Entradas escritas en septiembre de 2010 ↓

Son sólo palabras

A veces me asusta el poder que pueden tener las palabras, que lo que yo leo en otros blogs sea o no cierto, y ya que nos ponemos así por supuesto incluímos a la prensa, los artículos científicos, y por qué no, los libros. Y también que lo que yo escribo por aquí pueda creérselo cualquiera.

Puedo contar tengo un gato verde con alas de veinte kilos sobre la cama, y es obvio que nadie me va a creer. Pero también puedo escribir hoy he visto a un tátar comprando cuarenta y dos piezas de sushi de atún rojo, ó este año voy a celebrar el equinocio de otoño en un dibidibán, que habrá gente que se lo creerá y otros que no, por unas u otras razones; por ejemplo porque me conozca más o menos, comenzando por quien accede aquí por primera vez y lee este post superficialmente hasta algunos de vosotros que sabéis demasiado de mis rarezas y podéis (o no) intuir un significado secundario entre líneas.

Me gusta creerme lo que está escrito, disfrutar las películas sin importarme lo bueno o malo que sean los actores o el escenario, escuchar sabiendo que lo que escucho ha sufrido no mucha transformación por el interlocutor. Pero no siempre es así. Y quizá por eso no me gusta decir (o escribir) cosas que no son ciertas. Se puede camuflar u omitir parte de la verdad, pero ahí ya entramos en terreno pantanoso acerca de la idoneidad de hacerlo o no dependiendo de los motivos y las intenciones que tengas para hacerlo.

E intuyo que todo esto está relacionado de alguna forma con mi afición a la fotografía, o al hecho de que a menudo me guste viajar sin guía, o incluso de que pueda decir que estos dos años que recién he cumplido en Japón no los cambiaría por nada.

En fin, acabo de tener un momento de esos que a uno se le va la cabeza y se pone a escribir casi sin pensar. ¿Por qué?, ni idea. Tenga o no sentido lo que acabo de escribir aquí queda. Recordad que sólo leéis palabras. La interpretación es opcional.

PS: ninguno de los dos tres ejemplos en cursiva que he dicho (escrito) en el segundo párrafo son ciertos, por si alguien necesitaba aclaración ;).

Cuadricóptero AR Drone

Me encanta este cacharro:

Es un cuadricóptero y se llama AR Drone. Se lo han dejado a un amigo para que le haga una review. Hoy se lo ha traído a la universidad y ha caído en picado la productividad de los que allí estábamos. Pero bien que lo hemos puesto a prueba.

Se controla vía wifi con una aplicación para el iPad/iPhone/iPod, en parte con un control direccional y en parte usando los acelerómetros, de forma que al final puedes controlar al aparato operando sobre tres ejes y además la elevación. Tiene una cámara en la zona inferior y otra en el frente, ambas con streaming continuo de vídeo para saber por dónde anda. Aún así no se puede emplear como UAV (vehículo aéreo no-tripulado) para espiar porque apenas puedes alejarte de él 50m. Las cámaras más que nada están porque la aplicación permite videojuegos de realidad virtual (añadiendo elementos sobre el vídeo en directo), e incluso interactuar con otro cuadricóptero combatiéndolo de alguna forma.

La batería es de polímero de litio de 1Ah a 11.1V, con un tamaño (y peso) más o menos el doble que un teléfono móvil normal.  Sólo dura 15 minutos en funcionamiento y 1 hora en cargarse, que viene a ser lo típico para este tipo de dispositivos.

El aparato es caro, cuesta 300€/$/百円. En Japón lo ponen a venta a finales de esta semana, y en España creo que ya se puede comprar en Media Markt. Como cabría esperar por ese precio, al menos aguanta bien los cacharrazos, y si no aguantase alguno está diseñado para que lo puedas reparar por tí mismo comprando las piezas a un precio razonable en su web.

Os dejo más vídeos que hemos estado haciendo.

En este podéis ver cómo lo controlábamos después de haber practicado un poco.

