Entradas escritas en octubre de 2011 ↓

Aeropuertos para toda la familia

Columna escrita originalmente para la revista Aviación Comercial Nº 31 (Enero 2011).


Viajeros cargando maletas de un lado a otro, ejecutivos apresurados hablando por el móvil hasta el último momento, sonámbulos desayunando al atardecer tras atravesar innumerables husos horarios, cuerpos tirados por los suelos a causa de un retraso (para ellos) injustificable. Para muchos de ellos este lugar sólo es paso, un doloroso trámite necesario para llegar a su destino. Escaparán de aquí en cuanto puedan y no volverán si no es necesario.

A lo largo de los últimos años he visto escenas equivalentes repitiéndose en aeropuertos de los cinco continentes. Yo, suelo llegar con márgenes suficientes para tomar mi vuelo e incluso en ocasiones voy sin tener uno programado. Para mí este lugar de paso se convierte en lugar de disfrute. Aerolíneas y gentes de todas partes del mundo, paneles repletos de destinos soñados, familiares reencontrándose y parejas diciéndose un “hasta luego”. Y esos enormes ventanales desde los que curiosear la plataforma, o los montículos del perímetro que permiten salvar con la mirada verjas de varios metros de altura.

Pero aquí es cuando vienen los problemas. Eres un tipo fuera de lo común, un extraño, sospechoso y terrorista en potencia. Las fuerzas de seguridad tratarán de convencerte de abandonar tus supuestas oscuras intenciones. Mejor no llevar la contraria, en algunos países la fuerza es más poderosa que la razón.

Aunque hay un lugar del mundo donde darse un paseo por los alrededores del aeropuerto una tarde de domingo es algo normal para abuelas con niños que dan sus primeros pasos, grupos de amigos pasando el rato, y no pocos los spotters armados con receptores de radio y grandes cámaras cazando pájaros a través de sus objetivos. La policía patrulla y da recomendaciones de seguridad, pero no veta. Este lugar es Japón.

Y lo mejor de los principales aeropuertos japoneses está en el último piso de la terminal: un complejo en el que gente de cualquier edad y condición puede pasar una tarde en con la mente en el cielo y los pies en la tierra. Cafeterías, restaurantes, tiendas de recuerdos, simuladores de vuelo y un mirador abierto bien posicionado para tener vistas tanto a las entrañas del aeropuerto y como a los despegues o aterrizajes. En los casos en los que tiene que haber una verja de por medio hay agujeros ejecutados a lo largo de la misma pensados para todos los tamaños de lentes. No pueden faltar telescopios en los mejores puntos de observación y plataformas con rampas para discapacitados, ancianos o niños que no lleguen al nivel de la barandilla. Más aún, con un poco de suerte encontramos también pantallas con una recreación en 3D e información del siguiente vuelo.

Siempre hay gente en estos lugares. Aficionados o profesionales, viajeros  matando el aburrimiento o familiares dando el último adiós en el momento en que el tren de aterrizaje se separa de la pista. Tenemos mucho que podemos aprender de los japoneses. Pero no nos desengañemos, en otros ámbitos son ellos los que tienen que aprender del resto del mundo.

KIX spooters terrace

KIX spooters terrace

Spooter at KIX

Haneda international terminal terrace

Otoño

Parece mentira que estas imágenes (y muchas más que se quedaron sin fotografiar) fueran del fin de semana pasado.

RQ2002 (y acoplados)

Jumpin' El Escorial

Sobremesa rutera

Parecía verano, aunque en algunos momentos me recordó incluso a alguna primavera pasada. O también podría decir que era como cualquier momento del año en un clima tropical. Y todo sin salir de unos pocos kilómetros alrededor de Madrid.

Creciendo entre las flores

Selva madrileña

Después de haber pasado dos semanas en septiembre de frío invierno (aunque en ocasiones no lo pareciera) por latitudes cercanas e incluso por encima del círculo polar ártico, el calor inesperado de este puente del Pilar se han agradecido un montón. Pero también es cierto que las sombras más largas de lo normal durante gran parte del día delataban que el cambio se estaba acercando.

Y sin preverlo, sin esperarlo, el otoño ha llegado. Primero con un frío seco, a veces nublado y a veces soleado. Pero lo peor llega en los próximos días, con lluvia y viento que tirarán las hojas recientemente amarillentas de los árboles. Así que mucho ánimo y a esperar a la próxima primavera, que aunque hoy se ve lejos, llegará cuando menos se la espere.

