Shanghai (上海)

Su nombre en chino significa por encima (上) del mar (海). Y desde luego Shanghai no es una ciudad que esté bajo el mar, más bien es una ciudad que pertenece al cielo por numerosas razones.

Su skyline se reconoce fácilmente por algunos de sus edificios: la Torre Perla Oriental (468m) que parece una nave extraterrestre, el edificio Jin Mao (421m) que recuerda a una pagoda china y el recién construido Shanghai World Financial Center (492m) con un característico boquete superior y que es el tercer edificio más alto del mundo, aunque estos datos son muy relativos, porque depende de si contamos o no las antenas. Tuvimos la ocasión de subir a la torre Jin Mao en un velocísimo ascensor (6 m/s) hasta el piso 88. Y las vistas que hay desde el cielo son increíbles, merece la pena pagar los 7€ que cuesta. Otra forma más barata de disfrutar es desde un mirador que hay en la otra orilla del río, por la noche, en medio de una tormenta eléctrica. Ver como caen los rayos uno detrás de otro, o cómo envuelven la bola del edificio-alien bien merece empaparse con la lluvia torrencial.

El Skyline de día… 

… y de noche

Más cosas. Si en España tenemos el AVE, allí tienen el MagLev (Tren de Levitación Magnética). Consigue recorrer los 30km que separan el Aeropuerto de Pudong de la ciudad de Shanghai en apenas 8 minutos. Acelera, se mantiene un minuto a 430 km/h y luego decelera. No da tiempo a más. Lo sorprendente es la suavidad del proceso. Al ser de levitación magnética no notas baches, ni las juntas de las vías ni tambaleos. 

 

Otra atracción turístico-comercial es la East Nanjing Road. Una calle peatonal repleta de carteles incomprensibles en chino, vendedores ambulantes de patines y relojes, personas paseando, trenecitos turísticos con canciones navideñas (¡!), y cualquier cosa, ser o personaje que puedas imaginarte. Precisamente en esta calle fue donde me compré la cámara de fotos. 

Ahora veamos una diferencia entre los alcaldes chinos y españoles. Si en Madrid a Gallardón le da por enterrar calles y carreteras, a su homólogo de Shanghai le ha dado por elevarlas. Hay autopistas enteras construidas por encima de las calles de la ciudad. Es muy extraño ir en taxi o autobús y pasar a escasos metros de edificios. Hay partes que tienen una pantalla antirruidos, pero otras no… pobres vecinos. 

Otro sitio interesante para ver es el túnel que hay bajo el río, desde la Nanjing Road hasta la base del edificio-alien. Con estos extremos tan estrambóticos no se puede esperar menos del túnel: luces de colores, efectos láser, monigotes inchables agitando los brazos, y cualquier otra horterada imaginable. Por último, adentrándose un poco en el Shanghai más profundo hacia el sur de la Nanjing Road se puede encontrar un barrio auténtico chino, con puestecitos de comidas raras en la calle, gente tirando de carros, viejecitas sentadas en la puerta de su casa y ropa tendida de los cables de la electricidad. 

 

Cuatro días no dan para mucho en una ciudad de 20 millones de habitantes. Así que la anoto en la lista de lugares a los que querría volver. Y quizá el regreso sea más pronto de lo que parece. El 22 de julio de 2009 pasará sobre Shanghai el recorrido del eclipse de Sol más largo del siglo. Casi 7 minutos de oscuridad en pleno mediodía. Imagináos ver la sombra en el horizonte acercándose a nosotros, en lo alto de un edificio, a casi medio kilómetro de altura. ¿Alguien se apunta?.

Bicho muy raro en algún lugar del Shanghai más lujoso