Aquí una prueba de altura, a ver hasta dónde llegaba (afortunadamente no hacía viento).

Para más vídeos y fotos del aparato volador, echad un vistazo al post de Ken.

Correos japoneses

Ir a correos es un ejemplo más de cómo hasta las cosas que pueden parecernos más sencillas del día a día, se complican de sobremanera cuando estás en un país que no conoces, y si encima hablamos de un lugar como Japón pues ya ni os cuento. Bueno, mejor os cuento.

Supongamos que vas a correos con una carta normal y corriente. Al principio no tienes ni idea de qué te preguntan y les dices que es una carta, que quieres enviarla y punto. La pesan, 15g digamos, te piden 260¥, le ponen el sello (aunque a mi me gusta ponérselos yo mismo) y te vas tan tranquilo. Acabas de enviar una carta a España, y te ha costado casi 2.5€. (tres veces más de lo que cuesta en sentido contrario).

Otro día decides enviar algo más grande, del tamaño de un disco de 3.5″, así que al llegar les dices que es un paquete (es obvio) y que quieres enviarlo. Te pasan la hojita para rellenar de aduanas y escribes que dentro has metido unos bolígrafos de colores y unas pegatinas con un valor de unos 1000Â¥. Pegas la declaración de aduanas en el paquete y vuelves a la ventanilla. Lo pesan: 90g. Piensas que esto que pesa cinco veces más que la carta te va a costar lo mismo que un ramen en la cima del Monte Fuji. Pero no, te sorprendes al ver cómo sólo te piden 220Â¥ (2€), eso es menos que la carta, y además es correo aéreo, así que en una semana o menos estará en su destino.

Las cosas empiezan a no cuadrarte. Pero bueno, estás en Japón, sabes que aquí tienen sus rarezas y que es imposible conocérselas todas, que nunca vas a saber de verdad cómo funciona esta sociedad. Que te cobren unos pocos ¥ de más o de menos en un envío no es tan grave al fin y al cabo.

Pasan los meses, llega la Navidad, y decides enviar un paquete a casa con cosas raras japonesas (pulpo seco, algas planchadas, calamar en vinagre, espinas de pescado garrapiñadas, etc), digamos que unos snacks para ir abriendo el apetito antes de la cena de Nochebuena. También metes una felicitación navideña, que siempre es mejor el papel mojado que píxeles iluminados. Me acerco a correos con todo dentro de una caja de zapatos bien cerradita, lista para ser enviada. Una vez allí ya no me preguntan si es carta o no, porque la respuesta es obvia. Me pesan el paquete (1.5kg), pregunto cuánto cuesta enviarlo (porque me gusta poner mis propios sellos): 2.310Â¥ (20€). Cuando te vuelven a dar el papelito de aduanas surge una pregunta ¿y ahora qué pongo?… porque como escribas que ahí dentro están todos los seres del mar cocinados (o no) de las más peculiares formas entonces no cuela por la aduana europea. Así que les preguntas a los de correos si puedes poner sweets, a secas. Y te piden verlo porque no saben lo que es, y yo les pido un cúter para abrir el paquete. Abren, retiran a un lado el sobre rojo que guarda la postal, echan un vistazo, y dicen que sí, que puedo poner sweets. Estupendo, dulces navideños con sabor a pescado :).

Me retiro a un lado para no molestar, cierro el paquete, y me pongo a pegar sellos por todas partes, de todo tipo, desde el busto del fundador de mi universidad hasta grotescos personajes de cómic, desde panorámicas de ciudades hasta pueblos tan tan remotos que no tienen ni vía de tren, desde gatitos encantadores hasta Hello Kitty, etc. En un hueco que queda pego el papel de aduanas. Y listo. Vuelvo a la cola, aunque me indican que no es necesario que espere de nuevo, así que me cuelan y se ponen a contar los sellos. Algo no cuadra, lo presiento: la chica que me atienda comienza a tener sudores fríos, a mirarte de reojo a ti, a la calculadora, al paquete, a sus compañeras. Cuenta de nuevo los sellos. Se pone a buscar sellos por los laterales y por detrás, pero para su espanto y pavor no hay nada. Al final se atreve a decirme que cree que me he equivocado, que en realidad son 3.410¥ (10€ más de lo que me habían dicho antes).