Jardines de El Escorial a través de un viejo vidrio

Resumen del Puente del Pilar 2011

Alimañas. Bigote. Colchonetas. Alas veteranas. Selva. Valor. Frontera. Quesería. Patito cua. Narizotas. Churros con chocolate. Escorial. Luna llena. Dulzaina. Van Gogh. Sidra. Kimchi. Césped. Teotihuacán. Amigachu.

Sólo unos pocos lograréis entender el verdadero significado de alguna de las palabras que resumen este largo fin de semana. A vosotros, gracias :).

Alas plateadas

El sábado pasado tuve el examen de vuelo. Un examen a 1000 metros de altura y a casi 200 km/h. El resultado os lo adelanto con una imagen:

Era un día fresco, sin nubes y con alta presión, estupendo para volar si no fuera por el viento de casi 10 nudos (18km/h) en superficie, y hasta tres veces más a pocos cientos de metros de altitud.

Llegué a Cuatro Vientos con tiempo suficiente para planificar el vuelo. La ruta ya estaba pensada: un paseo de ida por el valle del Tiétar hasta Talavera y a continuación volver cruzando las llanuras manchegas. Una vez que había obtenido los mapas de viento y metereología significativa, me puse a calcular qué rumbos y altitudes serían los más adecuados, considerando la deriva causada por el viento y la diferencia entre velocidad indicada (IAS, Indicated Air Speed) y velocidad real sobre tierra (GS, Ground Speed), con el mayor detalle posible, teniendo en cuenta la presión y temperatura del aire.

A continuación, calculé el tiempo estimado y consumo de combustible durante la ruta planeada, así como las distancias de pista necesarias para aterrizar y despegar. También busqué y apunté las frecuencias de comunicaciones y otros datos de los aeródromos de salida y destino, aunque en este caso coinciden.

Por último, todos estos cálculos hay que repetirlos suponiendo que no podremos aterrizar en el aeropuerto de destino sino en otro que consideramos como alternativo. En cuanto a la carga de combustible, se requiere llevar el necesario para frustrar una aproximación al destino y llegar al aeropuerto alternativo, más 45 minutos de vuelo, más 15 minutos de espera, más un 5% de reserva.

Todos estos datos se van calculando e introduciendo en el llamado plan de vuelo operacional, una ficha que llevamos siempre visible en vuelo y en la que vamos comprobando que los tiempos y consumos coinciden con los previstos. Aunque la escuela nos proporciona plantillas, yo preferí hacerme la mía propia. Aquí la dejo por si alguien quiere usarla en sus vuelos:

(click sobre la imagen para acceder a la versión en PDF [37KB])

La Cessna 152 que vuelo no es muy potente, y puede cargar un máximo de 450 libras (200 kg) sumando combustible, equipaje y dos tripulantes. La capacidad máxima de combustible es de 24.5 galones (93 litros), que pesan unos 67kg ya que el fuel es más ligero que el agua, eso limita el peso máximo de cada ocupante a unos 70 kg cada uno. Yo entro, y el examinador… digamos que también, no tenemos una báscula a mano, y como las condiciones metereológicas son adecuadas (baja temperatura y alta presión) y la pista larga, confiamos en que la pequeña C152 podrá levantar el vuelo al igual que lo ha hecho tantas otras veces incluso en peores condiciones.

Y así resulta ser, tras veinte minutos de checklists, comprobaciones, peticiones de permisos a la torre de control y rodaje, una vez más estoy sobrevolando las viviendas de Carabanchel que los especuladores urbanísticos construyeron justo al final de la pista de Cuatro Vientos. ¡Qué privilegiados esos que se asoman al balcón y ver a los aviones sin necesidad de doblar el cuello! Lástima que la mayoría no piensen lo mismo y traten de echar al más antiguo del vecindario: Cuatro Vientos ya estaba allí 100 años antes de que llegasen los nuevos vecinos.

Son sólo unos segundos, cuando vas en línea recta y sin semáforos sales de la ciudad antes de darte cuenta. Comenzamos nuestra ruta. La primera mitad trayecto resulta entretenida, volando en terreno con cierto relieve y metiéndose en el valle del Tiétar. La segunda mitad, algo aburrida. Volar por cualquiera de las dos Castillas es aburrido salvo que pases por ciudades o pueblos con algún monumento interesante visible desde el cielo, como castillos, acueductos o molinos de viento. Lo grabé con un GPS tracker, aquí tenéis una imagen del mismo, haciendo click accedéis al mapa en detalle:

Y después de hora y media surcando los cielos y contándonos batallitas entre el examinador y yo, aterrizo de nuevo con algo de viento cruzado en Cuatro Vientos. Cuando aparco el avión y paro el motor, le pregunto al examinador qué tal. Me dice que estoy aprobado, y que ahora me toca seguir ganando experiencia en vuelo cuando me emitan la licencia, trámite que se demora unas pocas semanas.

