Montañas de nieve

Nieve por todas partes. Metros y metros de nieve. Eso es lo que esperábamos ver en Murodo, en plenos alpes japoneses. Este año la temporada no abría hasta el 17 de abril, lo que más o menos quiere decir que hasta esa fecha hay tanta nieve que ni las máquinas quitanieves pueden pasar. Les dimos un día más por si acaso. Así que el 18 de abril Anna, Miguel y yo cogimos el tren tempranito y nos dirigimos hacia los Alpes Japoneses.

La idea era hacerlo en un sólo día. Ida, atravesar la cordillera, y vuelta. Teníamos unos JR East Pass que precisamente caducaban ese día y había que aprovecharlos al máximo. Os pongo un mapa para que os hagáis una idea del camino recorrido, y después los medios de transporte que cogimos.

Ver mapa más grande

IDA:
5:56 Hiyoshi => (Tokyu Meguro Line) => Musashi-Kosugi 6:00
06:14 Musashi-Kosugi => (JR Yokosuka Line) => Tokyo 06:32
07:00 Tokyo => (Shinkansen Max Toki 303) => 08:11 Nagaoka
8:20 Nagaoka => (L.Ex Hokuetsu) => Naoetsu 9:36
9:46 Naoetsu => (JR Hokriku line) => Toyama 11:50
(tiempo total 6h incluyendo trasbordos)

RUTA:
12:17 Dentetsu Toyama => (Toyama Chiho Railroad) => Tateyama 13:19 [1170Â¥]
Tateyama Cablecar: 7min [700Â¥]
Highland Bus: 50min [1660Â¥]
Tateyama Trolley Bus: 10min [2100Â¥]
Tateyama Ropeway: 7 min [1260Â¥]
Kurobe cablecar: 5min [840Â¥]
Kandem Trolley Bus: 15min [1500Â¥]
Ogizawa-Omachi Bus: 40 minutes [1330Â¥]

(tiempo total 134min más trasbordos, paseos, etc)

VUELTA:
19:00 Shinano Omachi => (Oito Line) => Matsumoto 1h
Matsumoto => (L.Ex Super Azusa)=> Tachikawa 2h10min
Tachikawa => (JR Nambu Line) => Musashi-Kosugi 43min
Musahi-Kosugi => (Tokyu Toyoko Line) => Hiyoshi 4min

(tiempo total unas 4h30min incluyendo trasbordos)

Podría parecer pesado de organizar todo esto, pero se hace fácil gracias a páginas como Hyperdia que te dan todos los horarios de trenes y conexiones necesarias.

Y el viaje en sí no fue pesado. Primero porque saliendo tan temprano tienes ganas de continuar tus sueños un rato más en el tren, y os digo yo que el Shinkansen es el medio de transporte donde más y mejor he dormido. Y más razón aún cogiendo la línea hacia Niigata que tiene cientos de kilómetros de aburridos túneles.

Durmiendo en el Shinkansen

Después llegó lo bueno. Un tren local que paraba en cada pueblecito del recorrido, justo por la costa oeste de Japón. A un lado el mar, al otro las montañas, y entre medias campos, cultivos, pueblos y gentes.

Campos desde el tren

Tateyama

Arroz inundado

Japanese Alps

Como eran un par de horas hubo tiempo para todo. Para dormir un rato más, y para sacar fotos como las anteriores. Las ventanillas de tan oxidadas apenas se abrían, había que apañárselas para sacar el objetivo de la cámara por el poco espacio que nos dejaba, y siempre con mucho ojo de que no se lo llevase por medio un tren en sentido contrario. No nos arriesgábamos. No queríamos perder nuestras cámaras (ni nuestros brazos).

Fotos a través de la ventana

Qué calor. En manga corta. Y yo que había avisado al personal de se abrigaran bien porque íbamos a pasar frío. Aquello era pura primavera. Cerezos en flor por todas partes y un sol que apretaba el cada vez más chirriante vagón de tren. Sin embargo el conductor no se dejaba acobardar, y por si fuera poco la vía era recta, quién diría que nos dirigíamos hacia toneladas y toneladas de nieve apilada.

Maquinista en su cabina

No hay que agarrarse en las rectas

La montaña abandona su timidez y se atreve a acercarse a medida que llegamos a Tateyama.

Tateyama

Y por fin llegamos a la base. Pero aquí toca subir. Y no se sube andando como al Monte Fuji. Quizá se podría, pero no hay tiempo que perder. Tenemos por delante un recorrido para atravesar toda la cordillera, y aunque apenas es la 1 de la tarde ya vamos justos de tiempo. Sólo podemos permitirnos 1 error, perder 1 de las 5 conexiones que tenemos. Si perdemos 2, nos toca hacer noche. Comencemos por el funicular. Cientos de metros más arriba nos cruzamos con la pareja que baja: aún vamos a mitad de camino.

Tateyama

¿Y qué hay arriba?. De momento nada. sólo estamos a 1000m de altura y hay que seguir subiendo. Ahora en autobús. Salvamos nada más y nada menos que 1500 metros más de
desnivel en tres cuartos de hora. Hay nieve. Al principio un poquito, luego más, y más…. ¡y más!
Snow Corridor

(esto tan sólo es un poquito de nieve)

Blanco y verde

Snow Corridor

Snow Corridor

(cuando la nieve es más alta que el autobús empiezas a asustarte)

Snow Corridor

(a estas alturas si no vas con gafas de Sol tienes los ojos quemados)

Snow Corridor

(hasta que la nieve dobla en altura a tu autobús)

Vaya, parece que aquí ha nevado bien. Me río yo de los tres dedos de nieve que consiguen cerrar Barajas. Aunque claro, estamos a 2500m de altura. Pero el mes de abril está ya bien entrado. Y aunque el sol calienta la temperatura ambiente no sube de 0º. Qué cosas. Bueno, juguemos un rato con la nieve, con cuidadito de no quedarse enterrado por ahí, que de esa no te sacan, en serio.

