Comencemos por zonas tranquilas, donde el agua no cubre y hay arena donde apoyarse. Lo negro no es chapapote, es un banco de peces que descansaba tranquilamente por la zona.
Ahora un poco más de profundidad, donde empezaremos a ver seres interesantes:
Y cuando se acaba la comida…. ¡ay cuando se acaba la comida!, más te vale esconder los dedos reblandecidos por el agua si no quieres que los peces acaben con ellos. Aunque para no arriesgarse mejor sotar el último pedazo justo antes de que se acabe. He aquà cómo comen los hambrientos peces:D
Bangkok es una ciudad grande, desordenada y ruidosa. Pero tiene mucho por descubrir, y es muy barata.
Nos establecimos en el centro de la mismÃsima Khaos San Road, que como su nombre indica es un caos. Todo el mundo tiene algo que ofrecerte: comida, tuk tuk, refrescos, flores camisetas, droga, trajes, taxi, hotel, carnets falsos, masajes, la lista no acaba nunca. Comimos por menos de un euro. Dormimos por seis en un hotel con TV por cable y aire acondicionado. Compramos camisetas por dos. Y no nos hicimos con una licencia de yates porque veinte euros nos parecÃa demasiado.
Pero hay más. Hay templos que brillan por sà mismos. Oro, espejos de colores, budas de treinta metros de largo (el pobre está tumbado porque no cabe de pie), galerÃas con pinturas que revelan historias entre extraños seres mitológicos (o no).
A la hora de moverse por la ciudad el tuk tuk no es mala opción. Se sabe todas las artimañas conocidas y es capaz de llevarte a tu destino antes de que te haya dado tiempo a sacar la billetera. Ojo, el precio siempre pre-negociado.
Los taxis son de color rosa mariquita, asà que mejor no meterse en uno. El principal problema es que a partir de las 4 de la tarde se forman unos embotellamientos tremendos en toda la ciudad. Para solucionarlo, te vas al muelle más cercano y coges un barco express que sólo para en las principales paradas.
Los autobuses urbanos pueden llevarte a ti y a cien personas más hasta los lÃmites más insospechados de la ciudad por 8 Bahts el viaje (0.15€) . El revisor muy amablemente te dirá dónde debes bajarte para ir, por ejemplo, a la estación de trenes. Por supuesto que no tienen aire acondicionado, pero los ventiladores giratorios se hacen notar, más les vale porque si no te golpeas con ellos en la cabeza.
Los problemas son la pronunciación, muchas veces errática, y los conjuntos de palabras o frases hechas con conjunto por sà mismo. Aunque esto último existe en todos los idiomas.
Curioso restaurante de ramen que simula el ambiente de una construcción. Andamios, bombillas colgando, paredes de hormigón en bruto, camareros vestidos con un mono. Sacos de cemento esparcidos por ahà que en realidad es harina para fideos, y lo mejor de todo, la hormigonera… una máquina de hacer algodón de azúcar mientras esperas tu turno para comer o como postre antes de irte (¡gratis!).
Os he engañado a todos. En realidad no he vuelto a mi apartamento en Yokohama, dentro del área metropolitana más grande del mundo, con más de 35 millones de habitantes. En lugar de eso estoy en algún lugar de la campiña japonesa.
Debido a lo anterior, esta vez no voy a geolocalizar las fotos. Pero os dejo el mapa de la segunda mitad del viaje. La zona de Brunei y Kota Kinabalu (en el norte de la isla de Borneo) es especialmente interesante, viendo los vuelos, recorridos por el rÃo y la ciudad, etc. Â Clic en la imagen para entrar.