¿Qué?, o mejor dicho, ¿por qué?. Me explica que la otra tarifa era para enviar un paquete, pero que no estoy enviando un paquete sino una carta (una carta bien gorda pienso para mis adentros). Trato de razonar, pero sé que va a ser complicado convencerla de que me dá igual cómo lo llame, pero que quiero enviarlo como paquete. Y me dice que no, que es una carta. No llegamos a un acuerdo acerca de la naturaleza de lo que tenemos entre manos, así que le pido que me ponga con alguien que hable inglés. En las oficinas de correos suele haber una persona (normalmente tímida) con la que más o menos te puedes aclarar en inglés. Y entre mucho chotto y sumimasen al final resulta que la caja de zapatos en efecto era una carta porque contenía una felicitación navideña (la habían visto) y que las felicitaciones navideñas contienen mensajes privados, así que la caja de zapatos entera se convierte en un mensaje privado, y por tanto en una carta. Y me tienen que cobrar la tarifa de carta a no ser que saque la postal.

Ya me he enterado, les pido disculpas por hacerles perder el tiempo y les digo que voy a sacar la postal. Me retiro un poco, y saco el sobre. Vuelvo a cerrar el paquete por tercera vez, les enseño lo que he sacado, se quedan conformes, y me cobran la tarifa de paquete. Lo que no saben es que sólo he sacado el sobre, y que la postal se ha quedado enterrada entre los dulces.

Todo esto viene a cuenta del Artículo 5 de la Ley Postal Japonesa que considera que únicamente la empresa “Japan Post” es de suficiente confianza como para transportar la correspondencia privada entre personas. Ninguna otra empresa se puede dedicar a este negocio excepto en caso de que cumplan una serie condiciones (del tipo colocar x00.000 buzones y x0.000 oficinas a lo largo del país) que en la práctica resultarían inviables por suponer hacerse tan grandes como Japan Post. Lo que sí que hay son muchas empresas de paquetería. Porque como su propio nombre indica envían paquetes, y no cartas. La más grande es Kuroineko Yamato, con un logo muy gracioso de un gata llevando agarrados del pescuezo a los gatitos. Se ven todo tipo de vehículos de esta empresa, desde camiones hasta carros arrastrados por una bicicleta. Ah, y los repartidores siempre corriendo, tienen que tener una carga de trabajo tremenda los pobres.

Por último, otra vuelta de tuerca que me contaron hace no mucho acerca de esta ley postal japonesa. Cuando Amazon comenzó a operar en Japón les pusieron un montón de pegas porque se podían poner dedicatorias en los regalos… y esto es un mensaje privado… así que aparte de con qué compañía los enviasen, ningún operario de Amazon podía verlos. La solución, pues hacer un sistema de empaquetado automático que garantizara la privacidad del mensaje. No sé bien cómo lo resolvieron, pero hoy en día Amazon Japón vende mucho y consigue por ejemplo que las cosas te lleguen a casa el mismo día que las compras por internet (si lo haces antes de las 9am).

Concluyendo, todo esta historia de las cartas y los paquete es sólo un detalle, pero hay muchas cosas que funcionan igual de bien (o mal). A menudo te preguntas si tanta regulación realmente es necesaria o lo que hace es desnaturalizar el ambiente y desmotivar que la gente haga algo más allá de lo que están acostumbrados a hacer, de pensar fuera del recipiente, de tener cierta flexibilidad ante eventualidades como un gran terremoto, una gran crisis, o algo tan simple como el paso del tiempo.

Traduciendo la traducción

Acabo de recibir un email en la lista de correo de mi laboratorio. La secretaria no sabe inglés, y los envía en japonés. Si hay algo realmente importante entonces es el profesor quien lo envía en inglés, porque todos los estudiantes de mi grupo (unos 25), hasta los japoneses (17), hablan inglés. En este último aspecto me puedo considerar afortunado.