Snow Corridor

Snow Corridor

Snow Corridor

Hay que seguir. Vamos bien de hora, ahora toca un autobús eléctrico. Un trolebús de toda la vida. ¿Por la nieve?, no, por un túnel. Es que los japoneses se han aficcionado a hacer túneles por todas partes, lo que no saben es que ni siquiera así van a conseguir convertir Japón en ese queso francés que tanto les gusta. Aún así ponen interés y por eso llevan siglos sin usar desodorante, pero los genes les han jugado una mala pasada y no llegan a oler tan mal como algunos… como algunos quesos.

Bueno, volvamos a la montaña. A los túneles de la montaña.

Electric Bus

Túnel en Tateyama

Entre medias vemos que hay gente que sólo compra billete para subir. Que prefieren bajar por sus propios medios. No está mal hacer 1500m de desnivel haciendo snowboarding. La montaña está arañada por todas sus laderas gracias a personajes como el de esta foto:

Snowboarder

(este usaba un rallador de dos metros)

Alpes Japoneses

(estos tres sólo se dedicaban a pisotear la nieve)

Y seguimos con el recorrido. Cuando no hay túneles es porque no hay montaña. Nos topamos con un valle, y lo salvamos con un teleférico. Imponente el valle. Nieve y montañas por todas partes. No se ve el final del cable. Quizá no tenga final.

Tateyama cablecar

Ah, sí, sí que lo tiene:

Tateyama cablecar

Y de nuevo más y más vistas increíbles. Aquí decidimos quemar nuestro único comodín y perder el penúltimo autobús del día. Merecía la pena.


Japanese Alps

Japanese Alps

Japanese Alps

Y para reponer fuerzas y calentarse nada mejor que comer algo. ¡Pero si estamos rodeados de nieve!. Pues aquí lo único que hay son helados (no vamos a abrir un omiyage [dulces de recuerdo de un lugar], eso es sagrado). Elijamos el sabor que más nos haga entrar en calor. ¿Mango?, ¿Melón?, ¿Plátano?… ehh… ¡marchando un helado de wasabi!

Helado de Wasabi
(¡y vaya que si picaba!)

Seguimos bajando… y cuando la nieve se derrite se queda abajo embalsada. Pero ahora toda la nieve está arriba, así que el embalse no anda muy lleno, pero bien que se notan las líneas de “hasta aquí y no más”. Dicen que a partir de junio lo tienen que abrir porque no dá para más. Afortunadamente convierten la energía potencial del agua en energía eléctrica haciendo girar unas turbinas enormes. Por ahí hay algunas fotos de cómo montaron todo el tinglado, porque os aseguro que ni llegar allí ni subir las turbinas es tarea fácil.

Presa de Kurobe

Embalse de Kurobe

Presa de Kurobe

Más camino abajo. Un funicular primero y un autobús después. Así más o menos ya volvemos a un lugar normal, donde encontrar una estación de tren que nos lleve primero a Matsumotoooooo (tal como lo pronuncian) y luego a casa. Ha sido un día largo, y más frío de lo que parecía en un principio. No nos queda otra alternativa que dormir en el tren y poner las alarmas un minuto antes de la llegada prevista, el tiempo suficiente para recoger las cosas y salir del tren, porque en Japón los trenes no se retrasan… ni te esperan.

Por último, os dejo unos links útiles por si os animáis a hacer esta ruta. No sólo se puede ir en primavera, tanto en verano como en otoño está precioso. Eso sí, mejor abstenerse de ir en invierno, desde finales de Noviembre – hasta comienzos de Abril), en esos meses la entrada sólo está permitida a muñecos de nieve.

http://www.alpen-route.com/english/index.html
http://www.japan-guide.com/e/e7550.html

Amanecer de abril

OK, ahora sí. Un último mes con dos visitas encadenadas, mudanza de por medio con todo el cacharreo y papeleo burocrático que eso implica, escapadas varias a lugares cercanos y no tan cercanos, y por si fuera poco replanteándome qué hacer con mi futuro (que al final está en el aire); han hecho estragos en mi escritorio, bandeja de entrada, y estanterías de mi nueva habitación. Necesitaba tiempo libre, tiempo para organizarme de nuevo. Y este fin de semana ha sido estupendo, comenzando por un viernes lluvioso pero festivo en Keio por el aniversario del fundador, y acabando por hoy domingo, soleado pero frío.

Esta mañana desde la cama he visto amanecer sobre el aeropuerto de Haneda, un par de cuervos juguetear (o pelearse) entre los edificios, y asomándome por el lateral del balcón el Monte Fuji coloreado de rosa. Lo suficiente como para darme cuenta de que era demasiado temprano (5am quizá…) y que aún me quedaba un rato de sueño debajo de mi nuevo edredón de plumón (comprado en Amazon con un 80% de descuento :P).

Pues eso, perdonad por no haber escrito ni colgado fotos últimamente. Pero ya vuelvo a la normalidad, o eso espero.

Para acabar y no dejar tan soso este post os dejo una animación que explica las peculiaridades de Japón. Está hecho por un japonés estudiante de diseño, y creo que tiene una vista más o menos acertada de cómo es su país. ¡Echadle un ojo!