Su nombre en chino significa por encima (上) del mar (海). Y desde luego Shanghai no es una ciudad que esté bajo el mar, más bien es una ciudad que pertenece al cielo por numerosas razones.
Su skyline se reconoce fácilmente por algunos de sus edificios: la Torre Perla Oriental (468m) que parece una nave extraterrestre, el edificio Jin Mao (421m) que recuerda a una pagoda china y el recién construido Shanghai World Financial Center (492m) con un caracterÃstico boquete superior y que es el tercer edificio más alto del mundo, aunque estos datos son muy relativos, porque depende de si contamos o no las antenas. Tuvimos la ocasión de subir a la torre Jin Mao en un velocÃsimo ascensor (6 m/s) hasta el piso 88. Y las vistas que hay desde el cielo son increÃbles, merece la pena pagar los 7€ que cuesta. Otra forma más barata de disfrutar es desde un mirador que hay en la otra orilla del rÃo, por la noche, en medio de una tormenta eléctrica. Ver como caen los rayos uno detrás de otro, o cómo envuelven la bola del edificio-alien bien merece empaparse con la lluvia torrencial.