Aún así yo uso el traductor automático de Google para enterarme de qué van. Suelo traducirlos al inglés, porque estimo que Google está más entrenado para ese tipo de traducción que al español. Las traducciones no suelen ser  muy buenas, pero algo es algo. El de hoy no tenía desperdicio, también he probado a pasarlo a español y lo mismo. Os lo dejo aquí para que lo disfrutéis, a ver si adivináis de qué va el asunto.

Estimado Ken Itou

técnicas de presentación de altavoces y los observadores que se celebrará el 18 de septiembre Por favor firme el formulario para ser fijado en la sala de juntas de los estudiantes blancos.

La técnica es responsable de presentar dos botellas de Ingeniería Física de la Facultad Querido.

Bon appétit se enviará como documento adjunto en formato MS Word para una confirmación por escrito firmado un derecho de patente técnica de preservación de la presentación.

Se trata de una firma de libros para la protección de patentes, la liberación de los estudiantes en cada laboratorio, los estudiantes se sientan en el signo de las gracias de antemano como sea posible.Advance si no puede firmar a la entrada de la sede el día, gracias por tu firma.

Puesto que hemos firmado el documento adjunto se recuperará cuando la Junta tendrá lugar el día después del anuncio de 18 de septiembre, por favor traiga un documento a la Junta el día del campo de título.

Más muchas gracias.

Lo bueno es que yo he entendido lo que quieren decirnos :). Básicamente es que firmemos unos papeles de protección de patentes, y que si no podemos hacerlo antes del día 18 que avisemos. Eso sí, todo adornado con muchos formalismos que tocan las narices al traductor.

En este caso, aunque no sepa mucho japonés, conocer cómo funciona el idioma, cómo dicen las cosas, en qué orden colocan las palabras, etc, me sirve un montón para descifrar estas traducciones extrañas, para tratar de entender a un japonés que no hable mucho inglés, o incluso para comunicarme con ellos en un lenguaje muy básico.

El buen tifón Malou

Nunca pensé que sería tal feliz un día de lluvia.

Hoy hace tres semanas que volví de Taiwán, y en estas tres semanas no ha caído ni una sola gota de lluvia. Hoy ha llovido en cuatro horas lo nunca visto. Un tifón que en principio parecía haber desviado su rumbo hacia Corea ha acabado por entrar en Japón y morir por todo lo grande en Tokyo. Sólo os digo que ha habido grandes retrasos en 14 líneas de tren (la mía se ha retrasado 10 minutos) e incluso han llegado a producir problemas tales como para detener el shinkansen por varias horas durante la tarde.

(más de 60mm, rosa y rojo, son lluvias torrenciales)

(mirad cómo se nota dónde está el ojo del tifón, una zona de bajas presiones por eso los vientos se dirigen hacia ahí)

Lo curioso es que el tifón se llama Malou. Los nombresde de los tifoneslos eligen entre varios países de la zona, y en este caso Malou viene del chino y significa “ágate”, que digo yo que si no se les habrá olvidado una ‘c ‘ o una ‘k’ al principio de la traducción.

La palabra tifón en sí misma también proviene del japonés 台風 (taifū, pedestal + viento), que a su vez viene del chino 颱風 (táifēng). Y bueno, no sé si lo había dicho antes pero los tifones son como los huracanes pero en el Pacífico en lugar del Atlántico.

Volviendo al tema inicial del post, me ha encantado que lloviera porque por fin las temperaturas se han moderado un poquito. Es la primera vez en todo el verano que bajamos de 25º por la noche, con humedad, porque aunque no lloviera la humedad no te la quitaba nadie de encima. Ya estaba harto de tener que volver a casa y encontrármela a 35º a pesar de haber dejado las ventanas abiertas de par en par, la yerba de los parques comenzaba a amarillear, y si os digo la verdad, incluso echaba de menos el no mojarme en bicicleta de vez en cuando.

