Entradas escritas en junio de 2009 ↓

¡Un pato!, ¡a por él!

El título de este post ilustra lo que deben pensar los japoneses cuando ven a un animal en medio de la ciudad. No sé por qué les encanta hacer fotos a los animales, y como todo, lo hacen en masa. 

¡Patos! 

Fotografiando patos Ojo al niño, que tiene un teleobjetivo tremendo con una cámara compacta con disparador. 

No hace falta deciros que si alguno de los que me lee es pato, sabe que tiene empleo garantizado en Japón como fashion model. 

Por cierto… mañana Mario y yo nos vamos de caza de cuervos. De momento la idea de Mario es asaltarlos con una red cuando estén desprevenidos picoteando la basura, aunque lo veo complicado, porque estos bichos son muy listos. Se admiten sugerencias.  

Recuerdos de cuando hacía frío

Menuda tormenta que está cayendo en estos momentos. Con rayos y truenos. Me encanta disfrutarla con la ventana abierta, porque no hace frío. La temperatura es de unos 20º por la noche y 25º por el día. Se está estupendamente, no como en España que según me han contado este fin de semana pasado hizo algo de calorcito. 

Para quien no tenga aire acondicionado, os pongo una entrada fría fría, recién salida del congelador. Nos remontamos a comienzos de enero, un domingo cualquiera, pero especialmente frío, por Harajuku. Aquel día la temperatura no subió por encima de 2 ó 3ºC. Y los japoneses supieron aprovechar el frío:

Esculturas de hielo en Harajuku Esculturas de hielo en Harajuku 

Esculturas de hielo en Harajuku 

Esto es sólo una pequeña muestra, un entrenamiento, de lo que a principios de febrero preparan en el Festival de Nieve de Sapporo, la isla más septentrional de Japón. A ver si un año de estos me acerco… espero que no se me quede la cara helada, como se me quedó ese frío día en Tokyo.

Yo 

El pelo de los japoneses

Destacaría tres características del pelo de los japoneses: liso, grueso y negro. 

Pelos japoneses

Supongo que el hecho de vivir en una isla les ha proporcionado poca variedad genética. Por eso nos parecen todos iguales. Al menos en el pelo lo son. Y no les gusta. Por eso, en su afán de tratar de diferenciarse de la masa, de ser distintos, se tiñen el pelo de color castaño.

Pero son japoneses. No pueden hacer nada para evitar sus instintos más básicos (quizá también grabados en los genes), y actúan en masa. Por eso 90% de los japoneses se tiñen el pelo de color castaño. Y de esta forma vuelven a ser una cabeza más dentro de la gran maquinaria social.

Actualización: Añado la magnífica aportación de Alex en un par de comentarios:

Japón es uno de los países del mundo con mayor homogeneidad genética. Es decir, que no importa si hablas de una familia de Akita o de Nagasaki, la diferencia va a ser mínima. Esto está provocado por ser un archipiélago y estar tradicionalmente cerrado a la inmigración. De hecho, dentro de Japón, sólo existen dos minorías con caracterizaciones genéticas distintas, creadas por haber estado aisladas del resto: la gente de Okinawa (al sur) y los ainu (habitantes tradicionales de Hokkaido, al norte).

En cuanto al color del tinte, yo diría que (ahora dejo de ser bioquimico y soy un superficial q te cagas) tener el pelo negro da un contraste muy fuerte a la cara. Aclarar el pelo suaviza los rasgos y endulza las facciones. Pero, si se lo aclararan más, tendrían que ir a la peluquería cada 2 semanas, o llevar las raíces oscuras, que es un poco horror, así que han elegido el color de tinte que ofrece el mejor resultado óptico vs. economía de peluquería.

(Nota aparte, el hecho de que sean homogéneos no quiere decir q no se discriminen entre ellos)

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Genéticamente, se ha comprobado que la instalación de humanos en Japón se produjo en dos fases. La primera en el periodo Jomon (Neolítico Japonés). Después, en el periodo Yayoi (ya cultivaban arroz y usaban metales) se produjo otra ola poblacional, probablemente desde Korea (Corea?).

