No me enteré de casi nada. Pero me gustó.Â
Es un teatro tradicional en Japón, y por la pinta de los decorados y los personajes es del siglo XIX, o antes. Aún asà no fue como me esperaba, aburrido, hablando con demasiada parafernalia, entonaciones soberbias, nada de eso, en su lugar era un teatro fresco, lleno de toques de ironÃa y humor y con los personajes saliendo del escenario y representando algunas escenas en los pasillos, o incluso volando por encima del público.Â
La historia era algo asà como de una investigación, tratando de buscar y capturar a un hombre-leopardo que se oculta en forma de comerciante, viejo, u otros personajes y aprovecha para asesinar y comerse a las personas. Efectos especiales de sangre por las paredes, vistas en 360º de una manzana de casas rotando en el escenario, un edificio de tres pisos también representado al completo, subiendo y bajando el escenario como un ascensor. Nunca habÃa visto nada parecido.Â
El precio normal de las entradas más baratas son 1500Â¥ (13€), aunque hacen un 25% de descuento a los estudiantes. Otra de las cosas que me sorprendió del teatro en sà es que tenÃa alrededor del hall principal varios restaurantes y tiendas de sandwiches. Y ninguno era más caros que lo que pudieras encontrar por la calle. Los japoneses no se plantean tanto el cobrar más o menos por un mismo producto dependiendo de las condiciones. Y como muestra el abono transporte, que sólo sale rentable si vas 18 dÃas al mes a trabajar (frente a los 20 dias laborables que suele haber). Ah, y el abono sólo vale para el recorrido entre tu casa y el trabajo.Â
Me da un poco de lástima no poder enseñaos fotos del espectáculo Kabuki en sÃ, porque no se podÃa. Sólo tengo del escenario cerrado, del hall principal, y una del final del todo, cuando el hombre-leopardo sale volando lentamente mientras caen copos de nieve por toda la platea. Aunque no se ve al hombre leopardo. Eso es porque sabe ocultarse.Â