El sábado por la noche tuvimos en la Hiyoshi International House una reunión para que nos enseñaran a cocinar takoyaki, que son unas bolas de harina a la plancha rellenas de pulpo y verduras.Â
La preparación fue muy entretenida, cortando los ingredientes, comprobando que el pulpo tenÃa ocho patas (ichi, ni, san … ¡hachi!), haciendo la masa, y mientras tanto conociendo a otras personas que acababan de llegar.
Pero lo bueno vino a la hora de freÃr las bolas. Los japoneses tienen una máquina especial para hacer esta comida, que consiste en una especie de plancha con agujeros semicirculares. Para hacer el takoyaki hay que rellenar (y desbordar) estos agujeros con la masa, a continuación se echan dentro los cachitos de pulpo y de verdura, y se espera…
Unos minutos más tarde hay que empezar a formar las bolas, y aquà viene lo divertido. La única herramienta que se puede usar es una especie de punzón, con el que ir dando la vuelta a la masa, que se habrá cocinado por debajo, para formar la bola. Y no es tan fácil como parece. Al principio fue un desastre, las primeras bolas las destrozábamos y acababa siendo más un revuelto de harina, pulpo y verduras. Pero con el tiempo fui aprendiendo. Tres o cuatro tandas más tarde nos tocó a Marta y a mi hacerlas, y demostramos un estupendo dominio del punzón porque las bolas salÃan casi perfectas.Â
Y por último hay que comérselas, con una salsa de soja, una cosa que parecÃa perejil (corrección: Marta me dice que era alga nori troceada) y otra cosa que parecÃa raspaduras de marisco. Pero con cuidado, ¡¡que queman!!
Después, ya de noche, nos fuimos a un bar-cafeterÃa de Hiyoshi donde habÃa un montón de puzzles de madera para resolver. Poco a poco los fuimos liquidando, aunque no pudimos probar todos porque eran demasiados. Habrá que volver otro dÃa.