Las asignaturas de la licencia de piloto privado

Para conseguir la Licencia de Piloto Privado (PPL en adelante) es necesario superar nueve exámenes teóricos y un examen práctico. Primero te examinas de las asignaturas teóricas, y después de aprobarlas y tras los vuelos en prácticas, un examinador se atreve a montarse contigo en el avión. Se vuelan unas 40-50 horas de prácticas que se pueden ir haciendo incluso antes de sacarse las teóricas, eso sí, mientras tengas el certificado médico en regla. Al final, viene siendo como el carnet de conducir pero con más materia, y con la sutil diferencia de que puedes pilotar aviones a los 17 años, cuando aún no podrías conducir un coche por tí mismo.

Hay multitud de material y libros para prepararse las asignaturas teóricas, sobre todo debido a que se sigue un sylabus (temario) común en toda Europa contenido en la norma JAR-FCL 1. Además, las escuelas de vuelo también ofrecen clases para explicar y prepararse los exámenes. Por mi parte, como tenía el tiempo justo (1 mes) y la escuela de vuelo está algo lejos de casa (70km), decidí comprarme unos buenos libros y estudiármelo por mi cuenta. Tras preguntar a conocidos y especialistas en el tema, la mayoría me confirmaron que los de Oxford eran magníficos, los compré y comprobé que realmente son muy buenos libros.

PPL Oxford Books

Luego, para repasar está muy bien el PPL Confuser, un libro de preguntas y respuestas que bien podéis comprar o conseguir fácilmente por los torrentes de internet. Aunque las colecciones de libros para estudiarse las asignaturas teóricas del PPL suelen  estar compuestas por siete libros, las asignaturas existentes son nueve. Ocurre esto porque hay cierto solape entre alguna de las asignaturas. Y ahora os voy a contar de qué vá cada una de las nueve, más o menos en el orden en que me las estudié.

Metorology: Decidí estudiarla al comienzo por ser la más independiente, que apenas requiere conocimientos de las otras para comprenderla en su totalidad. Una asignatura preciosa en la que se estudia la atmósfera, efectos de la presión, humedad, vientos, etc. en el vuelo además de la formación de fenómenos meteorológicos preciosos como las tormentas y terribles como las nubes redonditas junto a las montañas. También los diferentes tipos de reportes meteorológicos destinados a la aviación, como son los METAR, TAF, SIGMET, entre otros.

Aircraft General Knowledge: Es una asignatura interesante, estudiándola te das cuenta de que vas a volar con una instrumentación que emplea tecnología de hace medio siglo. Dice ser conocimiento general, pero se le da un repaso más o menos profundo a muchos de los sistemas y subsistemas de esos cacharros con alas. Comienzan explicándote qué es un ala; siguen con el motor, tanto los de pistón como los diésel, centrándose en los pormenores del carburador como detalles de las diferentes técnicas posibles para alimentarlo con la cantidad justa de combustible; después se analiza el funcionamiento interno de cada instrumento como el altímetro, anemómetro, horizonte artificial, giróscopos de dirección, etc; y se acaba con el sistema eléctrico del que hacen uso menos dispositivos de los que en un primer momento pensaríais.

Navigation: Para muchos la más complicada, sobre todo para aquellos que son de letras. Comienza relatando la necesidad de, a pesar del GPS, saber navegar como lo hacían aquellos grandes héroes de la aviación: Charles Lindberg, Amelia Earhart, Alcock & Brown y Charles Kingsford-Smith, pero al ser Oxfor una editorial anglosajona mis libros se olvidaron de otros muy grandes navegantes como el español Mariano Barberán o el francés Antoine de Saint-Exupéry (sí, el mismo de El Principito). A lo que iba, en la asignatura se explica todo lo relacionado con la cartografía y la planificación de los vuelos (tiempos, combustible), los dispositivos de ayuda a la navegación (VOR, radiobalizas, DME), y lo malo malísimo que es el GPS. También se estudian otros procedimientos más interesantes como qué hacer cuando te pierdes o saber calcular el movimiento respecto al terreno en presencia de viento, algo que al final se resume en trigonometría y es la parte de la que más preguntas caen en el examen.

PPL Navigation tools

Air Law: Para mí es la asignatura más aburrida, aunque no sólo incluye legislación y en realidad sea tan útil como las demás para poder volar con cierta seguridad. Los temas son tan variados que van desde una explicación de la documentación que hay que llevar a bordo con su validez legal y otras parafernalias, hasta la definición de cómo tienen que ser las luces de un aeropuerto o las distintas clasificaciones existentes del espacio aéreo. En principio hay una legislación internacional, pero sólo es aplicable en tierra de nadie. El resto de países siguen una normativa más o menos parecida pero con sus peculiaridades. Por tanto, aunque no es lo más recomendable, es posible estudiar (y aprobar el examen en España) mediante un libro como el de la editorial Oxford de UK siempre que se tengan claras las diferencias entre países.

