En la universidad, mi grupo de investigación dispone de varios laboratorios, habitaciones y despachos. Como en todas partes, algunos son más restringidos que otros, no tanto porque se guarden secretos sino para evitar robos (son raros, aunque podrÃan darse) y manazas que se pongan a toquetear una máquina que no deberÃan usar.
A las habitaciones de menos seguridad se accede marcando un código en la puerta. El código no es especialmente complicado, está puesto para que sea fácil de recordar, aunque no es tan obvio como 12345 ó el número de la habitación. Fijáos cómo los números están descolocados cada vez de una forma diferente para que no pueda descubrirse la contraseña por el desgaste de las techas:
Los laboratorios que requieren algo más de seguridad tienen un sensor en la puerta que lee tarjetar RFID, además de que están en los sótanos de la universidad, un área más restringida, de forma que pueden determinar quién entra y a qué horas (aunque tal como son los japoneses que trabajan a cualquier hora cualquier dÃa, está puesto para que se pueda entrar 24 horas al dÃa 7 dÃas a la semana).
Por último, en los lugares más restringidos no se deja nada en manos del azar, como que puedan robarte la tarjeta o crackear el código de acceso. Usan llaves normales y corrientes, pero las llaves está a su vez en otra habitación a la que se accede con código o tarjeta, y además las custodian un osito y un patito feroces. Para coger una llave tienes que anotarlo en un formulario guardado en un cajón, asà queda constancia de quién tiene la llave en cada momento, y más te vale devolverla tan pronto acabes, que si no el patito del llavero se chiva :P.
Y de estas tres llaves hay una especialmente sensible: la que lleva la alarma integrada. Este sistema de alarma también lo he visto en varias tiendas de ropa para las prendas más caras.