A partir de ahí, los Yayoi y los Jomon se fueron mezclando, y las poblaciones exclusivamente Jomon quedaron en sitios muy aislados (Hokkaido y las islas Ryukyu, actual Okinawa).

La población Jomon, en esos dos sitios sufrió una evolución divergente, se separaron genéticamente entre sí, pero aun así, los Ainu (norte) y los Ryukyanos (sur) están mas cercanos genéticamente entre ellos que con cualquier Yayoi de Japón central.

Las islas Ryukyu se anexionaron a Japon en 1872, y Hokkaido pasó de 60 000 habitantes a 240 000 en la decada de 1870 (con población traída desde Japón central, y por tanto Yayoi).

Actualmente, la población Ainu de Hokkaido se estima en 25 000 personas (un 0.5% de la población), y aunque en Okinawa hay bastantes mas “genotipos Jomon puros”, es adecuado decir que la inmensa mayoría de la población de Japon procede de la misma ola poblacional Yayoi, y por tanto, tienen una diversidad genética mínima comparados con países como el nuestro.

Idea que me cruza la mente: el hecho de que tengan tan poca diversidad genética podría implicar que tienen sistemas inmunodefensivos muy parecidos, lo que explicaría que las enfermedades se contagien tan rápido en Japón (ademas del hecho de que vivan muchas personas en muy poco espacio físico).

Miscelánea: la mayor diferencia real en lo que he leído entre Yayoi y Jomon es en dos genes: uno que determina si la cera de los oídos es húmeda o seca (:S) y otro que afecta, justamente, al grosor del pelo (la vida te da sorpresas).

Tradición y modernidad

Fijáos ahí, en la sombra del gran edificio, hay un pequeño templo con una pagoda de tres pisos de altura

Tradición y modernidad 

“El clásico” japonés

Esto es como “el clásico”, me decía claramente emocionado Tomoya mientras ahí abajo había unas decenas de alumnos universitarios preparándose para su gran día. 

Yo no sabía que era el clásico, el fútbol nunca me ha gustado, pero dada la situación lo acabé deduciendo, aunque no era fútbol, y no había rastros de Madrid ni de Barcelona por ninguna parte. Los ejercicios eran por una parte de jugadores de baseball, y por otra parte de animadoras. Aún quedaba una hora larga para que empezara el partido, pero más valía estar con tiempo para coger un buen asiento. Porque eso se iba a llenar. 

El partido de baseball de Keio contra Waseda es uno de los eventos deportivos más importantes del año en Japón. Es televisado en todo el país  Los jugadores tienen las mismas obligaciones que los profesionales, aunque sean estudiantes universitarios. 

Keio y Waseda son las dos mejores universidades privadas de Japón. Es un hecho, reconocido por todo el mundo, y aunque hay alguna universidad pública por encima, ambas destacan especialmente, aunque no sabría decir si Keio es o no mejor que Waseda, son cosas que dependiendo cómo las midas puedes obtener uno u otro resultado. Lo cierto es que cuando digo que soy estudiante de Keio a algún japonés que conozco por el mundo sueltan un gran ohhhh , aunque yo siempre les digo que no es para tanto. Incluso mis compañeros me han llegado a decir que es más útil llevar encima el carnet de estudiante que la tarjeta de residente japonesa (para amigos, gaijin card o alien card).

Acerca del nombre en japonés, tiene tela escribir los kanjis, 慶應義塾大学 que se lee Keeoo Gijuku Daigaku, traducido literalmente, Universidad Popular de Keio, siendo Keio una dinastía japonesa de hace siglo y medio.

Vuelvo al estadio. La grada estaba dividida. A la derecha, los blancos con toques granates, a la izquierda, los rojos y azules. No iba a hacer el feo de cambiarme de universidad a estas alturas, así que tocó animar a los rojos y azules.

Antes de empezar

Las animadoras son algo muy importante en este equipo. A veces llego incluso a dudar de que lo sean más incluso que los jugadores. Porque son ellas y la banda de cada equipo los que van marcando el ritmo. Cuando le toda batear a Waseda, todos tranquilos, la gente aprovecha a acercarse al bar a comprar té amargo, café en lata o snacks de arroz. Pero cuando los papeles cambian es una locura. Como un ejército, todos se ponen de pie, y comienzan animar al equipo. Gritando, cantando, sacudiendo las banderillas, o incluso abrazándose al de al lado y balanceándose cuando marcan un tanto. Esto último es especialmente destacable si recordáis que estamos ante japoneses, que no llevan muy bien lo del contacto físico entre personas. 

