Para quien no lo sepa, One Piece es uno de los mangas más exitosos de Japón. Es común ver a gente disfrazada del personaje principal durante los eventos de cosplay. Aunque es común ver a chicos trasvestidos de personajes femeninos, nunca me hubiera esperado encontrar una chica ejerciendo y posando de One Piece.
En estos eventos a la gente por lo general no les importa que les tomes fotos. Eso sí, nunca está de más pedir permiso. No hace falta saber japonés para ello, basta con mirarles a la cara, enseñarles la cámara y sonreír. La respuesta suele ser otra sonrisa y un posado más o menos curioso.
Volviendo al tema de One Piece, en Japón es casi adorado. Las tiendas de ropa hacen campañas vendiendo decenas de modelos de camisetas con motivos del cómic, el personaje aparece en carteles de publicidad de terceras compañías, contruyen a escala 1:1 el barco pirata Going Merry, y colocan cientos de llaveros únicamente de la serie en una máquina de gancho.
Hay incluso una compañera del laboratorio que cuando se aburre se dedica a hacer retratos estilo one piece del resto de gente. Yo tengo por ahí el mío, en un cachito de papel de sucio lleno de garabatos incomprensibles. A ver si algún día lo escaneo.
Pues yo, la verdad, sigo sin enterarme. Así me va… que cada mañana amanezco con una figura de arte contemporáneo en mi cabeza. Y aunque la domo un poco, es inútil, luego le esperan diez kilómetros de bicicleta con el viento normalmente de frente (gracias a Murphy).
Fly me to the moon
Let me play among the stars
Let me see what spring is like
On Jupiter and Mars
[...]
En estos momentos, volando con Air China hacia Hong Kong, despegando desde la nueva internacional de Haneda y parando poco más de una hora en el aeropuerto de Pekín, diseñado por Norman Foster. En definitiva, volando hacia la Luna que se encuentra más allá de donde se pone el Sol. Aunque me da que seré yo el que tenga que esperar a la Luna. Cuidado, que quema.
Por cierto, ¿visteis el eclipse de Luna anoche?…. si os lo perdisteis, los que estéis en Europa aún tenéis la oportunidad de ver amanecer con el Sol eclipsado (parcialmente) el próximo 4 de enero. Yo no me lo perdería. Los eclipses son una carambola cósmica increíble. Somos muy afortunados de poder disfrutarlos.
Estamos en Japón, y las pequeñas atracciones de los niños incluyen figuras y elementos completamente desproporcionados de la cultura de Japón. Nada de caballitos o coches fantásticos.
El precio, no me acuerdo exactamente, pero supongo que com la mayoría de máquinas recreativas estará a 100¥ (0.9€), más o menos lo mismo que te cuesta una hamburguesa pequeña o un pastel de manzana en el McDonalds, una manzana o un racimo de 3-4 plátanos en la frutería, o un café o un refresco (frío o caliente) en una máquina expendedora.
Como medida de solidaridad con los controladores aéreos, los renos de Papá Noel se han puesto en huelga justo al comienzo de las Navidades. Además, los cérvidos dicen tener una jornada de trabajo abusiva, exponiendo que el cambio de horario no es justificación para trabajar más de 24h al día durante ciertos momentos del año.
El gobierno ha respondido despidiendo a los renos y militarizando a Papá Noel. Los entrenamientos resultan inusuales pero progresan adecuadamente, aunque Papá Noel no acaba de acostumbrarse a los elementos adicionales de seguridad requeridos. Igualmente, le fue retirado su tradicional atuendo rojo y blanco al ser confundido con con una enorme etiqueta remove before flight.
Pero tranquilos, si habéis sido buenos esta Navidad nadie se va a quedar sin regalos.
Hay muchas formas de aprender idiomas. Yo no soy quién para contaros cómo porque la verdad, lo mío no son las lenguas. Sin embargo todos las sabéis. Practicar, interesarse, necesidad, son sólo algunos ejemplos de catalizadores que mejoran poco a poco pero de forma continua el aprendizaje de un idioma.
A continuación os presento un producto para aprender tres idiomas a la vez (coreano, inglés y caracteres chinos) aprovechando todo ese tiempo, más o menos largo, que pasas sentado haciendo esfuerzos en otros menesteres:
Aunque todo sea dicho, también puede emplearse para hacer realidad eso que prácticamente todos los que vivimos en Japón (incluidos los japoneses) hemos dicho o pensado alguna vez: ¡Me cago en los kanjis!
En Japón a nadie se le caen los anillos por ir en bicicleta. Se ve a gente de toda edad y condición montado sobre dos ruedas. Por ejemplo, por las mañanas hay muchos estudiantes en uniforme (chicos y chicas), y por las tardes veo más a los trajeados salarimen volviendo de casa al trabajo.
Sin embargo la siguiente foto fue tomada un día por la mañana, a unas horas en las que todos suelen estar trabajando. Posiblemente esos dos tipos trajeados no fueran trabajadores, sino estudiantes con algún compromiso (presentación, job hunting, etc), ya que a la más mínima son capaces de enfundarse el incómodo traje.
Y ahí van, sobrecargando la bici, y fumando, y con maletín. Pero lo tienen dominado, seguro que no es la primera vez que lo hacían.