así que no sabía muy bien cómo iba el tema y estaba un rato antes de que comenzara. La cola para comprar los tickets era enorme, daba media vuelta al edificio, pero yo tenía ya el mío :). ¿Por qué tenía tickest?, porque una expedición norteamericana de nanociencia que se encuentra estudiando en Japón (nanoJapan) había dicho al Profesor Itoh que si un par de alumnos suyos podrían acercarse al torneo de sumo y conocernos. Y así lo hicimos, allí estábamos FangFang y yo esperandolos. 
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Prueba nuclear coreana

Hace poco más de un mes Corea (del norte, aunque no hace falta decirlo) lanzó un misil que sobrevoló Japón y cayó en el Pacífico. El consejo de seguridad de la ONU re reunió, y decidieron darle una regañina. Pues parece que Corea se ha rebotado y ahora van a más. Hoy han enterrado unas decenas de kilos de Uranio235 y han comenzado una reacción de fusión descontrolada (¡cuánta energía desaprovechada!). Esto es lo que viene a llamarse, una bomba atómica. 

Los resultados, pues sus vecinos los coreanos del sur han detectado un terremoto de 4.5 grados Ritcher, aunque suficientemente lejos para hacerse notar por la población. Habrán creado también un agujero (o una montaña) en su territorio. Y van confirmando poco a poco la desconfianza… o el odio… de los japoneses. Si es que quedaba algo. Porque según me ha contado Mario, primero venían en barco a robar bicicletas, que después vendían en su país sometido a bloqueos de comercio y el marinero se hace de oro, aunque creo que al marinero ya después de conseguir llegar a Japón de extranjis le convenía más quedarse aquí, no le veo sentido ser rico en un país comunista. Después robaban lo que te puedes encontrar encima del sillín, es decir, secuestro de personas, les lavaban la cabeza (piojos incluídos) y los devolvían a Japón, convertidos en zombies espías al servicio del amo.  

Después vinieron varias pruebas de misiles, a ver si probando probando alguna vez acertaban, alguna nuclear, como la de hoy. Y bueno, aquí estamos, seguimos todos vivos. Aunque a saber cuál será la siguiente idea de este personaje…

Por cierto, ¿sabíais que el Presidente de Corea lo es desde 1972, a pesar de llevar 15 años muerto?