Entradas escritas en junio de 2009 ↓

Fotomatón japonés

Lo primero que tengo decir es que en japón hay fotomatones normales, en lugares típicos como estaciones de tren, la tienda de la universidad, etc. Pero también hay otro tipo de fotomatones diferentes. Son los purikura (プリクラ), una palabra que viene del inglés, y por eso se escribe en katakana (silabario con trazos muy rectos). 

Es curioso esto de las palabras que vienen de otros idiomas, porque a veces la transformación que sufren es tan radical que resulta totalmente irreconocible. Por ejemplo…. portátil = pasocon (パソコン), viene de pasonaru conpyuta (personal computer); grandes almacenes = depaato (デーパト), viene de depaatomento sutoa (department store); y por no hablar de la forma informal de decir amor… rabu rabu (ラブラブ), del inglés love por supuesto. 

A todo esto, purikura viene de purinto kurabu (print club), suelen estar en los salones de máquinas recreativas, y son usadas para hacerse fotos kawaii (monas, cute). Son una habitación de un par de metros cuadrados donde pueden meterse todas las personas que quepan, las paredes son de color verde chroma para que puedas cambiar el fondo de la imagen. Pero no sólo el fondo, sino que al salir de hacerse la foto vas al panel de control donde hay una pantalla táctil donde puedes añadir un montón de tonterías. 

Pero eso no es todo, una de las mejores características de la máquina es que te hace más guapo/a, nada más y nada menos que agrandando tus ojos y tu nariz para hacerte parecer más occidental. 

Por eso, si en las siguientes fotos me veis raro, con los ojos como platos y con la nariz crecida, no es que os esté mintiendo día tras día, simplemente es que la máquina casi revienta conmigo. 

Puricura

Ah!, como veis las fotos son de un tamaño mínimo, no para que saque muchas y podamos repartirlas entre todos (que también), sino porque son adhesivas y así puedes llevar una colección entera pegada en el móvil. 

Bajo el agua

Más o menos desde que volví de España, y especialmente durante las últimas semanas, he ido descubriendo mucho más a fondo la sociedad japonesa por medio de los japoneses que tengo más a mano, mis compañeros de laboratorio. Y tal como escribía hace cinco meses, entonces sólo conocía la punta del iceberg. Puedo confirmar alguna de las cosas que decía, o matizar ciertos detalles, y también corregirme en otras. Ya me he tirado al agua. Ahora toca descubrir hasta dónde llega este iceberg. 

Lo primero es que si bien es cierto que los japoneses valoran el trabajo, y que en general viven para trabajar, no dejan de lado otras cosas como los viajes o salir con los amigos, aunque eso sí, se convierte en un segundo plano, algo totalmente dependiente de lo primero. Aunque en ocasiones ni siquiera se lo tienen que plantear porque el trabajo y los amigos están juntos, toda su vida es en la universidad, bien por los estudios o bien por la gente. Los viajes pueden ser viajes a conferencias, y las salidas pues celebraciones de bienvenida. 

Pero también les gusta tener vacaciones, descanso (休み, yasumi). Y es aquí donde viene lo realmente diferente. Prácticamente puedo asegurar que cuando un japonés no está en la universidad, no está trabajando. No se llevan tarea a casa. Dicen que en casa no pueden estudiar. Por eso se quedan hasta tan tarde en el laboratorio, o por eso van los fines de semana y festivos, simplemente porque tienen cosas que hacer, y en vez de hacerlas en su casa, solos, prefieren estar acompañados de sus amigos. 

¿Y qué hacen en casa?. Pues la mayoría viven solos, porque son de otras ciudades o de lejos en el mismo Tokyo. El otro día llegaron a pedirme consejo acerca de si es mejor continuar viviendo con su familia a 50 min en transporte público y comparse un coche para llegar en 20 minutos, o alquilarse un apartamento cerca de la universidad. Lo que más le molestaba no era la distancia, ni el tiempo perdido en el transporte, sino el tener el último tren que pueda llevarle a su casa a las 11 de la noche, no pudiendo quedarse mucho más de las 22:30 en el laboratorio. Al final está estudiando para sacarse el carnet y piensa comprarse un coche a la vuelta del verano. 

