Seúl es frío

Sabía que estas navidades no iban a ser como las anteriores: en la playa a 30º. Este año tocaba pasar frío.

El primer día hacía 3º y yo ya andaba helado. La guía de uno de los palacios dijo que no era para tanto, a la vez que se quejaba del calentamiento global. Luego, al llegar de vuelta al hostal me daría cuenta que parte del frío que tenía era por un roto tamaño mandarina en la entrepierna de los pantalones.

Cuando un par de días más tarde vi la previsión del tiempo decidí que esta vez no me iba a pillar desprevenido. Anunciaban -7ºC de máxima, y hasta -20ºC de mínima. Así que me armé con capas y me lancé a seguir descubriendo Seúl:

Capas

Abajo: dos pares de calcetines, malla térmica, pantalón de algodón y vaqueros.
Arriba: camiseta térmica, camiseta de algodón, camiseta normal, forro polar, cortavientos, abrigo, tres pares de guantes y gorro.

Llamadme exagerado, pero ese día no pasé frío. Pero… ¿cuánto frío hacía?. Por la noche cayó una buena nevada, y la nieve cuajaba nada más caer. No tenía motivos para no cuajar. Y se acumula. Y dá igual que los coches la pisoteen que va a seguir ahí, comprimiéndose y formando peligrosas (divertidas) capas de hielo.

Nieve en Seúl Nieve en Seúl

Nieve en Seúl

Los coches no tenían problemas para moverse por la calle. Supongo que usarán neumáticos de invierno. Al estar en marcha derretían la nieve que tenían sobre el capó del motor, y al caer volvía a helarse formando estalactitas en los bajos:

Nieve en Seúl

La gente sigue su vida de forma normal. Unos niños se lanzan bolas de y otros dibujan sobre la nieve.

Nieve en Seúl

Caritas de piedra y nieve

Nieve en Seúl

Pero te das cuenta del frío que hace cuando ves palomas y gatos refugiados dentro de las papeleras (de las pocas que hay).

Paloma con mucho frío

O cuando echas un poco de agua por una barandilla y se congela al instante.

Nieve en Seúl

Y puedes ver dónde el río empieza a mezclarse con el mar (a mayor salinidad, menor el punto de fusión).

Donde el río se convierte en mar

Y esto es normal. Más tarde, durante mis últimos días en Corea, llegó una ola de frío que por poco me pilla. Como en todas partes hubo vuelos cancelados, trenes que no podían circular y carreteras cortadas. Pero la gente no estaba pidiendo explicaciones de malas formas y quejándose ante quien no tiene la culpa. Se asume. Es algo excepcional, tiremos como podamos y en unos días ya se solucionará. A ver si aprendemos.