Un segundo

La luz viaja a una velocidad de 299.792,458 kilómetros por segundo, y más o menos esa es la misma distancia que hasta ahora he recorrido volando en aviones (299.474 km). A partir de aquí voy a escribir una serie de cálculos que me he entretenido en hacer durante un frío, ventoso y lluvioso día de tifón en que salir de casa era mala idea. Lo primero un mapa global de por dónde he volado:

Básicamente se ve que me he movido por dos zonas del mundo, Europa y Asia, con eventuales escapadas a América del Sur y Australia. Pongo los mapas de Europa y de Asia para que se vea mejor (aunque desde ya os digo, que gracias a Ryanair en el de Europa no se logra ver demasiado):

En total son 114 vuelos que equivalen a pasar en total casi 17 días completos en el aire. Un vuelo medio viene a durar tres horas y media recorriendo 2600km. Esta es una distancia muy adecuada para Europa, porque prácticamente cualquier vuelo entre Madrid y  el resto del continente es menos que esa distancia. Sin embargo en Asia no ocurre lo mismo. No estamos acostumbrados a la geografía de esta parte del mundo, y vemos que con un radio de 2600km desde Tokyo no se cubren la mayoría de destinos en el sudeste asiático.

Y en el largo radio ocurre parecido. Por poner un ejemplo, de Madrid a Boston hay la misma distancia que de Tokyo a Singapur. Quizá por eso he volado más en los últimos años que he estado en Japón, porque para conocer el vecindario tenía que irme más lejos. También es cierto que el gobierno de Japón se porta bien con la beca y que yo prefiero gastarme lo que ahorro en viajes que en vez de en figuritas de manga, en salir de fiesta, o en estar a la última con los gadgets. Aunque como veréis en el siguiente gráfico, ya a partir del 2007, antes siquiera de que se me pasase por la cabeza venirme a Japón, me moví bastante.

Lo más probable es que para el año que viene la barra verde (distancia) baje considerablemente y desproporcionalmente al aumento de la línea azul (número de vuelos). O al menos eso es lo que está dentro de mis planes ;).

Otros datos. Hasta ahora he volado con 25 aerolíneas entre 65 aeropuertos distintos combinándolos en 69 rutas diferentes. Las tres aerolíneas que más he usado son:

  • Ryanair (21 vuelos, 23.700 km)
  • Aeroflot (8 vuelos, 43.800 km)
  • ANA (8 vuelos, 35.800 km)

Una curiosidad es que esos 21 vuelos de Ryanair me han costado en total menos de 110€ incluyendo tasas y cargos adicionales. Eso hace unos 5€ por vuelo. Vaya, es más o menos como lo anuncian :), aunque claro está que viajando sin equipaje de mano y teniendo flexibilidad de fechas y destinos.

El aeropuerto que más he usado es Madrid (56 vuelos). Muy de lejos le siguen otros ya de esta parte del mundo, como Tokyo-Narita (14 vuelos) y Bangkok (9 vuelos). Ojo, aquí estoy contando despegues y aterrizajes por separado. Hay aeropuertos en los que sólo he aterrizado (Kuala Lumpur, Panamá, Hiroshima, etc) y otros en los que sólo he despegado (Sydney, Pusan, Estambul, etc)

Las rutas más recorridas, hay varias, pero ninguna de ella la he recorrido más de 4 veces (contando los segmentos de ida y vuelta por separado). Por ejemplo, de Madrid a Oporto, Mallorca, Torp(~Oslo); y de Moscú a Madrid o Tokyo, porque las dos veces que he vuelto a España desde Japón lo he hecho parando en Rusia, aunque sólo en una ocasión pude salir del aeropuerto en un tránsito de 12h para visitar un cachito de l frío invierno en Moscú. Estaría bien seguir conociendo un poco más de Rusia (que no es tan fría como parece), y si por mí fuera, me volvería a Europa en el transiberiano desde Vladivostok, donde llegaría en barco desde Niigata, en la costa oeste de Japón. Pero no resulta práctico hacerlo con el equipaje propio de una mudanza, así que dejo esos planes para otro momento en el futuro.

En cuanto a tipos de aviones en que me he montado, la verdad es que no hay demasiada variedad. Sin contar sub-variaciones, han sido 13 los modelos distintos. Y de ellos sólo 1, y sólo en 1 vuelo muy corto, era un avión de hélices, en las Filipinas, de Cebu a Caticlan, aterrizando en un aeropuerto prácticamente en medio de la selva, con una pista tan corta que tuvieron que pesarnos individualmente (me refiero a las personas, además del equipaje) para que todo fuera bien. Y fue bien, seguro que Isra se acuerda (y disfrutará leyendo los links de este párrafo ;)). Por cierto, ¿os había dicho que esto fue en la aerolínea Cebu Pacific, que está en la lista negra de la UE?. Volviendo al tema, los tipos (familias) de aviones en que más me he montado:

  • Airbus 320 (32 vuelos, 45.000 km)
  • Airbus 330 (12 vuelos, 69.000 km)
  • Boeing 737 (35 vuelos, 40.600 km)
  • Boeing 747 (7 vuelos, 49.800 km)
  • Boeing 767 (7 vuelos, 37.800km)

Y podría seguir poniendo estadísticas que he sacado como vuelos en Low Cost (49%), Internacionales (75%), precio medio por 100km (5€, ¡como el autobús!), saber que involuntariamente he seguido el refrán “en martes ni te cases ni te embarques” y los días que menos he volado son precisamente los martes, casi cuatro veces menos que el día en que más, el sábado, y que nunca he estado en el aire ni en el mes de noviembre ni en el día 19 de cualquier otro mes.

Bueno, lo dejo aquí, esto de recopilar datos puede ser una buena o mala costumbre que tengo, depende por el lado en que se mire. Hacer estadísticas con ellos es, sin duda alguna, tremendamente entretenido y divertido. Quizá por eso mi investigación en Keio tiene que ver con el método de Monte Carlo, que no es otra cosa que operar estadísticamente sobre datos obtenidos aleatoriamente para obtener resultados deterministas y que explican determinados fenómenos físicos, como la amorfización del silicio. Por cierto, me voy volando a hacer la siguiente revisión del paper (y van doce), que el profesoritoh la espera para comienzos de la siguiente semana.