A todo esto no he dicho que hacen en casa. Lo puedo simplificar con la expresión que usan ellos: ゴロゴロ(gorogoro). Es una palabra-onomatopeya, por eso se escribe en katakana (caracteres mas bien cuadrados). Tratad de imaginad el significado… quiere decir hacer el vago. Eso es lo que hacen en casa. El vago. Dormir mucho, ver la tele, jugar a videojuegos, y a la hora de comer o lavar la ropa acercarse al convini o a la lavandería más cercana. Porque no quieren lavar platos, les da pereza (sobre todo los chicos). Y no hablemos ya de remendarse un descosido o un agujero en el calcetín. Los chicos dicen que es una tarea vergonzosa, y ni siquiera lo intentan. Cuando les conté que el otro día me remendé un par de bolsillos y otros tantos calcetines les saqué un poco de sus casillas. Se te quedan mirando como diciendo, vaya bicho raro, pobrecito. Me da igual. 

De media los japoneses llegan a la universidad a la hora de comer, esto es… cerca de las 12 del mediodía. Así pueden comer acompañados en la cafetería de la universidad. Después trabajan. Medio trabajan mejor dicho. Me han llegado a confirmar que su rendimiento puede ser del 60% o algo así. Es decir, si se van a las 11 de la noche, habiendo estado 11 horas, les ha cundido como 6 y pico. Pero han tenido sus tertulias con los amigos, han ido a cenar con ellos a algún lugar cercano a la universidad, y a los ojos del profesor parecen muy trabajadores porque se han quedado hasta muy tarde.  Las personas que llegan pronto y se van pronto, aunque hagan el mismo número de horas y encima les cunda más, son un poco mal vistas, porque creo que no se dan cuenta de que no ser visto trabajando también puede significar trabajar. Por eso yo les dejo claro que en casa también estudio, y que si tengo tareas los fines de semana prefiero acabarlas a mi ritmo en casa. 

¿Y de qué hablan los japoneses? pues no os lo vais a creer, pero les encanta cotillear acerca de la vida de terceros. Yo que creía que el chisme y el rumor eran típicos de España, pues no, en Japón eso se lleva, y mucho. Al final todos nos enteramos de todo, y nadie sabe quién comenzó el chisme. A los recién llegados lo primero que les preguntan es si tienen novia. Y tratan de que dejen la respuesta bien clara, preguntando a continuación ¿y en tu país?. No es que quieran liarte con alguien, simplemente es por cotillear. Lo mismo hacen en las fiestas, en cuanto se toman algo de alcohol empiezan a desvariar y los temas siempre discurren por los mismos derroteros. Por ejemplo, a un norteamericano nuevo que ha llegado hoy mismo le ha tocado el cuestionario, luego le han preguntado que a quién prefería de tres chicas que había allí (una de China, otra de Taiwán y la tercera japonesa), después nos enseñaron la palabra Gōkon (合コン, cita a ciegas en grupo). Por último una de las chicas ha acabado diciendo (junto a otras muchas cosas) que a su novio anterior lo llamaba cariñosamente Nattō (納豆, unas judías fermentadas muy pegajosas y de mal olor) porque no se despegaba de ella ni un momento. Y eso cuando no te enteras de pronto que llevan más de medio año comentando tu forma de vestir. 

A pesar de lo anterior, cuando es hora de trabajar, trabajan, y nada de tratar de entretenerlos, porque van a pasar de ti.

Y seguro que hay más cosas por contar que a estas horas no me acuerdo. Pero ya las contaré. De momento a seguir buceando, descubriendo tanto lo bueno como lo malo de los japoneses, aprendiendo diferentes formas de vivir, y que en definitiva es lo mejor que me puedo llevar puesto tras mi estancia en Japón.