Human Performance and Limitations: Es la asignatura más fácil, esa de la que el 50% ya lo hemos estudiado en alguna etapa de nuestras vidas, posiblemente en el colegio. Básicamente explica los sistemas fisiológicos (visión, oído, sistemas respiratorio y cardíaco, etc) y cómo le afectan las condiciones de vuelo. También algo de psicología en cuanto a procesamiento de la información y toma de decisiones. Cosas que no entran dentro de esta asignatura son la negociación con secuestradores, la prueba de acceso al Mile High Club o un curso de primeros auxilios a los pájaros que se cruzan por el camino.

Principles of Flight: La física que hace volar a los aviones. En esta asignatura (casi) todo son energías y fuerzas. Un intercambio de energía cinética, potencial, quiímica y térmica por medio de las cuatro fuerzas que actúan sobre cualquier cacharro en vuelo: gravedad (abajo), sustentación (arriba), rozamiento (atrás) y empuje (adelante). Y además, las características aerodinámicas de las hélices, la influencia de las condiciones atmosféricas en el vuelo, las superficies de control (timón, alerones, etc) e hipersustentadoras (flaps, etc) y los efectos de las mismas al vuelo que pueden producir desde un bonito viraje a una espantosa caída en barrena.

Flight Performance and Planning: Asignatura importante aunque a veces contraintuitiva, pero por ello mismo muy entretenida. Se divide en dos partes: la primera, Carga y Centrado, sirve para saber cómo distribuir la carga dentro de un avión, y cómo le afecta al rendimiento y estabilidad la posición del centro de gravedad respecto al centro de presión; la segunda parte, Rendimiento, emplea conceptos físicos para explicar razonablemente cuáles son los mejores parámetros de vuelo durante el ascenso, crucero o descenso, asimismo como en los despegues y aterrizajes. Se aprenden cosas tan curiosas como que yendo más rápido no siempre se llega más lejos (mayor consumo de combustible por unidad de longitud recorrida, y por tanto menor rango alcanzable), que la mejor velocidad de planeo es diferente de la velocidad que permite estar en el aire el máximo tiempo posible, o cómo en vuelo recto y nivelado se consiguen tanto la máxima como la mínima velocidad únicamente con el motor trabajando a máxima potencia.

Operational Procedures: Casi diría que es una asignatura comodín en la que se introduce un poco de todo, y la que más usa de conocimientos del resto de asignaturas. Por ejemplo, la preparación del vuelo (Air Law + Meteorology + Navigation), aterrizajes de emergencia (Airplane General Knowledge + Principles of Flight + Flight Performance), señales en los aeropuertos e indicaciones de los señaleros, etc. Aunque en el examen te puedes encontrar cosas tan inverosímiles como que te pregunten qué atrae más a los pájaros a un aeropuerto: a) canalizaciones de agua, b) extensiones de hierba, c) vertederos en las inmediaciones, d) colmenas de abejas en la terminal.

Communication: Es la única asignatura de la que te puedes examinar íntegramente en inglés (en las demás, sólo hay disponible una mediocre traducción de las preguntas). En mi caso me examiné en castellano porque los de la escuela me matricularon así. El temario son las comunicaciones por instrumentos (balizas, radar) y fraseología a emplear en cada una de las situaciones radio. También situaciones excepcionales como qué hacer cuando la radio deja de funcionar o cómo comunicar adecuadamente las alertas y emergencias en vuelo. Curiosamente, el aprobar esta asignatura no te permite usar la radio una vez conseguida la licencia PPL, para ello hay que sacarse además la licencia de radiotelefonista, un artificio legal establecido hace pocos meses, bastante útil para, por ejemplo, poder cobrar más tasas de examen .

De cada asignatura hay un examen tipo test de 15-30 preguntas y con una duración de 30-90 minutos. Las preguntas falladas no restan puntos, pero es necesario conseguir un 75% de aciertos para aprobar. En mi caso conseguí superar 8 de 9 asignaturas (adivinad cuál es la que fallé…) con las siguientes calificaciones:

  • Air Law: 68%
  • Airplane General Knowledge: 85%
  • Flight Performance and Planning: 84%
  • Human Performance and limitations: 85%
  • Meteorology: 100%
  • Navigation: 83%
  • Operational Procedures: 80%
  • Principles of Flight: 89%
  • Communications: 86%

De modo que me toca volver a estudiar Derecho Aéreo para septiembre. Curiosamente la primera asignatura de la que me examiné, y la que demuestra que hice bien al estudiar una Ingeniería de Telecomunicaciones y no una Licenciatura en Derecho. Tengo una memoria muy mala para este tipo de datos, y el corto tiempo que dispuse para estudiarlo tampoco ayudo en absoluto.

Pero bueno, de momento ya puedo empezar las prácticas. De hecho ya debería haberlas empezado, pero se ha ido retrasando la fecha de inicio por unos u otros motivos: primero porque el certificado médico tardó demasiado tiempo en llegar, después por mala metereología (con alerta de tormenta no se vuela), y por último porque la Cessna 152 ha entrado en una revisión periódica. Se supone que el próximo día que tengo programado un vuelo es este viernes a mediodía, pero quién sabe si los astros se alinearán de nuevo para dejarme en tierra una vez más. Esperemos que no, y que pueda de una vez por todas cumplir el refrán de Madrid al cielo.