Climatología de invierno y verano en Japón

Haciendo limpieza en mi odenador antes de liberar a los leones, me he encontrado con unas capturas de pantalla de la Agencia Meteorológica Japonesa del pasado invierno. Son unas imágenes muy representativas de cómo es el clima en Japón, así que ahora que estamos en verano he tomado unas capturas similares para poder comparar el clima de invierno y verano.

En Japón, el elemento fundamental que hace que el clima varíe a lo largo del año es la dirección del viento. En invierno, el viento proviene del este, de China y de Rusia. En verano, el viento proviene del suroeste, de las islas que hay desperdigadas por el sudeste asiático como Filipinas e Indonesia. Es una variación que marca una diferencia notable ya que, aparte del origen mismo del viento, en invierno cruza Japón a lo ancho y en invierno lo hace a lo largo. Así pues, en invierno el clima es muy diferente en la costa que mira al continente respecto a la costa que mira al océano, mientras que en verano el clima es más o menos similar en todo el país.

En la siguiente imagen de las precipitaciones tomada en invierno se puede observar muy bien la dirección de las nubes atravesando el país. Además, se ve claramente que está lloviendo en prácticamente toda la costa oeste de Japón mientras que la costa este permanece seca.

¿Por qué ocurre esto?, bueno, lo primero que debería explicar es por qué se forman las nubes. Básicamente, una nube es vapor de agua, o lo que es lo mismo, pequeñas partículas de agua líquida en suspensión. El agua se mantiene líquida porque el aire alrededor está saturado de humedad (agua en estado gaseoso), no acepta más agua y por tanto se condensa. La cantidad de agua en estado gaseoso que admite el aire depende fundamentalmente de su temperatura; a menor temperatura, menor cantidad de agua admite. Por eso las nubes están arriba, donde el aire es más frío; y por eso la niebla se forma por las mañanas en las tierras de castilla, cuando el suelo ha perdido su temperatura y enfría a la masa de aire que tiene junto a él, haciendo que admita menos cantidad de agua en estado gaseoso y por tanto condensando el resto en forma de niebla. Y no voy a seguir contando más de esto porque el resto de la historia la podéis encontrar el post anterior: punto de rocío.

El caso, el aire viene frío del continente, se carga de humedad al pasar por el mar del Japón, y esta masa húmeda y fría de aire llega a Japón y se encuentra con una cadena montañosa tremenda (el 80% de la superficie del país son montañas). El aire húmedo sube, y se va enfriando aún más a medida que sube, hasta llegar un punto en el que se satura, la humedad se condensa y cae en forma de lluvia o, más comúnmente, nieve. Son ingentes las cantidades de nieve que pueden llegar a caer, incluso acumulándose más de un metro en zonas costeras que están a la misma latitud que el Estrecho de Gibraltar.

El siguiente mapa indica la profundidad de nieve en enero. Tomadlo sólo como referencia, porque luego en febrero la profundidad viene a ser el doble que la de enero:

Quizá ahora podéis comenzar a entender por qué hay tantas pistas de esquí en Japón, o el motivo de que tengan que cerrar algunas carreteras hasta bien entrado el mes de abril, cuando ya están (casi) seguros de que no va a nevar más y no les van a fastidiar el estupendo trabajo que hacen las máquinas quitanieves en la Prefetura de Tateyama.

Snow Corridor

Cuando el aire llega a la cima de las montañas, ya no le queda otro camino que bajar, calentándose y perdiendo humedad relativa (porque el aire caliente puede albergar más humedad de la que contenía el aire frío en la cima). Además, el aire poco húmedo cambia de temperatura con la altura a un ritmo mayor que el aire húmedo. Es decir, cuando el aire sube las montañas se enfría poco a poco porque a la vez va descargando precipitaciones (está saturado), pero cuando baja las montañas su temperatura aumenta más rápidamente porque está seco. A esto se le llama efecto Föhn:

Ahora mirad un par de mapas con las temperaturas de Japón. Veréis cómo las temperaturas varían notablemente de costa a costa:

(Tokyo está en la esquina zona amarilla de la isla principal)

(por la noche la temperatura desciende más fuertemente en la zona seca del este)

Así pues, el aire que llega a la costa opuesta de Japón es seco y no tan frío como el que llega de China y Rusia a la costa oeste. En la zona de Tokyo, a pesar de estar alrededor de una bahía, el invierno es seco, tan terriblemente seco que la gente se compra humidificadores. Las temperaturas están en torno a los 5-10ºC durante el día y cerca de los 0º durante la noche, pero muy rara vez el termómetro baja de 0º. Aunque las temperaturas no sean extremadamente bajas, la sequedad del ambiente produce que cualquier atisbo de transpiración en nuestro cuerpo se evapore, robándonos energía para pasar al estado gaseoso, y haciendo que la sensación térmica sea de mucho frío.