Pero bueno, aparte de para renovar el ambiente creo que también ha servido para renovarse a uno mismo. Desde unos días atrás he estado medio estresado porque tenía demasiadas cosas por hacer y cada vez se acumulaban más. Lo típico, comienzas por dejar de responder un mail para más tarde, luego surge algo que hacer pero piensas que es mejor no hacerlo antes de responder al mail, a continuación recuerdas que aún tienes fotos de hace semanas dentro de la cámara, o a ver si de una vez por todas acabas de revisar por enésima vez las correcciones del profesor en el paper que estás escribiendo, o acabar la función del programa de simulación que estás diseñando, pero claro, no vas a hacerlo sin antes hacer la colada porque te estás quedando sin ropa interior limpia. Y la lista sigue creciendo. Y cada día que pasa duermes menos. Es como un círculo vicioso. Lo mejor de todo, olvidarse de la lista y empezar a hacer cualquier cosa YA, sin dilación, y en cualquier orden. Cuantas más cosas completas más motivado te sientes para seguir haciendo más. Al final ha resultado que en un par de días he hecho casi más que en toda la semana anterior. He puesto al día la bandeja de entrada del email (0 mensajes sin leer), le he dado un par de vueltas al paper, he conocido a Jose (otro aerotrastornado viviendo en Japón), y más cosas, hasta he comprado un vuelo a Hong Kong para navidad :).

Hay rachas buenas y rachas malas. Y caer en la procrastinación puede ser el comienzo de una mala, afortunadamente me he dado cuenta a tiempo, justo cuando llegó el buen tifón Malou. Y venga, para que este post no quede tan soso sin ninguna foto pongamos una que tengo por ahí y me encanta. Un atardecer cualquiera en Tokyo desde Odaiba:

Tokyo skyline at sunset

Zapatero visita Japón

Quizá os hayáis enterado ya, quizá no. El caso es que la semana pasada estuvo por aquí nuestro queridísimo Presidente de Gobierno. Me enteré por una carta de la embajada en la que nos invitaban a una recepción con el mismo el día 1 de septiembre. ¿Por qué no ir?, además, seguro que nos dan de picar jamón. Así que confirmé mi asistencia.

Preparándose para la recepción de Zapatero

Llega el 1 de septiembre a mediodía, un calor terrible y una humedad por las nubes en Roppongi-Icchome, el barrio de las embajadas. El resto de españoles residentes en Japón también han sido invitados y poco a poco van llegando. Al final nos reunimos un buen número de personas, varios cientos, aunque si descuentas los japoneses(as) y el personal de la embajada se queda en que unos 200-300 españoles estábamos por ahí reunidos, más o menos uno de cada seis de los que aquí vivimos.

Preparándose para la recepción de Zapatero

Las cámaras de televisión se van preparando. El momento se acerca. Nunca he visto a un presidente tan de cerca. Es una persona importante, muchas cosas de lo que él (o su gabinete) deciden nos afecta a los allí presentes. Es más, posiblemente no pocos de los que estén en Japón sean gracias a él, aunque esos estarán en estos momentos trabajando en una empresa japonesa y habrán preferido no tomarse este día de vacaciones reservándolo para una ocasión mejor.

Ya viene, acompañado de un par de ministros y el embajador. Al contrario que cuando vino el Rey o en la fiesta del 12 de octubre en esta ocasión no suena el Himno de España. Se ponen a hablar directamente, comenzando por el embajador que toma el micrófono pero no dice demasiado más allá de que estamos orgullosos de recibir al Presidente y enseguida le pasa la palabra a Moratinos. El Ministro de Asuntos Exteriores nos cuenta que muchas empresas españolas están interesadas en Japón al igual que muchas japonesas están motivadas para ir a España. Suena un poco raro, pero se entiende la idea. Cinco minutos después le deja hablar al que de verdad hemos venido a escuchar, a Zapatero.