Conducir en Australia

En Australia conducen doblemente al revés. Primero, boca abajo por estar en el hemisferio sur, aunque los australianos digan lo contrario, en realidad son ELLOS los que están boca abajo, por eso creen que tienen tantos bichos raros que sólo puedes encontrar allí, porque se les sube la sangre a la cabeza y alucinan. Además, como en muchas ex-colonias inglesas, en Australia conducen por la izquierda. En principio esto da igual, es simplemente convenio, y os sorprenderá saber que la tercera parte del mundo (teniendo en cuenta los habitantes) conducen por el lado siniestro de la carretera. Bueno, en los otros países de vez en cuando hay algún loco que decide hacerse el inglés y cambiarse de sentido… y ocurren siniestros.

El caso, en Japón ya estaba acostumbrado a ver conducir por la izquierda, aunque antes de cruzar un paso de cebra no sé hacia dónde mirar, así que hago izquierda-derecha-izquierda antes de cruzar. Nunca he sido atropellado por un vehículo, tienen mucho cuidado, y cuando voy con la bicicleta suelo hacerlo por la acera, si existe, porque en las afueras de las ciudades el espacio sigue siendo tan reducido que no hay aceras, la gente camina por el arcén, y las bicicletas van por donde más les conviene en cada caso. 

Pero ponerse a los mandos de un coche es diferente. Lo primero que te llama la atención es la posición del volante, a la derecha. Te sientes raro. Es como estar de copiloto pero con volante. Como Maggie en la entrada de Los Simpson. Después el freno de mano y la palanca de cambios, que mantienen su posición en el centro. Por suerte era un coche automático, así que metes la directa y te olvidas. Después, sales, conduciendo por la izquierda, prestando mucha atención a todo, y llegas a la rotonda de salida del aeropuerto. Y claro, ves que algo no cuadra. Hay que girar en sentido de las agujas del reloj. Despacio, y pidiendo perdón a los demás conductores porque estás en el carril de dentro y quieres salir. Al salir le das al intermitente, pero nooo, no le has dado al intermitente, te das cuenta cuando el limpiaparabrisas comienza a moverse en seco. Entonces prefieres tomártelo con más calma y dar una vuelta más a la rotonda, mientras comprendes que el intermitente también está cambiado de lado. Te diriges a la autopista, y accedes a ella por la izquierda. Nada es trivial. Piensas. OK, el carril rápido es el central, es decir, el de la derecha. Por lo tanto los adelantamientos también son por la derecha. Vale. Controlado. Luego ya empiezas a carretear, te centras en que tienes que ir por la izquierda. Te metes por un camino de tierra. Vale, si me cruzo con un coche, yo voy por mi izquierda. Bueno, al cabo de 100 km ya lo tienes todo controlado, aunque se te sigue escapando el limpiaparabrisas cuando quieres girar. 
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Otro más

Pero nada, indetectable en Tokyo, aunque importante en el norte de Japón: nada menos que 6.3 grados Ritcher. 

Buscando carbono

Hoy voy a hacer un experimento para comprobar de dónde viene una cantidad anormalmente alta de Carbono dentro de la cámara de MBE. Me toca comprobar si el origen del carbono es el cañón de electrones que se usa para crecer silicio en la muestra derritiendo un trozo de natSi (silicio natural con los tres isótopos estables: 92.2% de 28Si, 4.7% de 29Si y 3.1% de 30Si). 

El fin de semana Yoko comprobará si es el calentador de grafito el que está mal o tiene alguna fuga y al calentarse desprende carbon. Y después, si los anteriores dan negativo, tocará comprobar practicamente uno a uno los compartimentos de los distintos isótopos de silicio y germanio que tiene la máquina. 