Poniendo humidificadores en casa o en el trabajo, se consigue aumentar el confort por varios motivos: la sensación térmica es mayor y además se reduce la sequedad de la piel, garganta y mucosas, que fluyen mejor y evitan que la gente coja enfermedades típicas del invierno.

¿Y en verano? En verano el panorama cambia notablemente. Ahora el viento no viene del interior del continente, sino del sudeste asiático. Es un aire húmedo y cálido que atraviesa todo Japón, y la sensación es la misma que en las zonas tropicales: calor pegajoso. De hecho, para reducir la humedad ambiente los aparatos de aire acondicionado tienen una función de deshumidificador (llamada DRY) con la cual gastan la tercera parte de electricidad pero reducen la sensación térmica al quitar humedad del ambiente.

Con tanta humedad, en verano el aire tiene un montón de inercia térmica y por las noches apenas baja la temperatura. Si no, mirad estos dos gráficos, uno tomado a a las 2 del mediodía y otro a medianoche del día de hoy:

¿Precipitaciones?, bueno, comienza en el mes de junio con mucha lluvia debido a la influencia del monzón, sigue con unos meses de julio y agosto soleados pero con tormentas frecuentes y acaba en septiembre siendo azotado por tifones. Aunque también hay tifones el resto del verano, de hecho acaba de pasar uno la semana pasada. Este es el mapa de precipitaciones ahora mismo, lleno de tormentas, la mayoría de ellas aisladas.

Resumiendo, el clima de Japón en invierno es húmedo en la costa oeste y seco en la costa este; y en verano cálido y pegajoso en todo el territorio. Las mejores épocas para visitar este país sin lugar a dudas son otoño y primavera. Yo apostaría por el final de octubre ó comienzos de abril, cuando se pueden disfrutar de unas temperaturas agradables y de maravillas naturales como los bosques rojizos antes de que se les caigan las hojas o los parques rosados con el florecer de los cerezos.

Kyoto Pagoda in Fall
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Flor del cerezo

Aunque también es cierto que el invierno es hermoso. Mis lectores habituales os vais a hartar de ver fotos de invierno en Japón ;).

El punto de rocío

¿Os habíais dado cuenta de que las nubes suelen ser planas por abajo? ¿Por qué sólo en invierno se empañan los cristales del coche, de las gafas y de las lentes de la cámara de fotos? Hoy me ha salido mi faceta de meteorólogo y os voy a contar alguna curiosidad del llamado punto de rocío (dew point en inglés).

Empecemos explicando por qué se forman las nubes. Básicamente, una nube es vapor de agua, o lo que es lo mismo, pequeñas partículas de agua líquida en suspensión. El agua se mantiene líquida porque el aire está saturado de humedad (que esa sí que es agua en estado gaseoso), cuando no acepta más agua, ésta se condensa. La cantidad de agua en estado gaseoso que admite el aire depende fundamentalmente de su temperatura: a menor temperatura, menor cantidad de agua admite. Por eso las nubes están arriba, donde el aire es más frío; y por eso la niebla se forma por las mañanas en las llanuras de Castilla, porque como el Sol no suele estar presente durante la noche (y la Luna no calienta lo suficiente), el terreno se enfría y por tanto también el aire a su alrededor, condensando la humedad que ya no puede soportar en estado gaseoso en forma de niebla y de pequeñas gotitas de agua que llamamos rocío.

De ahí viene el nombre de punto de rocío, aunque también se llama temperatura de rocío porque podríamos definirlo como la temperatura lo suficientemente baja como para que la masa de aire actual alcance el nivel de saturación de agua en estado gaseoso.