Animadoras de Waseda 

Para animar nos dieron una toalla tamaño bufanda, y un cono raro que nadie sabía bien como usar, aunque en el fondo todos sospechábamos que era para hacerse oir más nuestra voz en la grada de enfrente.  

Efecto túnel Catalejo

Gorro animador

Aunque al final todos acabaron doblándolo y animando a su equipo, que veía cómo sus colores se agitaban en la grada. 

Animando al equipo 

Animando a Keio 

Animadores de Waseda 

El partido muy bien, entendí cómo funcionaba el baseball, pero lo más importante fue el ambiente. Supongo que será lo mismo a cuando los japoneses van a España y se vuelven locos por conseguir una entrada para el Santiago Bernabéu, pagando lo que haga falta. Y mira que yo nunca he estado en un partido de fútbol…

Al final perdimos 1-5, pero bueno, eso da igual. 

Salimos del partido a las 3 de la tarde, y a eso de las 4 nos acercamos por Shibuya para cenar. Sí, para cenar. Es la vez que he cenado más temprano. No me extraña que el izacaya tuviera una promoción de 500¥ de descuento por persona, ¡si estaba vacío!.

Se ve que el partido tocó el nervio nervioso a los japoneses, porque ese día no pararon de hacer tonterías. Ojo a la glamurosa gorra de Arikawa.

Arikawa girly  Cavidades resonantes Yoko dirigiendo

Esta trompeta tiene historia. La compró cuando estuvo en España en febrero, en el partido Real Madrid Vs Liverpool, y aunque pueda parecerlo, no llegó a hacer ningún ruido. Yo sí. Me dijo, toma, hazlo tú, que yo soy japonesa y a mi la policía me puede detener. o_o . Sin comentarios. 

Después nos fuimos a un salón de videojuegos. Mientras unos jugaban al eterno Resident Evil, otros entramos en un purikura a hacernos fotos kawaii. 

Resident Evil Puricura 

Por último, acabamos en una bolera, compitiendo en dos pistas cinco contra cinco. El que perdiese pagaba la partida (800¥/persona) al contrincante. Ganamos las dos partidas que echamos :D. Era una bolera en un edificio de varios pisos, y en uno de ellos todo estaba ambientado e iluminado con luz negra. No tengo fotos, pero si venís os llevo. 

Bowling Bowling 

Bowling Bowling 

Cargador del portátil estropeado

El fin de semana pasado se me estropeó el cargador de mi portátil. Dependiendo de la posición del cable cargaba o no. Lo malo es que cuando no cargaba, el portátil reconocía que estaba enchufado a la red, por lo que no indicaba el tiempo de batería restante, ni bajaba el brillo de la pantalla, y además se iluminaba la luz verde del extremo del cargador indicando que la batería estaba llena, cuando no es cierto.

Llegué a dudar de si el problema estaba en el cargador o en el portátil, pero toqueteando el cable me di cuenta de que hacía un mal contacto justo en la unión entre el cable que se conecta al portátil y el cargador en sí mismo, a pesar de ser una parte especialmente reforzada. 

Pensando cómo se podría haber producido, he caído en la cuenta que desde que tengo el portátil, hace casi año y medio, lo he transportado con el cargador prácticamente todos los días de casa a la universidad y viceversa, además de acompañarme a varios viajes. En cada ocasión enrollaba y desenrollaba el cable tal como lo recomiendan en la página web oficial de Apple. Pero 300 días trasladando el cable supone prácticamente 600 enrolles y desenrolles. Y si siempre se hace igual, por muy bien que se haga, el cable se acaba viciando por los mismos sitios. 

El cargador anterior estaba fuera de garantía (El Corte Inglés considera el cargador como consumible, y sólo le aplican 6 meses de garantía), y el seguro a todo riesgo contra daños (no robo) que contraté junto al portátil no cubre averías inferiores a 90€, así que he  tenido que acercarme a la Apple Store de Shibuya y desembolsar 9800¥ (75€) para comprarme un nuevo cargador. Por cierto, un trato y una atención exquisitos, y encima me regalaron unas pegatinas :D. 

