ArtÃculo escrito originalmente para la revista Aviación Comercial Nº 28 (Junio 2010).
Si en el número pasado hablé del fenómeno low cost en los paÃses más pobres de Asia, ahora voy a comentar la contrapartida: las aerolÃneas en Japón.
Japón ha sido un paÃs que pasó en apenas unas décadas desde la edad media y el feudalismo de la era samurai a un tremendo colonialismo y posterior industrialización durante la primera mitad del siglo XX. La sociedad ha tenido poco tiempo para adaptarse, y por ello aún prevalecen comportamientos que favorecen el bien común antes que los intereses personales. En parte esto es bueno, pero también es el motivo de que exista demasiada regulación y burocracia en prácticamente cualquier gestión del dÃa a dÃa.
En lo que atañe a la aviación comercial, las tarifas aéreas están reguladas por el gobierno: se paga una base por vuelo más un extra en función del kilometraje. El suplemento por combustible que tan de moda se ha puesto en los últimos años también está regulado.
Al final, las tarifas son lo suficientemente altas como para contentar a las aerolÃneas (hablamos del orden de 250€ por trayecto), pero lo suficientemente bajas como para permitirse el lujo de llegar al aeropuerto sin reserva. De hecho nada más llegar hay pantallas donde te informan del número de plazas disponibles en los siguientes vuelos.
Pero no todos pueden permitirse volar a estos precios. El tren bala ofrece una dura competencia, costando la mitad (también regulado) y tardando no mucho más si consideramos el desplazamiento entre los centros de las ciudades.
Las aerolÃneas negocian con el gobierno y se inventan todo tipo de descuentos para defender su mercado. En Japón podréis ver descuentos impensables en otras partes del mundo: compra anticipada (cuando 24h se considera anticipación), por viajar en la semana de tu cumpleaños, si tú y tu pareja sumáis más de 80 años, viajando de tres en tres amigos, etc. Al final se pueden conseguir tarifas similares al transporte ferroviario, y las aerolÃneas llenan los enormes 747 y 777 que usan en vuelos nacionales, mientras los 767 se quedan para las rutas internaciones de media distancia.
Los japoneses tienen un mercado interno enorme porque en las relaciones empresariales el cara a cara es imprescindible, por cordialidad o simplemente por costumbre. El caso es que el movimiento de personas en este paÃs llena los vehÃculos y satura las terminales de cualquier medio de transporte. Los aeropuertos están en expansión, y un nuevo enlace ferroviario de levitación magnética (a 500 km/h) va a construirse entre Tokio y Osaka.
En un panorama como éste en que la demanda supera ampliamente a la oferta porque el limitante es la infraestructura, donde la regulación es el primer obstáculo a sortear, en un lugar asà no tienen cabida las Low Cost. Es el sueño de unos, y la pesadilla de otros.