Misión (casi) imposible: escaparse de Japón en verano

De vez en cuando necesito escapar de Japón, no sólo en cuanto a vacaciones, sino también tomarme un respiro de la forma de vida de aquí y cambiar de aires.

Viajar por Japón sale demasiado caro como para poder hacerlo muy a menudo, y es peor aún dado que como residente no puedes utilizar la mayoría de los tan ventajosos pases de trenes. Bueno, poderse sí que se puede, a nombre de otra persona, pero no resulta muy práctico y quieras que no tiene sus riesgos (pagar x3 la tarifa del tren en que vayas… y eso puede ser varias veces el precio del pase en sí).

Además, en verano hay una semana de “vacaciones oficiales” donde la mayor parte de las empresas en Japón dan vacaciones, la universidad cierra, y no todas las tiendas abren. En esa semana, el Obón (お盆), se celebra la festividad de los muertos, y la gente suele viajar o regresar a sus ciudades de origen. Así que viajar por Japón durante esa semana es terrible, todo está lleno de gente y no encuentras alojamiento de ningún tipo. La solución pasa por escaparse del archipiélago, pero como no soy el único que piensa de esta manera, los vuelos se llenan y las tarifas suben al nivel de la ISS.

A principios de semana estuve buscando vuelos a los países de alrededor (China, Corea, Taiwán, etc) y lo más barato que conseguí encontrar fue, saliendo diez días antes de la semana caliente y volviendo varios días depués, 450€ por ida y vuelta a Taipei (3h de vuelo). Me parece una pasada. Es caro, y aunque podría permitirme el capricho y así visitar Taiwán, mi conciencia me impide gastarme tanto. Otra posibilidad, la de pasarse unos días por Europa, también es impensable: sé de gente que ha pagado 1600€ para un vuelo a mediados de septiembre.

¿Aerolíneas Low Cost?, eso no existe en Tokyo. De las dos únicas se hacen llamar Low Cost, una cobra unos 100€ por trayecto a destinos dentro de Japón y no tiene vuelos internacionales, la otra es una subsidiaria de Qantas que obviamente vuela a Australia, que me queda un poco lejos (10h de vuelo) y por tanto casi tan caro como ir a Europa.

No hay más Low Cost porque no las dejan. Ellas están deseando venir, a pesar de que los aeropuertos de Tokyo sean posiblemente los más caros del mundo en cuanto a tasas. Las Low Cost se encuentran que en Tokyo tienen dos grandes impedimentos: el primero es que los aeropuertos están saturados, es imposible conseguir un solo slot (permiso de despegue/aterrizaje); esto se solucionará en parte cuando dentro de unos meses abran la nueva terminal internacional de Haneda, aunque como de costumbre les darán los slots a las compañías de siempre, ejerciendo un claro favoritismo por motivos que aún no acabo de entender (por ejemplo, ¿sabíais que American Airlines apenas vuela a Japón?). El segundo impedimento es que el gobierno tiene una regulación bastante estricta en cuanto a tarifas se refiere; no he conseguido saber exactamente en qué consisten estas restricciones, pero sé que tienen que ver con precios dependientes del destino, fecha y kilometraje, además de la obligación de tener bastante flexibilidad para el viajero (es curioso, pero hasta las tarifas más bajas admiten cambios o cancelaciones con una penalización asumible).

Lejos de Tokyo y aprovechando aeropuertos menos congestionados, las aerolíneas Low Cost de verdad tímidamente se van atreviendo a aparecer, pero no mucho más allá de Osaka, Nagoya o Fukuoka. La verdad, en este sentido no sabéis la tremenda suerte que tenéis los que vivís en Europa.

Y bueno, a lo que iba. Después de darle vueltas y más vueltas al mapa del lejano oriente y meterme en buscadores de vuelos, he acabado encontrando unos billetes asequibles (aunque nunca al nivel de precios de Europa) para escapar de Japón unos días. He tenido la suerte de cruzarme con una aerolínea Low Cost que precisamente esta semana ha inaugurado sus rutas con Osaka, se están promocionando y he conseguido pillar unos billetes para salir de (y luego volver a) Japón por menos de 140€. Después, ya una vez ya fuera de japolandia, existen vuelos más baratos con los que moverse por la región, aunque también más extraños. De todas formas este año no será tan emocionante como el anterior, que buscando las mejores ofertas llegué a coger 4 vuelos y pasar por 5 países en un mismo día para poder llegar a un lugar tan exótico como el Sultanato de Brunei. Por ejemplo, para este verano me he hecho con un peculiar vuelo entre Taipei y Seúl con Cathay Pacific a un precio competitivo. Y es peculiar porque estamos hablando de una de las mejores aerolíneas del mundo, establecida en Hong Kong, transportando pasajeros entre dos terceros países, lo que viene a llamarse séptima libertad.

Pues eso, al final me salgo con la mía y visito Taiwán, lugar del que por cierto aún no he consultado ni una sola guía turística. Lo único que sé es que ahí levantaron el edificio Taipei 101, que con sus más de 500m de altura era hasta hace un año el más alto del mundo. Pero eso es lo de menos, iré un poco a la aventura a ver qué me encuentro por esta isla que los portugueses bautizaron como Formosa (en portugués, Hermosa), y conocida hoy por Taiwán aunque oficialmente se llame República de China (por supuesto, sin el Popular entre medias).