…They just keep Rockin’ to the ClasicsÂ
Pues ayer fue mi cumpleaños. Muchas a gracias a todos los que me llamaron (o intentaron llamarme y no estaba por aquÃ), o me enviaron algún que otro mail. Y si no os acordasteis no pasa nada, porque seguro que el dÃa del equinocio de otoño os mantuvo ocupados :).
Yo sà que estuve ocupado, fuimos a la playa al sur de Yokohama. Está muy cerca de Kamakura, por la misma lÃnea de tren es seguir dos paradas más allá. Muy tranquila la playa, poca gente bañándose y aunque después me enteré de que por esta época suele haber muchos peces globo (de estos que se hinchan y se convierten en erizos nadadores), pero bueno, no nos adentramos muy mar adentro. El agua del PacÃfico estaba calentita, nada que ver con el atlántico, y lo que es más importante, bastante limpia y clara. Dicen que otras playas más cercanas a Tokyo están más guarras, pero bueno, todo es cuestión de cogerse un tren y alejarse unas decenas de km.
Llegamos a mediodÃa, nos fuimos a una convenience store a comprar algo de comida y estuvimos toda la tarde en la playa. Jugando a las cartas, enterrando los pies en la arena, o simplemente hablando, porque éramos un montón de gente, cerca de 30 personas. Nos quedamos a ver el atardecer, un atardecer un poco extraño ya que no supuse que desde la costa este de Japón pudiera verse el atardecer por el mar. Tratamos de ver el rayo verde, pero no lo conseguimos. Otra vez será.
Y luego por la noche me prepararon una sorpresa. Mientras unos fuimos a cenar a la estación de tren de Yokohama,  Louis y Susan se volvieron antes de tiempo a la Hiyoshi International House para preparar una dulce sorpresa. Louis cocinero, con el toque de originalidad de Susan y los barquillos madrileños de Marta me recibieron con esta sabrosÃsima tarta:
La apariencia no lo es todo. TenÃais que haberla probado. Espero no tener que aguardar hasta el próximo año (ni hasta el próximo equinocio siquiera) para volver a tomarla. Además, con la escasez de chocolate que hay en Japón, no vino mal meterse este chute de azúcar y cacao.
Y aquà se acaba la celebración de mi cumpleaños. Bueno, en realidad empezó hace varios dÃas, el viernes, cuando Louis, mi compañero de apartamento también cumplió 22 años. Aquel dÃa fuimos por la noche a un SentÅ, una especie de baño público japonés. Primero te duchas sentado sobre unas banquetas, y luego te vas metiendo en las bañeras de agua frÃa o caliente a tu elección. El que fuimos tenÃa incluso una bañera en un patio directamente al aire libre, y justo comenzó a llover fuertemente. Era extraño estar en un agua a 42º mientras gotitas de agua frÃa te mojaban la cabeza. Aún asà yo no aguanto demasiado el agua caliente, y más de 10 minutos no podÃa estar ahÃ, asà que me volvÃa un rato a la de agua frÃa.
A la salida, como no, seguimos el ritual tÃpico de los japoenses y tomamos un botellÃn de leche frÃa. La postura no es casual, simplemente es que hay que tomarlo asÃ. No me preguntéis por qué, porque no lo sé, es asÃ, y punto.
Y aparte de la carta he recibido varios regalos. De parte de mis compañeros de por aquÃ, este estupendo peluche con forma de erizo. Lo bueno es que en realidad es un porta-CDs, lo abres con una cremallera y metes los discos por dentro. Y aún asà sigue estando blandito.Â
De parte de mis padres me llegó un paquete con una felicitación firmada por todos que cuando la abres suena la melodÃa de feliz cumpleaños, unos calcetines para andar por casa  (de estos que tienen puntitos antideslizantes en la base) y un práctico libro de cocina de microondas. Ya probaré a hacer alguna de las recetas. Espero que salgan bien, porque si después de cocinar tienes que limpiar todo lo que no te has podido comer… serÃa un desastre. Ah, y el dÃa de mi cumpleaños, es decir, ayer, me llegó esta postal electrónica. Es muy divertida porque la palabra fe-li-ci-da-des tiene cinco sÃlabas, asà que hasta el pajarraco (bueno, se llama Lolita) colaboró. Aunque después creo que del papel no quedó más que un amasijo de trizas. Es lo que tiene tener un loro con vocación artÃstica. Muchas gracias a todos, sobre todo a ti, pajarraco, que sé que te tuviste que contener durante un buen rato antes de empezar a agujerear el DES.
Y por último, la última carta que me llegó, desde ahà enfrente, el otro lado del Océano PacÃfico. Gracias Javi por la tarjeta con música. Esta no es una simple melodÃa, es una grabación de la canción Sweet home Alabama. No me la esperaba, y me hizo mucha ilusión. Aquà os dejo la canción, y hasta otra!
Â
10 comentarios ↓
de nada :-)
Yo soy de esos que no se ha acordado… bueno, más bien es que ni siquiera lo sabÃa y lo acabo de leer ahora cuando he llegado a casa!!! Ya lo podÃa haber hecho esta tarde antes de hablar contigo :)
Me lo apunto para la próxima que supongo que seguirás por allà todavÃa.
FELICIDADES CON RETRASO!!!
p.D: Me da que el rayo verde no existe… nos estás vacilando a todos!!! :P
hey! Luis Felicidades! =)
No pasa nada, yo tengo muy mala memoria acerca de los cumpleaños. Además, prefiero celebrar que la tierra vuelve a pasar (más o menos, por ajustes de horas de años bisiestos y precesión) por el mismo sitio que el dÃa en que yo nacÃ.
Luis, apúntame una. Se me ha pasado completamente ¬¬.
Bueno, como castigo, cuando vengas te llevo a comer tartas x aquÃ, que se que no te gustan, :P.
Un abrazo, ahh… que se me olvida otra vez
MUCHAS FELICIDADES !!
Uhm, dulce soborno. Gracias!
Coño Luis, felicidades!! No me acordaba :$
Lo siento!!
Eso te pasa por no tener Tuenti/Facebook :P que no hay nada que nos lo recuerde :P
Lo siento Isra, no voy a entrar en ninguna de esas redes sociales. Creo que quita demasiado tiempo y genera demasiado gossip.
No te voy a quitar la razón cuando es imposible llevarte la contraria, no podÃas estar más en lo cierto :)
Espero que lo pasaras genial!!
Un abrazo!!
[...] instalaciones de la residencia no estaban nada mal, dormitorios espaciosos y un ofuro para nosotros solos (otro para las [...]
Escribe tu comentario