…es lo que deben estar haciendo en estos momentos en la aduana del aeropuerto de Kansai (KIX) en Osaka.Â
Me enviaron un paquete desde casa cargado con comida y dulces de esos que se echan de menos cuando no los tienes a mano. Pero no sé si por mala suerte o porque el personal de aduanas sabe las cosas que vienen de España en estas fechas, a mi paquete le tocó ser registrado. Iba a prueba de perros, pero como veo no sirvió de nada haber lavado el paquete con jabón aromático, ni meterlo en una bolsa con posos de café. Debieron ver por rayos X esas bolas tan extrañas que es el mazapán. Y claro, lo abrieron.Â
Me enteré porque en vez de el paquete primero llegó una carta notificándomelo. Además lo ponÃa bien clarito: 豚ãƒãƒ 0.2kg. O lo que es lo mismo, un paquete de jamón (ãƒãƒ , hamu) de cerdo (豚, buta). No es que esté prohibido completamente, sino que sólo dejan si lo acompaña un certificado de sanidad. Vete tú a pedirle eso al carnicero, que seguro que se le ponen los ojos a cuadros.Â
De todas formas los de aduanas de japón al menos fueron muy atentos. En la carta que me enviaron venÃa una guÃa de las cosas que no se pueden importar, un papel resumen, la notificación propiamente dicha y una carta con franqueo prepagado. Me daban a elegir entre incinerar los productos prohibidos o devolver todo el paquete. Ya sabéis qué opción elegÃ. (clic para ampliar las fotos)
Tres dÃas más tarde recibo una notificación porque yo no estaba en casa. Cuando recibes una notificación de esas tienes que llamar a un número de teléfono donde dan la opción de atenderte en inglés para concertar un nuevo intento de entrega, dentro de un periodo de dos horas desde las 9 de la mañana a las 9 de la noche. Era mediodÃa, y esa misma noche ya estaba abriendo el paquete cargado de Navidad:
El contenido, pues podéis comprobadlo vosotros mismos: bombones, turrón, mazapán (toledano, por supuesto), pasteles de gloria y unos dátiles. Nada de jamón. Pero con el resto de cosas no hubo problemas.
Se nota que ya le he echado mano al mazapán… ¿eh?