Comida española

Este fin de semana ha sido algo atípico. Comenzó el viernes por la noche, yendo a casa de un arquitecto que vive como a media hora andando de Shibuya (media hora andando… o dos paradas en metro, pero mejor hacer algo de ejercicio y ahorrar dinero). Había estado en España hacía poco y trajo algunas cosas de contrabando: queso manchego y jamón y lomo ibéricos. Qué buenos supieron, aunque era extraño estar en una casa típica japonesa de no más de 25 m², por supuesto descalzos, y comiendo esas delicias.

Lo siento pero no tengo fotos. Esa noche estaba más atento de lo que había sobre la mesa que de la cámara de fotos que estuvo todo el tiempo en el bolsillo. Si acaso os puedo enseñar una foto de unos seres extraños que vi por Shibuya…. a dos semanas para que llegue Halloween. Está movida porque la tuve que hacer rápidamente, sin darme tiempo a poner el modo de alta sensibilidad, aunque se aprecian bien los sujetos.

Seres raros en Shibuya 

Y hoy, domingo, a estas horas que muchos estaréis comiendo en vuestras casas viendo (o no) el telediario, yo estoy con la tripa llena de nuestra comida, hace ya varias horas. En la Hiyoshi Internacional House (que es el nombre de mi dormitorio, por si alguien aún no lo sabía) cada domingo alguien cocina algo típico de su país.

Hace un par de semanas fueron los franceses nos cocinaron, según ellos, fricasse de poulet a la creme sur son coulit d’oignon jeune, accompagne de riz blanc et legumes du jardin, aunque al final resultó ser arroz con pollo y salsa de nata con cebolla. De postre no fueron demasiado originales y compraron seis pasteles (para nueve personas), todo ello acompañado con una botella de vino de Burdeos que alguien tenía por ahí. Resumiendo, la comida no fue nada excepcional, costó 700Â¥ (5€) por persona y nos quedamos con hambre.

Esta semana decidimos Marta, Alex (un Vulcanus incrustado), Ingrid (una compañera de Marta) y yo hacer una comida española que, sin dudas, superaría a la francesa. Y vaya que si lo conseguimos. Según anunciamos, el menú consistía en:

1. Tortilla de patatas realizada por nuestro cocinero andaluz invitado: Alejandro.
2. Huevos rellenos de bonito del norte, receta vasca por Marta (que hará lo que pueda…)
3. Arroz con leche, que aunque los gabachos digan que es suyo, es un postre típico castellano (por nuestro excelente repostero: Luis).
4. Y para amenizar el evento: sangría, por Marta y su amiga Ingrid que además pondrán música para alegrar el ambiente, de ésta, nuestra comunidad. 

El menú sería para 12 comensales, y fijamos el precio en unos competitivos 600¥. Al principio no teníamos mucha idea de cómo íbamos a apañárnoslas para cocinar para tantas personas, pero poco a poco las cosas fueron saliendo bien y he aquí el resultado.

1. Tortilla

En una perfecta coordinación, mientras unos pelaban y cortaban patatas y cebollas, teníamos a la invitada Shinchan batindo huevos y a un servidor friendo el material que iba estando listo. El toque final, hacer la tortilla y darle la vuelta fue de mano de Álex. Ah, no hubo una, sino DOS tortillas.

Cortando patatas y cebolla 

Shinchan batiendo los huevos 

Friendo patatas y cebolla 

Quizá una de ellas salió un poco quemada por debajo y con un sabor distinto por confundir en un momento del proceso el azúcar con la sal. Afortunadamente, la confusión no fue muy grande, solo un pelín. El resultado aquí está.

Tortilla española

Tiene buena pinta, ¿eh? 

2. Huevos rellenos

Preparados el día anterior por Marta. Ella misma se encargó de cocerlos, vaciarlos y luego rellenarlos. También muy buenos, y distintos de como los había probado hasta ahora. Aquí una foto de cómo lo hizo:

Huevos rellenos 

3. Arroz con leche

Dos kilos y medio de arroz, tres litros de leche, un kilo de azúcar y una pizca de sal. No tengo fotos, pero el resultado es un barreño de 9 litros lleno de (delicioso) arroz con leche. La gente se sorprendió de lo fácil que era hacerlo y de los pocos ingredientes que se necesitaban. Un poco de canela no hubiera venido mal, pero a la gente le gustó el sabor a vainilla que tenía. De dónde salía ese sabor es toda una incógnita, porque en ningún momento echamos vainilla o nada parecido. 

Otra cosa a comentar es que me pasé en la cantidad, pero la gente pudo repetir todo lo que quiso y queda postre para varios días. Menos mal que el indonesio Nuguroho se llevó una bolsa con gran parte de lo que sobró. 

4. Sangría

3.6 litros de Good Wine (marca Suntory, por supuesto), 3 litros de zumo de naranja, medio kilo de azúcar y un puñado de cubitos de hielo. De nuevo volvimos a sorprender, porque a la gente le gustó el sabor y la sencillez de preparación. Quizá con trozos de fruta hubiera sido mejor, pero se nos pasaba de presupuesto. 

Y aquí acaba todo. La próxima, para antes de navidades. Estamos pensando en avisar a otra gente para que hagan una comida de América Latina, con recetas de Mexico, Colombia y Argentina. Y si es necesario echar una mano, podemos hacer arroz a la cubana, que los ingredientes son fáciles de encontrar. Se admiten sugerencias :).

5 comentarios ↓

#1 Esther comentó el 20 de octubre de 2008 a las 05:36

Ainsssss, pero qué cocinillas!!!! jeje. Jope, muchas gracias por tu llamada, me hizo mogollón de ilusión :)
Bueno, espero que después de la cena de ayer no te crezca nada raro en el estómago… jajaja, es broma!! :) Cuando nos veamos, ya sabes, nos haces tú la cena ;)

Un besazo!!

#2 Israel comentó el 20 de octubre de 2008 a las 11:49

Qué hambre!! Pero no me das tanta envidia, mi compañero de habitación estuvo en China la semana pasada con su madre, y esta le trajo mucho contrabando… así que ahora, en mi frigo y por la habitación tenemos queso, jamón… Mmmhh… qué rico!! :)
¿Por qué no sacaste foto de los 9 litros de arroz con leche?

#3 Ro comentó el 21 de octubre de 2008 a las 04:49

Hey!

La receta del arroz con leche me la guardo. Oye, ¿Cómo te las manejas para cocinar allí?

Ro

P.D: Isra… te envidio.

#4 luis comentó el 24 de octubre de 2008 a las 00:52

De momento no me ha crecido nada raro dentro, aunque el comienzo de la semana estuvo marcado con comer arroz con leche a todas horas. Había tanto tanto arroz… que hubiera necesitado un gran angular para que cupiera en la foto. Por eso no la hice, Isra :P.

Ro, aquí no cocino demasiado, simplemente las cosas más sencillas que se puedan hacer como pasta, freír o cocer cosas precocinadas, y la socorrida cocedora de arroz. De todas formas a ver si me pongo un día de estos con el libro de cocina para microondas que me regalaron.

#5 Coste de la vida de un estudiante en Japón | Luis@Keio comentó el 2 de diciembre de 2008 a las 09:31

[...] des-comiera, sino que es una degeneración de los datos. Justo ese día fue cuando cobramos por la comida española, pero algunas de las cosas que compré lo hice con tarjeta y tardaron bastante más de lo normal en [...]

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