Para lo mío he diseñado un experimento que consiste en usar una oblea de germanio natural (porque tiene menos impurezas que las de silicio) crecer sobre ella una delgada capa de germanio natural y así tapar cualquier resto de impureza, después crecer el isótopo 28 de silicio durante siete horas, sin usar el cañón de electrones, y por último usar el cañón de electrones creciendo silicio natural, para comparar el contenido de carbono en dos casos diferentes. 

Por último, habrá que enviar la muestra a un laboratorio externo para que le practiquen un SIMS y así poder ver la concentración en función de la profundidad de los distintos pesos atómicos. Es por ello que el uso de isótopos es muy útil, porque te permite diferenciar las capas de silicio 28 respecto a las de silicio natural, ya que en estas últimas hay trazas de silicio 29 y 30, al diferencia de la primera. Otros pesos atómicos de interés serán los del carbono y el oxígeno, ya que la proporción entre estos dos nos puede dar pistas del origen del carbono (CO, CO2). 

Como es un experimento muy largo que hay que hacer del tirón, tocará pasar la noche en el laboratorio. Aún así lo he planificado para que durante el proceso de 7h pueda dormir, en el sofá del laboratorio. Os paso el programa:

1pm: Clean Ge wafer. De-vacuum and open Load Chamber.
2pm: Make vacuum in Load Chamber (reach 10^-8). Prepare baking program. 
3pm: Bake Ge wafer in Load Chamber at 150C for 30min (need 1 extra hour to rise and reduce temperature). Prepare k-cell program.
5pm: Transfer to Main Chamber. Rise temperature of k-cells (~3h needed)
8pm: Grow natGe for 1h at 1150C (0.0423 ML/s (monolayer/second))
9pm: Grow 28Si for 7h at 1460C (0.1125 nm/min) (~50nm). Prepare E-gun.
4am: Grow cap layer of natSi with E-gun for 3h.
7am: Switch off e-gun, reduce wafer temperature.
8am: Transfer to Load Chamber, de-vacuum and open. 
9am*: Cut sample
10am: COOP opens. Send sample to SIMS
10:30am: Everybody in his/hers lecture 
*In case of delay, and for not miss the lectures, we will cut and send the sample on friday from 1pm

Mi pantalón amarillo

Como cada primera semana de mes, hoy me he acercado al centro internacional de Keio para firmar y así poder recibir la beca de este mes. Lo llevan seis o siete mujeres de unos 40 años muy simpáticas y siempre dispuestas a colaborar.

Ayer vino de Alemania un doctorando que durante una semana va a afinar su investigación. Es una maravilla tener a un alemán estudiando o discutiendo un artículo científico al lado tuyo. Te sientes como en casa. O casi. 

Esta tarde-noche le hemos dado la bienvenida oficial, yéndonos medio laboratorio (unas 15 personas), profesor incluído, a cenar a un restaurante por los alrededores de la estación de Hiyoshi. 

Al poco de empezar a comer pulpo crudo con wasabi, carne de caballo sin cocinar y otras delicias japonesas, el profesor me dice que en el centro internacional echan de menos mi pantalón amarillo y la alegría española que transmitía cada vez que lo vestía. Que si acaso me estaba volviendo japonés. 

Me he quedado a cuadros. Por la pregunta de mi profesor, por cómo gusta lo diferente en el país de la homogeneidad, pero sobre todo… ¡¡porque es un pantalón de verano y la última vez que me lo puse fue en octubre!!

Actualización: por petición popular añado una foto.

Ryanair EI-DCF 

(obviamente soy el de la izquierda, el del pantalón amarillo)

Ketchup en vena

En Tokyo no atan a los perros con longanizas, sino que alimentan a los árboles con ketchup. 

Alimentando a los árboles

Supongo que sería un complemento vitamínico o algo así, porque son árboles que han tenido que plantar muy precipitadamente debido al deadline de inauguración de un nuevo edificio en el campus de Hiyoshi.

Fijáos en el detalle extra del suelo, la zona de alrededor del árbol permite ceder y ser cambiada cuando al árbol le dé por engordar. Son muy prácticos estos japoneses. Â