Pongamos un par de ejemplos, si la temperatura actual es 25º y el punto de rocío está a 24º, quiere decir que basta con que baje un grado la temperatura para tener al aire completamente saturado. También podemos decir que la humedad relativa del aire es alta. Por otra parte, si estamos a 30º y el punto de rocío está a 4º, quiere decir que habría que bajar un montón la temperatura del aire para conseguir saturarlo de agua, o lo que es lo mismo, que el aire es seco. Visto de otra forma, la temperatura de rocío y la humedad relativa indican lo mismo: cuánto de saturado está el aire de agua. De hecho hay una sencilla gráfica que muestra la relación entre las tres magnitudes humedad relativa, temperatura del aire y punto de rocío:

 

El punto de rocío es útil en metereología para saber a qué altura están las nubes, puesto que conociendo cuánto cae la temperatura a medida que subimos (supongamos que es , 6.5º por cada 1 km de altura), llegará un momento en que alcanzaremos el punto derocío y por tanto el agua en el aire se condensará. Es por ello que normalmente las nubes son planas por su lado inferior y se suele referir a dicha altura como techo de nubes, ya que parece un techo blanco formado por las nubes. Con el ejemplo anterior de una temperatura en la superficie de 30º y un punto de rocío de 4º, el techo de nubes estará a (30-4)/6.5 = 4 km de altura.

Otro ejemplo en que se puede ver esta condensación es en invierno, cuando en nuestras casas (o en el coche) estamos calentitos y fuera hace frío. El aire caliente y húmedo (por la transpiración de nuestra piel) entra en contacto con el cristal de las ventanas, que transmite el frío del exterior, enfriando una pequeña capa de aire que condensa la humedad donde mejor le viene: empañando el mismo cristal. Lo mismo he llegado a ver poniendo a tope el aire acondicionado en un clima tropical: las ventanas se empañan por fuera, pero sólo las que están a la sombra, ya que las que están al Sol se mantienen calientes por la radiación solar directa. Y muchos más ejemplos que existen en la vida diaria: en verano, sobre todo en la costa (aire húmedo), cuando echamos en un vaso una bebida fría, que enfría el cristal y condensa por la parte de fuera la humedad del ambiente; en invierno, cuando pasamos del frío exterior a algún interior con calefación se empañan las lentes de la cámara de fotos o de las gafas por el mismo motivo.Más de lo mismo cuando tomamos una ducha de agua caliente, o el por qué se empañan más fácilmente las gafas de bucear buscando tesoros en una poza de agua fría de las montañas que mirando pececitos de colores en los cálidos océanos tropicales.

¿Y por qué soplamos sobre las superficies para quitar este empañamiento? Al soplar hacemos circular el aire, por una parte no dejamos que se enfríe del todo porque está en movimiento y por otra parte vamos reemplazando el aire frío casi-saturado con aire aún sin saturar que puede aún absorber humedad.

Aún más, cuando hace demasiado frío y la temperatura baja de 0º, la condensación se produce en forma preciosas estructuras de hielo que llamamos escarcha. Cuando estuve en Corea, con temperaturas exteriores de -20ºC, se producía escarcha hasta en el interior de los cristales de los autobuses, eso sí, sólo si estaban abarrotados de gente transpirando que humedecían el aire del interior. Es el mismo motivo de que a menudo se forme hielo en el interior del congelador porque, cada vez que lo abrimos, estamos introduciendo aire más caliente (si no, no haría falta tener un congelador) con una cantidad de humedad tal que su temperatura de rocío muy posiblemente sea superior a la de la temperatura del helado que hemos ido a buscar.

Y ya que estoy hablando de humedades y condensaciones, podría seguir hablando de por qué el aire acondicionado no sólo enfría, sino que además seca y suelta un chorrito de agua por la parte de atrás, pero mejor lo dejo y no sigo escribiendo porque eso supondría salirse de los procesos isobáricos que os he descrito en el resto del texto (es decir, suponiendo la presión constante) e irse por los cerros de Úbeda contando historias termodinámicas que darían para un blog entero. Así pues, aquí os dejo un bonito enlace a la Wikipedia para que siga leyendo el que esté interesado en las propiedades de mezclas de gas y vapor: psychrometrics (en inglés, lo siento, el artículo en español es un poco pobre).

[Ahora que ya acabo os confesaré algo: yo no quería escribir un post del punto de rocío, sino que quería escribir un post acerca de por qué los japoneses usan humidificadores en invierno. De hecho lo había empezado y cuando me he querido dar cuenta me había enrollado tanto con la explicación del punto de rocío que he decidido separarlo en un post aparte. El post del clima de Japón vendrá después.]

Dew point