Moratinos en Japón

(Zapatero está detrás de Moratinos…. cosas de la perspectiva)

Zapatero en Japón

Me gustó cómo planificó el discurso. Básicamente tenía cuatro o cinco puntos sobre los que hablar pero lo hizo de forma totalmente improvisada. Algún chascarrillo sobre el mundial de fútbol, que quiere que el año 2012 sea en Japón el Año de España, que si podía ver en el público cómo los españoles y los japoneses(as) se llevaban muy bien (mirando a una pareja con niños), y que quiere que las empresas también entren a este nivel, que se empiecen a reproducir los acuerdos comerciales entre España y Japón.

Los argumentos, que Japón siempre ha sido un país muy lejano pero que tenemos muchas cosas en común, comenzando con las esperanzas de vida más largas del mundo, comida sana, un buen clima, y una forma parecida de entender la vida. Ahí metió la pata hasta el fondo, ni por asomo tenemos una forma parecida de entender la vida. Durante el resto del discurso más o menos trató de usar el argumento de que somos muy parecidos para justificar y motivar que las relaciones entre España y Japón aumenten, haciendo varios paralelismos entre las personas y las empresas.

En mi opinión creo que no somos tan parecidos, y precisamente ahí está la riqueza de poder ver desde un punto de vista distinto. Quizá llegar a acuerdos es complicado, pero si salen pueden ser muy fructíferos. Y la verdad, me gustaría que en Japón se conociera algo más de España que los tópicos de ser el país donde se celebra la fiesta de la tomatina, se come paella cada día y la Barcelona es el único sitio interesante que visitar. Ojalá podamos ver los frutos de esta visita dentro de no mucho.

También hizo algún comentario sobre la crisis en la que está España, y de que vamos a conseguir salir adelante como Japón. Una vez más me alegro de que España no se parezca a Japón, ya que los japoneses aún no se han conseguido recuperar completamente de la burbuja inmobiliaria que tuvieron hace veinte años.

Después, los cuatro se bajaron del atril y comenzaron a hablar con la gente y a hacerse fotos. Aunque los ministros se escaquearon muy rápido, yo conseguí pillar a uno.

Con Moratinos en Japón

Baño de masas de Zapatero en Japón

El presidente se quedó por ahí un buen rato, cerca de una hora. Todo el que quiso tuvo ocasión de estrecharle la mano e intercambiar unas pocas palabras con él. Nunca hay que desaprovechar la oportunidad de decirle unas palabras al jefe del gobierno de tu país. Por cierto, tiene la mano blandita, como dijo alguien por ahí, posiblemente no apriete porque si no al final del día la tendría hecha polvo.

Baño de masas de Zapatero en Japón

Baño de masas de Zapatero en Japón

Son conversaciones de 10 segundos, muchas de las cuales se le olvidarán, pero siempre cabe la esperanza de que alguna se le venga a la cabeza en el momento de tomar ciertas decisiones de gobierno. Yo le comenté que estaba investigando en Japón. Me preguntó acerca de qué, y qué tal. Le dije que electrónica (hay que poner las cosas fáciles, no le voy a hablar de semiconductores…) y que aquí hay muchos más recursos para la investigación, pero que a pesar de todo, se vive mejor en España. Mostró cierto interés, pero no sé yo si va a servir para que considere que el I+D (Investigación y Desarrollo) es algo muy importante para el futuro de un país. A largo plazo eso sí. Ahí está el problema, que es a largo plazo.

Con Zapatero en Japón

Con Zapatero en Japón

Para acabar, os comento un ejemplo más de lo diferentes que somos españoles y japoneses. Los últimos cuatro Presidentes del Gobierno de Japón han durado menos de un año en su cargo, se fueron por decisión propia, porque sentían que no le estaban dando un buen servicio a su país. Y lo han hecho presidentes de tanto uno como otro de los dos principales partidos políticos de Japón. ¿Veríamos esto alguna vez en España?… no creo, aunque no hay que perder la esperanza de que algún día nos parezcamos un poquito más a los japoneses.