Las alas plateadas ya son mías. Como siguiente paso, el mes que viene me examino de un par de exámenes de inglés para poder volar en el extranjero. Y a continuación, a lo largo de 2012, trataré de conseguir las alas doradas, las de piloto comercial.

Pero de momento… ¿quién de mis lectores quiere experimentar lo mismo que los pájaros?. Sólo tenéis que decírmelo, alquilamos una avioneta… ¡y a volar!

Lista de prioridades

Sólo una breve actualización. O eso espero, porque luego me enrollo.

Otra vez he vuelto a estar un mes sin escribir, y es algo que no me gusta nada, pero hay tantas cosas que hacer que a menudo es fácil sentirse abrumado. Digamos que podría organizar mi vida en base a varias prioridades.

La primera, los estudios, más o menos al mismo nivel que las amistades, quedar con los amigos o irme de viaje con ellos.  No en vano, durante el mes de septiembre me presenté al último examen teórico para obtener la licencia de piloto privado (que aprobé :)), y ya sólo me queda el examen práctico, que será cualquiera de estos días. También este mes de septiembre hice un viaje al norte: una semana de roadtrip hacia Cabo Norte con tres amigos de tres entornos muy distintos para mí (Japón, Ruta Quetzal y Teleco), y que al final resultó en una estupenda experiencia.

Después estarían otras obligaciones laborales, aunque ahora mismo sólo se trata de escribir en un par de revistas de aviación y seguir proponiendo fotos a GettyImages (ya tengo 9 a la venta en su colección). Durante el mes de septiembre escribí un par de columnas y un artículo largo que, a su debido tiempo, me encargaré de colgar en el blog. No quiero que este blog sea un repositorio de artículos que voy escribiendo para otros. En esta categoría también podría incluir que el fin de semana pasado fui invitado a acercarme a la Festa al Cel de Barcelona, una exhibición aérea impresionante.

Luego podría colocar al blog y otras aficiones en esta lista de prioridades. Escribir algo de vez en cuando, rescatar imágenes de mi carpeta “fotos por clasificar”, escaparme a algún lugar interesante, y cosas así que uno hace por propia motivación o locura.

A continuación podría situar la información, la lectura de libros, feeds o listas de correo a las que estoy suscrito, y en las que cada vez veo cómo publican más vídeos (que no veo salvo que resulten especialmente interesantes, dependiendo de la fuente y de la vehemencia con que se recomienden). La información es un problema de hoy en día, tenemos acceso a demasiada información mal clasificada e incluso varias veces duplicada. Sólo os digo que el contador de feeds (lugar donde se agrupan los posts de blogs sin leed publicados durante los últimos 30 días) dejó de funcionar y me viene diciendo desde hace varias semanas con un “1000+” que tengo que eliminar los más superfluos.

Y por último, las redes sociales. Los que me tenéis en alguna de ellas (Facebook, Google+) habréis notado cómo mi actividad ha disminuido más aún. Sólo de vez en cuando les echo un vistazo si quiero recurrir a un dato o saber del paradero de alguna persona en concreto. Y aquí viene un consejo, para contactar conmigo, mejor hacerlo por las vías tradicionales (también incluyo al email ahí ;)), y seguro que encuentro un rato para quedar algún día en Toledo o Madrid. Prefiero gastar el tiempo en persona que haciendo “likes” y comentando fotos que muchas veces han perdido los derechos de autor. Aunque aquí existe una excepción, hay una red social que uso más: twitter. El motivo es que la llevo en el móvil, no es intrusiva y puedes engancharte y desengancharte cuando quieras no requiriendo una atención continuada en el tiempo. Ah, y puede decirse que sólo la uso en los tiempos muertos: autobús, metro, colas u otros momentos de espera

Resumiendo, mi vida está llena de cosas interesantes que hacer y atender. Y ahí arriba tenéis la lista de prioridades para que, en determinados momentos podáis entender mejor por qué en este mes de septiembre no tuve tiempo para actualizar el blog, pero sí para tomar 11 vuelos comerciales como pasajero y casi otros tantos de formación en una avioneta, conducir 1700km por el norte de Noruega, quedarme hasta altas horas de la noche buscando auroras boreales, conocer (y reconocer) a gente que hacía años que no veía, solicitar una beca de formación en British Airways (que me fue denegada :( ), entre otras cosas.

El mes de octubre parece que viene algo más tranquilo, pero sólo un poco ;). Stay hungry, stay foolish.