Podría haber intentado reparar el anterior por mi cuenta, pero siempre se habría quedado resentido. He preferido comprar uno nuevo porque el cargador es algo importante en un portátil, ya que se puede cargar el portátil (en los dos sentidos de la palabra cargar: rellenar y destruir).

La ventaja es que ya no tengo que transportar el cargador. El antiguo lo mantengo siempre enrollado y de forma que funcione fijo en la universidad. Y el nuevo fijo también en casa, pero con el cable libre, para que no se vicie. Ah, y cuando alguna vez tenga que transportarlo, nada de enrollarlo, sino tal cual entre en la mochila, así el cable no toma siempre la misma forma. 

Aunque eso sí, la próxima vez que vuelva a España me voy a acercar por El Corte Inglés y voy a discutirles en persona su política de considerar el cargador como un consumible… porque no tengo muy claro que sea del todo correcto. Y si no entran en razón los del departamento de informática, quizá los del seguro, o quizá no lo necesite, es perfectamente posible (aunque no deseable, ya que el portátil es mi principal herramienta de trabajo) que cualquier mínimo detalle durante los próximos meses suponga un aumento de la factura de 75€ del cargador a 90€, como que se me salte una tecla al escribir uno de los posts de este blog.

Cosas de la universidad

Los últimos días en la universidad han sido entretenidos. Os cuento un poco como fue.

Tuve un examen acerca de cómo manejar gas a alta presión. Creo que en el IEEE conocen bien la presión que puede haber en un cilindro de gas. Pues nada, a examinarse toca. Primero una demostración. Como son japoneses, necesitan mucho personal para cualquier cosa, así que ahí estaban ocho profesionales para enseñar a unos 30 alumnos:

Curso de manejo de gases 

Curso de manejo de gases 

En los soportales de la universidad, por supuesto, por si alguno se despistaba, es mejor que la bombona atize al Toyota de algún profesor que a cualquier máquina mucho más cara del laboratorio. 

Y después el examen que todos pasamos con éxito. Hasta ciertas personas que no estaban a la altura del tapón de la botella.

Curso de manejo de gases 

Como ya os comenté, otro día tocó acampar en el laboratorio para buscar dónde se escondía el carbono. El experimento acabó bien. Y vaya si encontramos carbono… ¡para hartarnos!. Mañana veremos cómo nos lo podemos cargar. 

MBE 

Ayer para despedir al Alemán que ha estado con nosotros unos días, y ya de recibir al estadounidense que viene para dos meses, fuimos a cenar a lo grande. A lo gordo mejor dicho. Un lugar donde sirven la misma comida que a los luchadores de sumo. Con un par de raciones nos bastó para llenarnos a los nueve que fuimos. Y pensar que ellos se comen un platazo de esos en cada comida… no me extraña que estén tan gordos. 

Restaurante de Sumo 

Y hoy, en la cafetería de la universidad (está el restaurante, shokudō 食堂, y la cafetería, llamada La Poire), tenían una promoción. A las 6pm es la happy hour. Por 500¥ (4€) te puedes llevar todo lo que te quepa en una bolsa de papel que ellos te proporcionan. Tienes 5 minutos para hacer tetris con las cajas de chocolatinas, snacks de calamar y otras golosinas. Lo bueno de este tetris es que por completar filas no te desaparecen las cosas, y además puedes pasarte por arriba, la jugada es válida mientras las cosas se sujeten por sí mismas. 

Cómo se les iluminaban los ojos de ilusión a los japoneses haciendo cola para entrar. Si en el fondo son como niños, les gusta divertirse, les gusta lo diferente, pero viven bajo demasiada presión social que inhibe estos comportamientos. 

Pero bueno, lo importante es que de vez en cuando tienen sus ocurrencias, y hoy nos endulzaron la tarde. ¡Estos de la cafetería son la pera!

¡Y aquí estamos con nuestros trofeos! De izquierda a derecha, FangFang, Yamada, Tezuka, Go y yo. 

Chucherías de La PoireÂ